MÉTODOS DE
ENSEÑANZA-APRENDIZAJE APLICABLES EN MAGISTERIO
EN EL MARCO DEL ESPACIO EUROPEO
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
Resumen
Este trabajo propone una selección de
técnicas metodológicas didácticas para grupos grandes de alumnos, como los
existentes en Magisterio en la Universidad de Castilla-La Mancha. Se
fundamentan sobre estudios empíricos en el ámbito universitario y teorías
educativas y psicológicas. Se tiene en
cuenta la carga de trabajo para el profesor y para el alumno, así como el tipo
de evaluación de cada técnica, y se exponen actividades concretas para las
diferentes metodologías. Se describen
según un continuo sobre la implicación del profesor y del alumno: clase
magistral, trabajo guiado, trabajo autónomo, tutoría y trabajo en grupo. Se calcula el tiempo de dedicación proporcional
para cada método didáctico.
I.-
INTRODUCCIÓN
Las
metodologías más innovadoras del Marco
Europeo de Educación Superior enfatizan el autoaprendizaje, el trabajo
guiado, la conexión entre teoría y práctica, el acercamiento a la realidad
laboral y el aprendizaje cooperativo, utilizando métodos y técnicas como trabajo
por proyectos, PBL (ver experiencia de Martínez, 2001), estudio de casos,
resolución de problemas, contrato de aprendizaje, portafolios, seminarios, etc.
Y el uso de estrategias como orientar a los estudiantes hacia aspectos
relevantes de la información; mejorar los procesos de codificación de la
información; organizar la información, y promover un enlace entre la nueva
información con los esquemas de pensamiento previamente formados. (Díaz Barriga
Arceo y Hernández ,2002). La base de sustentación teórica es que el currículo
es o debe ser constructivista. El cual toma como base las ideas de Baldwin (1902), Bruner (1971), Piaget (1978), Vygotsky (1979), y se ha incorporado a reformas
educativas, como la de nuestro país (Ministerio de Educación, 1989) utilizando los
trabajos de Coll (1985, 1989).
Pero
deberíamos plantearnos si dicho enfoque (orientado al desarrollo de
competencias y habilidades) debe suplantar a otros posiblemente válidos, como
el cognitivista, más basado en el aprendizaje de contenidos, para los que el
profesor debe manejar técnicas y métodos más directivos.
Chadwick, C.B (1998) sugiere que se debe aumentar la buena
relación existente entre el constructivismo y el cognoscitivismo. Para la
verdadera comprensión del aprendizaje se requieren ambos. En conclusión, los
procesos deben interactuar con una buena cantidad de contenidos.
Se
requiere, por tanto el dominio de una
diversidad de métodos, con una mayor directividad, a veces (según los
contenidos, el clima de la clase, etc.) y otras con apertura a la acción del
alumno/a, y además saber elegir el momento adecuado para aplicar unos u otros. Esto lo han experimentado Prados, M. M. y Cubero R. (2005) en el
ámbito universitario y han hallado que la forma de enseñanza del profesor,
determina el tipo de comunicación, participación y discurso del estudiante.
CARMEN CARPIO DE LOS PINOS
Doctora en Psicología.
Profesora Colaboradora de la E.U Magisterio de Toledo.
Universidad de Castilla- La Mancha.
II.-
ESTILOS DE ENSEÑANZA
Los
estilos de enseñanza que clásicamente se diferencian: autoritario o directivo;
democrático o participativo y “Laissezfaire” o pasivo (de Lewin, Lippit y
White, 1939), se han ido matizando, ya que casi nunca un docente se va a
identificar con un estilo puro. Lo que interesa en la enseñanza Superior es el
tipo de interacción profesor-alumno. Es harto difícil conseguir un equilibrio
entre la distancia que posibilita el respeto y la proximidad que facilita la
comunicación.
Gibbs
y Jenkins (1992) apuntan que habría que encuadrarse en un estilo de aproximación
a los contenidos de la materia que se les ofrece: activo o pasivo .Y establecer también del grado de dependencia-independencia
con que se plantea la actividad didáctica. Insisten en que una combinación
de ambos parece ser la estrategia más adecuada cuando tenemos que atender a
grupos numerosos de alumnos: complementar estrategias de control con otras de
independencia. Las estrategias de
control son acciones definidas por el docente como marcar objetivos,
especificar procesos, relación entre actividades, condiciones de
calidad, cantidad, tiempo, rigor, forma de presentación, etc. El apoyo del
profesor es ofrecer su ayuda, sistemas de información, feedback, contratos de aprendizaje, etc. En las estrategias de independencia son los
alumnos los que precisan sus propios propósitos y quienes experimentan con
sistemas alternativos de trabajo.
Biggs
(2004) nos ofrece un cuadro que relaciona las estrategias de enseñanza del
profesor universitario con las de aprendizaje en el alumnado, mostrando la
compatibilidad entre estrategias constructivistas y cognitivistas.
FORMAS DE
ENSEÑANZA
|
FORMAS DE APRENDIZAJE
|
DIRIGIDAS
POR EL PROFESOR
CLASE MAGISTRAL
TEXTOS FIJADOS
PENSAR EN VOZ ALTA
HACER PREGUNTAS
ESQUEMA GENERAL
ELABORACIÓN DE MAPAS CONCEPTUALES
TUTORÍA
LABORATORIO
EXCURSIÓN
SEMINARIO
|
RECEPCIÓN DE CONTENIDOS
SELECCIONADOS
EJEMPLIFICAR
DESTREZAS CONCEPTUALES
CLARIFICAR
BUSCAR ERRORES
ESTRUCTURAR
VISIÓN PREVIA
DESARROLLO
CLARIFICACIÓN
PROCEDIMIENTOS
APLICACIÓN CONOCIMIENTO EXPERIENCIAL
INTERÉS
DESTREZAS DE PRESENTACIÓN
|
DIRIGIDAS
POR COMPAÑEROS
GRUPOS DIVERSOS
GRUPOS DE APRENDIZAJE ENSEÑANZA A
CARGO DE COMPAÑEROS
COLABORACIÓN ESPONTÁNEA
|
DESARROLLO
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
METACOGNICIÓN
RESOLUCIÓN DE DIFERENCIAS
APLICACIÓN DEPENDE DEL PROFESOR O DE
LO ENSEÑADO
AMPLITUD DE MIRAS
AUTOCOMPRENSIÓN
|
AUTODIRIGIDAS
TÉCNICAS GENÉRICAS DE ESTUDIO
TÉCNICAS DE ESTUDIO DE CONTENIDOS
TÉCNICAS METACOGNITIVAS DE
APRENDIZAJE
|
AUTODIRECCIÓN BÁSICA
TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN (TID)
INDEPENDENCIA Y AUTOSUPERVISIÓN
(SID)
|
Tabla
1. Biggs (2004)
En la realización adecuada no sólo habría que
conocer tal o cual técnica, sino reflexionar sobre los procesos interactivos.
Zabalza (2003), plantea el tema de la metacomunicación.
Son adecuadas las estrategias como plantear al grupo las vivencias,
sensaciones, apreciaciones, sobre le funcionamiento de la clase. Estas
percepciones ayudan a entenderse y reforzar el clima de confianza y respeto.
También así los alumnos/as van a aprender la importancia de la relaciones y
cómo afrontarlas.
Zabalza
(2004 a
y b) aconseja que más que hablar de métodos concretos suele ser preferible
hablar de orientaciones metodológicas utilizando distintos métodos didácticos.
Aporta valiosas orientaciones sobre la metodología docente en la universidad,
las cuales se han utilizado ampliamente en este trabajo.
Se
van a justificar a continuación aquellos métodos de enseñanza-aprendizaje que
se van a escoger para impartir algunas asignaturas de Magisterio, en concreto,
en Psicología de la Educación.
Los
métodos de enseñanza- aprendizaje llamados didácticos en este artículo, serían
un continuo en el que se implicarían en mayor o menor medida el profesor/a y el
alumno/a, pero que en los que interactúa la relación entre ellos. De esta forma
se tiene en cuenta el trabajo global del alumno, que obviamente, supone otro
tanto desde el profesor/a.
Tipo de método
didáctico
|
Clase Magistral
|
Trabajo Guiado
|
Tutorías
|
Trabajo en Grupo
|
Trabajo Autónomo
|
Actividades
|
Exposición de contenidos, explicación,
ejemplificación,análisis de videos y materiales,etc.
|
Prácticas Teóricas en pequeños grupos (tutorizadas) y
Prácticas Autónomas.
|
Estrategias de estudio y autoaprendizajeOrientación
sobre prácticas de examen.
|
Trabajo en grupo “interespeciali-dad”
|
Estudio y autoaprendizaje
|
Carga de trabajo
para el alumno/a.
|
10% del
trabajo del alumno
|
30% del
trabajo del alumno
|
10% del
trabajo del alumno
|
10% del
trabajo del alumno
|
40% del
trabajo del alumno.
|
Carga de trabajo
para el profesor/a
|
50% de trabajo del profesor
|
20% de trabajo del profesor
|
15% de trabajo del profesor
|
10% de trabajo del profesor
|
5% de trabajo del profesor
|
Forma de
evaluación y peso en la calificación
|
Examen de preguntas a desarrollar sobre los
contenidos
(60% de la
calificación final)
|
Revisión de las Prácticas Teóricas y Autónomas.
(10% de
la calificación final)
|
Evaluación de la participación.
(10% de
la calificación final)
|
Evaluación
del propio grupo.
(10% de
la calificación final)
|
Autoevaluación de técnicas de autoaprendizaje
Revisión de esquemas, mapas conceptuales, resúmenes, ampliaciones, etc.
(10% de la calificación final)
|
Tabla 2. Psicología de la Educación. Prof.
C. Carpio. (Los porcentajes son aproximados)
Para
calcular el nº de horas que podemos dedicar a cada tipo de técnica
metodológica, podría ser útil este esquema calculado sobre 100 h. y aplicarlo
según el número de horas que tenga nuestra asignatura ( 6 ECTS x25h.= 150 h. ,
9 ECTS x 25 h.= 225 h. , 3 ECTS x 25h = 75 h., etc. ).
gráfico 1.
de 100 horas de trabajo del alumno, redondeando,
el nº de horas de dedicación a cada actividad serían:
lectivas no presenciales
(15 h): tutoría (11 h) , revisión de cuaderno (4 h)
lectivas presenciales (30
h): clase magistral (13 h), práctica teórica (13 h ),
examen ( 4 h)
horas de trabajo autónomo (55 h): estudio (29 h) ;
trabajo en grupo (13 h); práctica autónoma ( 13h)
|
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Obviamente, el nª de horas de trabajo del
profesor sería excesivo si los grupos de alumnos son grandes, ya que el tiempo
de tutorías se dispararía, aunque podría compensarse con el de preparación de
las clases magistrales, después de tener preparada la asignatura.
Se
van a exponer a continuación las justificaciones teóricas de la utilización de
dichas técnicas metodológicas.
III.
METODOS
DIDÁCTICOS CON MAYOR IMPLICACIÓN DEL PROFESOR UNIVERSITARIO
1. Clases magistrales
Se
tiene asumido que las lecciones magistrales potencian sobre todo «aprendizajes
superficiales» y desarrollan una fuerte tendencia a la memorización. Pero, como
cualquier método, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Biggs, J. (2004)
señala entre las primeras poder hacer una presentación
clara y sistemática de unos contenidos, que se van actualizando constantemente,
permite conectarlos con los
conocimientos previos de los alumnos y reforzar
aquellos aspectos cuya comprensión les ofrezca problemas. Permite mantener
abiertas fórmulas de interacción que
orienten al docente sobre el nivel de
comprensión con que los alumnos van siguiendo sus explicaciones y poder así
ofrecer un feedback inmediato
cuando puedan surgir dificultades. Permite, también, hacer combinaciones entre teoría y práctica y concluir cada una de las
fases de la explicación con momentos de síntesis
global.
Para
que todo eso sea posible se exige una gran cualidad comunicativa por parte del
profesor no sólo para saber «decir» bien los contenidos (con claridad y orden)
sino para saber «leer» la situación a través de diversos tipos de indicios
(las caras, los gestos, las preguntas de los alumnos) y reajustar la propia
explicación en función de la marcha de la clase.
Biggs,
J. (2004) participó en el estudio una muestra representativa de estudiantes de
cuatro carreras: Físicas, Humanidades, Derecho y Educación. Las clases
magistrales fueron muy bien valoradas pero siempre bajo una serie de
condiciones. Es interesante resaltar las condiciones que los estudiantes señalaban:
·
Que permitan tomar bien
los apuntes. Dado que el propósito principal de las
clases magistrales es transmitir información, su condición básica estaba en que
esa información fuera suficiente y bien desarrollada. Por eso eran muy críticos
con las clases mal estructuradas, con una información mal presentada o que
resultaba incoherente (sin un hilo estructurador). Valoraban muy positivamente
todo aquel tipo de recursos que facilitaran su seguimiento: guiones,
resúmenes, etc.
·
Que ofrezcan una información
comprensible. Para los grupos de Humanidades,
Derecho o Educación poder comprender la información suministrada resultaba
esencial.
·
Utilidad de la información
suministrada. Útil para los exámenes (para obtener
buenas calificaciones en el curso) y útiles desde el punto de vista de la
formación (que tuviera que ver con la actividad profesional para la que se
preparaban).
·
Que las clases fueran
interesantes y motivadoras (capaces de implicarlos). Que
el estilo didáctico de los profesores fuera capaz de despertar su interés y
pudieran participar activamente en las actividades de aula.
Entre
las desventajas encontramos que se basa en unas relaciones jerárquicas y en una modalidad de intercambio básicamente
unidireccional. De ahí el riesgo del directivismo y la mayor imposición de los
docentes que actúan sólo con el sistema magistral. Se va a procurar maximizar
las ventajas que ofrecen estos métodos:
·
Presentación clara y
sistemática de unos contenidos que se pueden ir actualizando constantemente.
·
Activación de los
conocimientos previos de los alumnos
·
Reforzar aquellos aspectos
cuya comprensión les ofrezca problemas.
·
Interacción
profesor-alumno, que permite ver el nivel de comprensión con que los alumnos
van siguiendo las explicaciones y poder así ofrecer un feedback inmediato
cuando puedan surgir dificultades.
·
Combinar teoría y
práctica, poniendo ejemplos.
·
Concluir cada una de las
fases de la explicación con momentos de síntesis global.
Algunas
de las competencias que puede desarrollar el alumno/a con las clases
magistrales, podrían ser:
·
Capacidad
para comprender la complejidad de los procesos educativos en general y de los
procesos de enseñanza-aprendizaje en particular (fines y funciones de la
educación y del sistema educativo, teorías del desarrollo y del aprendizaje, el
entorno cultural y social y el ámbito institucional y organizativo de la
escuela, el diseño y desarrollo del currículum, el rol docente...)
·
Sólida
formación científico-cultural y tecnológica
·
Capacidad
para organizar la enseñanza, en el marco de los paradigmas epistemológicos de
las áreas, utilizando de forma integrada los saberes disciplinares,
transversales y multidisciplinares adecuados al respectivo nivel educativo
·
Asumir la
dimensión ética del maestro potenciando en el alumnado una actitud de
ciudadanía crítica y responsable
·
Capacidad
para asumir la necesidad de desarrollo profesional continuo, mediante la
autoevaluación de la propia práctica.
·
Capacidad
para promover la calidad de los contextos (aula y centro) en los que se desarrolla
el proceso educativo, de modo que se garantice el bienestar de los alumnos.
En
cuanto a la aproximación extensiva o
intensiva a los contenidos de las disciplinas, la tendencia general
es de no dejar nada fuera del Plan de Estudios ni del programa de cada
disciplina, según Zabalza (2003). Frente a esta tendencia general, Gardner
(2000) es un claro alegato a favor de abordar los temas con profundidad y
potenciar así la comprensión. Se ha destacado también, como una de esas líneas
matrices que marcarían la calidad de los métodos, su graduación dentro
del método utilizado (o en la combinación de métodos si es que se usa esta
estrategia). Una graduación que permita ir progresando en la complejidad e
intensidad de los retos que se proponen.
2. Trabajo Guiado
El
profesor tutoriza o guía el trabajo de los alumnos a través de actividades y
ejercicios en los que pone en práctica los contenidos tratados y las
competencias. Estas prácticas se archivan en el portafolio o cuaderno de
trabajo y son evaluadas, de manera que
aportan parte de la puntuación total de la asignatura (20%), considerando así
la asistencia a clase. Las competencias profesionales, del Libro Blanco de los
estudios de magisterio, que pueden
adquirir mediante este tipo de actividad , en la que van a relacionar teoría y
práctica son las siguientes:
·
Capacidad
para comprender la complejidad de los procesos educativos en general y de los
procesos de enseñanza-aprendizaje en particular (fines y funciones de la
educación y del sistema educativo, teorías del desarrollo y del aprendizaje, el
entorno cultural y social y el ámbito institucional y organizativo de la
escuela, el diseño y desarrollo del currículum, el rol docente...)
·
Sólida
formación científico-cultural y tecnológica.
·
Capacidad
para organizar la enseñanza, en el marco de los paradigmas epistemológicos de
las áreas, utilizando de forma integrada los saberes disciplinares,
transversales y multidisciplinares adecuados al respectivo nivel educativo.
·
Asumir la
dimensión ética del maestro potenciando en el alumnado una actitud de
ciudadanía crítica y responsable.
·
Capacidad
para asumir la necesidad de desarrollo profesional continuo, mediante la
autoevaluación de la propia práctica.
·
Capacidad
para promover la calidad de los contextos (aula y centro) en los que se
desarrolla el proceso educativo, de modo que se garantice el bienestar de los
alumnos.
3. Tutorías
La
tutoría es un encuentro más personalizado entre el alumno/a y el profesor/a.
Puede realizarse en grupos pequeños o individualmente. Tiene por objeto servir
de complemento a la clase magistral. En ésta, el experto da la información y
los alumnos adoptan una postura pasiva.
En
la tutoría, los estudiantes hacen preguntas, muestran sus trabajos, cuentan sus
opiniones, hacen juicios críticos, se habla de la marcha de la clase, de la
asimilación de los contenidos, de la resolución de problemas prácticos y todo
aquello que surja para que puedan aprender óptimamente.(Biggs, 2004).
El papel del tutor consiste en plantear tareas
ricas en contenido, hacer preguntas sagaces, cuestionar las concepciones
erróneas, adoptar las medidas adecuadas a los niveles de comprensión , moderar
las reuniones. Debe promover el aprendizaje activo, establecer una buena
atmósfera, plantear debates, fomentar la participación de los alumnos/as. Pone
en marcha estrategias para tranquilizar a los que intervienen en exceso, así
como implicar a los más tímidos o rezagados. Debe crear un centro de interés
para el diálogo y exigir a los
estudiantes una preparación previa (Anderson, 1997).
1
|
Si
se hace dentro del aula, supone una oportunidad para ver cómo otros trabajan,
con la discreta evaluación del profesor/a, cuáles son las mejores
interpretaciones, de manera que también se corrijan las concepciones
equivocadas. Una mala tutoría es aquélla en la que los estudiantes están
inactivos. Esto puede deberse al tamaño del grupo Se recomienda que se hagan
con menos de doce alumnos/as, ya que a partir de este número el profesor acaba
impartiendo una clase magistral .(Biggs, 2004).
Morreau, citado por López y Oliveros (1999), se ha referido a la
tutoría en la universidad como una “pedagogía del acompañamiento”. El
momento evolutivo del estudiantes universitario y las características del mismo
requieren que su acompañamiento sea lo menos directivo e intervencionista
posible, tendiente a facilitar su nivel de autonomía y prestar la ayuda
necesaria para que establezca, evalúe y experimente un proyecto de vida
personal, realista. Referirse a un proyecto
de vida es hablar de intencionalidad (hacer explícitos los deseos e
intenciones), de desarrollo (manifestar el deseo de crecer en un
determinado sentido), de actividad (establecer acciones para alcanzar
las metas) y de toma de conciencia e interiorización (reflexionar
sobre si mismo). Entre las ventajas que se le pueden atribuir a la construcción
de un proyecto de vida así concebido están:
·
El
protagonismo que el estudiante asume.
·
El enfoque
globalizado y la coherencia que presenta.
·
La capacidad
de anticipar que supone.
·
Los mecanismos
de reflexión, interiorización, toma de decisiones, etc. que pone en juego.
·
La
postergación de recompensas que muchas veces implica.
Parece
que lo más adecuado es disponer
espacios y tiempos para la acción tutorial. En nuestro caso, planificar
algunas horas presenciales para este menester, siendo la forma de llevarlo a
cabo en grupos reducidos: para
guiar los trabajos en grupo, o hacer seminarios de temas específicos (como el
entrenamiento en estrategias de aprendizaje). Se pueden llevar a cabo dentro
del aula asignada, o bien en un despacho.
4. Evaluación
Biggs
(2004) resume tareas de evaluación y los tipos de aprendizaje evaluados. De
todos ellos se escogerán los que más ventajas tengan para el tipo de
aprendizaje propiciado, así como para las condiciones administrativas,
contextuales, ambientales y de número de alumnos/as actuales.
Modalidad
de evaluación:
·
Examen de ensayo, Libro
abierto (Memorístico, preguntas variadas, estructuración rápida).
·
Trabajo, ensayo para casa
(Como en el examen, pero menos memorístico, cobertura. Mucha lectura,
interrelacionar, organizar, aplicar, copiar.)
·
Evaluación del rendimiento:
Prácticas Seminario, presentación Pósters (Aplicación, destrezas
profesionales).
·
Entrevistas (Destrezas
necesarias en la vida real. Destrezas de comunicación.)
·
Episodios críticos
(Concentrarse en lo relevante, aplicación. Responder interactivamente)
·
Proyecto (Reflexión,
aplicación, sentido de la relevancia. Aplicación, destrezas de investigación.)
·
Diario reflexivo
(Reflexión, aplicación, sentido de la relevancia.)
·
Estudio monográfico de
casos, problemas (Reflexión, creatividad, resultados imprevistos).
·
Portafolios
(Reconocimiento, estrategia, comprensión, cobertura. Jerarquías de
comprensión.)
Para evaluaciones rápidas (clases grandes)
·
Mapas conceptuales (Cobertura,
relaciones).
·
Diagramas de Venn
(Relaciones)
·
Ensayo en tres minutos
(Nivel de comprensión, sentido de la relevancia)
·
Fragmentos (Descubrir la
importancia del detalle significativo)
·
Respuestas cortas(Recuerdo
de unidades de información, cobertura)
·
Carta a un amigo
(Comprensión holística, aplicación, reflexión)
·
Prueba de espacios en
blanco (Comprensión de ideas principales)
·
Prueba objetiva Opción
múltiple (Resultado ordenado)
En la evaluación basada en competencias, los profesores emiten
juicios fundamentados en una variedad de evidencias que demuestran hasta dónde
un estudiante satisface los requisitos exigidos por un estándar o conjunto de
criterios (Posada Álvarez, 2004) Para
ello deben:
·
Establecer los
criterios de evaluación. Éstos deben detallarse suficientemente (qué evaluar,
logros e indicadores de logros, etc.) y ser familiares a los estudiantes para
que ellos puedan juzgar hasta dónde dichos criterios han sido satisfechos.
·
Decidir la
evaluación con base en la comparación entre los logros esperados y las
evidencias detectadas.
·
Registrar los
resultados
·
Revisar los
procedimientos usados en la evaluación
Una evaluación de calidad tendría que cumplir las siguientes
funciones:
·
Diagnostico: permite conocer las ideas de los estudiantes, los errores que
cometen, las principales dificultades en que se encuentran, los logros más
importantes alcanzados. Desde luego, los profesores también debemos
autodiagnosticarnos.
·
Dialogo: escenario para reflexionar y compartir sobre la enseñanza y el
aprendizaje, en el cual intervengan los estudiantes, los profesores, las
familias y otros sectores sociales preocupados por la educación.
·
Comprensión: facilita la interpretación, argumentación y proposición de lo
que sucede en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Esta es la principal
característica de la evaluación, su valor esencial.
·
Retroalimentación: facilita la reorientación de los procesos de enseñanza y
aprendizaje. No sólo en lo referente al trabajo académico de los estudiantes,
sino también a la planificación de la enseñanza, a los contextos de aprendizaje
y al desempeño docente.
·
Aprendizaje: es un momento muy propicio para que profesores y estudiantes
detecten si las competencias y los conocimientos adquiridos, así como las
pedagogías usadas son adecuados, claros, pertinentes, significativos y
relevantes.
En el caso que nos ocupa, y teniendo en cuenta los métodos de
enseñanza-aprendizaje seleccionados la evaluación sería multivariada: examen de
desarrollo (60%), evaluación del trabajo guiado a través del portafolios (20%),
evaluación en grupo del trabajo en grupo (10%), autoevaluación y participación (10%).
IV. METODOS DIDÁCTICOS CON
MAYOR IMPLICACIÓN DEL ALUMNADO
Algunos
autores (por ejemplo Ramsden, 1992) insisten en la necesidad de diferenciar
entre la buena performance docente y la buena didáctica, entre
docente popular y docente eficaz. Siendo importantes en la docencia las
cualidades comunicativas y relacionales (lo que algunos han denominado la inteligencia
social) no son desde luego el único aspecto a tomar en consideración. E
incluso pueden desvirtuar las valoraciones que los alumnos hacen de sus
profesores debido al efecto halo que esta dimensión proyecta sobre los
otros aspectos de la docencia.
Uno
de los aspectos importantes en la metodología es el que se refiere a la implicación de los estudiantes en las
actividades desarrolladas (incluida la actividad de escuchar-copiar las
explicaciones). De poco valen los métodos didácticos, por innovadores que sean,
si no producen una implicación efectiva (active engagement) de los
estudiantes.
En cuanto a las modalidades de interacción entre
los alumnos (dimensión organizativa del trabajo: gran grupo, pequeños grupos,
trabajo individual, etc.) lo recomendable suele ser diversificar y equilibrar
el conjunto de opciones y hay que relacionarlo con el estilo de interacción
entre profesor y alumnos, valorado en términos de accesibilidad (frente
a distancia), cordialidad en el trato (frente a frialdad y trato
formal). En general, se toma en consideración las cualidades comunicativas del
profesor y el clima relacional que es capaz de generar en la clase.
Respecto al clima
de la clase, según Brunet (1992) las dimensiones que ejercen una influencia
más clara sobre la satisfacción son: tipo de relaciones entre profesor/a y
alumnos/as, la cohesión del grupo, la implicación en las tareas y el apoyo por
parte del profesor/a.
La
incorporación de nuevas tecnologías hace
posible una mayor autonomía del estudiante, por lo que se le exige que ya tenga
esta formación. Habría que ofrecerles oportunidades, dentro de las materias
ordinarias y también en talleres específicos. En nuestro caso, la asignatura está accesible a través de una
herramienta web de la universidad (campus virtual) en la que se expone la guía
didáctica, el temario de estudio, las prácticas, el trabajo en grupo, y
herramientas de autoaprendizaje.
1.
Trabajo en grupo
Esta
metodología puede aplicarse como trabajo en seminarios, en pequeños grupos, en
pareja, trabajo en red , grupos de discusión, chat, etc. supone una estupenda
oportunidad para desarrollar valiosos aprendizajes que trascienden los
contenidos disciplinares: la solidaridad, la resolución negociada de
conflictos, la capacidad de atender y respetar distintos puntos de vista, la
forma de integrar las aportaciones individuales en un producto colectivo, la
necesidad de responsabilizarse en las tareas asumidas, etc. Aunque aprendemos
individualmente, tenemos necesidad de los demás, como fuente de información,
como referente de contraste de nuestras interpretaciones, como cooperadores de
nuestras adquisiciones. En ese sentido, el trabajo en grupo implica una serie
de fases o condiciones necesarias para que se desarrolle toda su
potencialidad formativa:
1) Planificación, los
participantes han de establecer las coordenadas básicas y los compromisos que
asumen en el trabajo en grupo.
2)
Trabajo
individual o por subgrupos, salvo en el caso de grupos de simple
discusión o intercambio de experiencias, los miembros han de desarrollar algún
trabajo que nutra sus aportaciones al grupo (leer un libro, llevar a cabo una
práctica, analizar algún documento, etc.).
3)
Puesta
en común es momento en el que los miembros del grupo intercambian
sus aportaciones (lo que han realizado-aprendido en la fase anterior) y debaten
los distintos puntos de vista.
En
cuanto al tamaño óptimo de un grupo, no hay una respuesta definitiva, pues
depende de la naturaleza de la tarea del grupo y de la dinámica del mismo. El
principio es que cada miembro debe sentirse responsable y comprometido. El
éxito de esta técnica, como el de muchas estructuras grupales multipersonales,
depende del tamaño de la clase y de que se esté absolutamente seguro de
que los estudiantes tengan claro lo que se les encarga. Es muy aconsejable
plantear la cuestión o el tema por escrito. Si lo permite la arquitectura de la
clase, los estudiantes pueden distribuirse en grupos de diez, más o menos,
aunque puede resultar poco práctico si las aulas están escalonadas, con
asientos fijos, grupos de cuatro a ocho estudiantes. Si son grupos más
pequeños (de 4 a
8 alumnos/as) se trabaja mejor el debate (Collier, 1983).
En esta asignatura el trabajo en grupo es
“interespecialidad”, simulando los equipos naturales que se encontrarán en los
colegios, si posibilidad de elección de sus miembros. Se establecen objetivos y
los temas por escrito, dándoles información básica para el aprendizaje
cooperativo y el liderazgo.
Las competencias que se podrían comenzar a
aprender se exponen según la clasificación del “Libro Blanco”:
Específicas Comunes:
Saber
hacer
·
Respeto a las diferencias
culturales y personales de los alumnos y demás miembros de la comunidad
educativa
·
Capacidad para preparar,
seleccionar o construir materiales didácticos y utilizarlos en los marcos
específicos de las distintas disciplinas
·
Capacidad para utilizar a
incorporar las nuevas tecnologías a la enseñanza
·
Capacidad para utilizar la
evaluación como elemento regulador y promotor de la mejora de la enseñanza, del
aprendizaje y de la propia formación del maestro/a.
Saber
estar
·
Capacidad de relación y de
comunicación, así como de equilibrio emocional sobre las variadas
circunstancias de la actividad profesional.
·
Capacidad de trabajar en
equipo con los compañeros como condición necesaria para la mejora de su
actividad profesional, compartiendo saberes y experiencias.
·
Capacidad para dinamizar
normas de convivencia, resolución de problemas y toma de decisiones.
·
Capacidad para colaborar
con los distintos sectores de la comunidad educativa y del entorno.
Saber
ser
·
Asumir responsabilidades,
relativizar frustraciones, toma d e decisiones
·
Actitud crítica y
responsable
·
Asumir formación continua
a través de la autoevaluación
Transversales o Instrumentales
·
Capacidad de análisis y
síntesis
·
Capacidad de organización
y planificación
·
Comunicación oral y
escrita en la lengua materna
·
Conocimientos de
informática relativos al ámbito de estudio
·
Capacidad de gestión de la
información
·
Resolución de problemas
·
Toma de decisiones
Personales
·
Trabajo en equipo
·
Trabajo en un equipo de
carácter interdisciplinar
·
Habilidades en las
relaciones
·
Razonamiento crítico
·
Compromiso ético
Sistémicas
·
Adaptación a nuevas
·
Creatividad
·
Liderazgo
·
Iniciativa y espíritu
emprendedor
·
Motivación por la calidad
·
Sensibilidad hacia temas
medioambientales
2.
Trabajo autónomo
Frente
a la lección magistral, en la que prevalece la explicación del profesor, el
trabajo autónomo de los estudiantes permite que cada uno de ellos vaya
siguiendo su propio ritmo y acomodando el aprendizaje a sus particulares
circunstancias e intereses. Esta modalidad de trabajo autónomo ha de estar
siempre presente en los procesos de aprendizaje porque en cualquier proceso de
aprendizaje el punto final es su generalización.
Los
problemas de masificación, nos recuerda Biggs (2004), que conllevan la
dificultad para atender individualmente a los estudiantes, no exime a las
universidades preparar cuanto antes a sus alumnos para que sepan desenvolverse autónomamente.
Algunas lo abordan desde el primer año de las carreras mediante programas de
formación (manejo de nuevas tecnologías, estrategias de planificación del estudio,
etc.) que capaciten a los alumnos a ir gestionando su propio aprendizaje.
En
Magisterio de Toledo lo hacemos mediante los llamados “cursos Cero”, aunque lo
planteado en ellos requiere un seguimiento y refuerzo posteriores.
Los
aspectos que deberían desarrollarse en esta formación para el aprendizaje
autónomo, que no es sino una acepción más restringida de la idea de «aprender a
aprender”, serían:
· Aprendizajes
críticos y autorreflexivos,
· Aprender
habilidades que permitan manejarse autónomamente con los recursos didácticos.
· Centrarse
en aprendizajes transferibles a ámbitos de la vida (ya otros procesos de
aprendizaje) y
· Llevar
a cabo el dominio requerido en el uso de las nuevas tecnologías y de recursos
no escolares.
Las guías de aprendizaje son un instrumento útil si incluyen
indicaciones para facilitar este trabajo. Seguir en el estudio de la
disciplina: contenidos, sugerencias, dossier de materiales, previsión de las
principales dificultades que se pueden encontrar y fórmulas propicias para
resolverlas, sugerencia de actividades a realizar, sugerencia de cuestiones de
autoevaluación que puede utilizar el alumno, etc. Se asumiría mediante el
trabajo en formatos semi-presenciales en los que se combina la docencia
presencial (en sesiones cuyo objetivo es hacer una presentación general de la
disciplina y de la metodología a emplear en el estudio, supervisar la marcha
del proceso o hacer una síntesis final de los puntos claves) con el trabajo
independiente de los alumnos. Las sesiones presenciales pueden irse salteando
a lo largo del proceso.
Las
ventajas de este tipo de metodología son evidentes:
· Permiten
moverse con mayor flexibilidad en el estudio y
· Combinar
mejor las particulares condiciones personales o laborales con las exigencias de
una carrera universitaria.
Sus inconvenientes son también
significativos. No cabe duda de que se trata de un sistema más propicio para
·
Estudiantes maduros
(posgrados, doctorados, programas de formación continua) que para aquellos que
inician su formación. Sin un buen sistema de tutoría o una buena guía que los
oriente muchos estudiantes pueden quedar perdidos en el proceso. y al faltarles
ese juego de interacciones y retroalimentación de que dispone la enseñanza
presencial. Además,
·
Requiere de mayor esfuerzo
que las clases presenciales sobre todo por parte del profesorado: han de
planificar todo el proceso, preparar el material, mantener una supervisión
atenta y estar disponibles para atender las demandas que los estudiantes les
planteen.
En
la asignatura de Psicología de la Educación se incluye una guía académica en la
que afrontar el estudio de los temas y la ejecución de los trabajos en grupo y
de prácticas teóricas. También se refuerzan con prácticas de registro de
estrategias metacognitivas durante el estudio.
2.1. Estudio
Para el estudio
o aprendizaje autodirigido los métodos más comúnmente utilizados son las Técnicas
genéricas de estudio, pero hay que aplicarlas de manera eficaz con alumnos/as
universitarios.
Las
llamadas técnicas de estudio son formas de administrar el tiempo y el espacio.
Por ejemplo, un estudiante universitario tendría que:
- Mantener limpios y
sistemáticamente organizados los apuntes y las referencias.
- Distribuir el tiempo
y respetar los plazos, de manera que todos los temas y materias dispongan
de tiempo suficiente y en proporción a su importancia.
·
Subrayar o destacar las
palabras clave de un texto.
·
Leer buscando las ideas
principales.
- Tomar apuntes
adecuadamente, recogiendo la idea principal con las propias palabras, en
vez de copiar una oración tras otra sin sentido;
- Usar mapas
conceptuales para deducir una estructura importante.
- Redactar los trabajos
de acuerdo con una estructura.
- Repasar y revisar.
Pese
a la fama de estas técnicas, hay investigaciones que demuestran que los
estudiantes de la universidad no se benefician, a no ser que se haga de manera
adecuada para ellos.
En
un experimento, Ramsden y cols. (1986) enseñaron técnicas de estudio a alumnos
universitarios de primer Curso de diversas facultades, centrándose en la
lectura y toma de apuntes, la preparación de exámenes y las destrezas de
escritura. Los efectos no fueron los que se pretendían: en comparación con un
grupo de control, los estudiantes incrementaron el uso de enfoques superficiales.
Las entrevistas posteriores con los estudiantes pusieron de manifiesto que
creían que, para tener éxito en primer curso, había que retener los datos con
la máxima precisión, por lo que, del cursillo sobre técnicas de estudio,
seleccionaron sólo las estrategias que creían que les ayudarían a memorizar
mejor.
Otros
han encontrado resultados similares con estudiantes de primero: rechazaban los
mapas conceptuales por la misma razón (Santhanam y Cols., 1998).
Lo
mismo cabe decir de otras técnicas de estudio, como la regla mnemotécnica
VPL3R, utilizada para la lectura de textos (Thomas y Robinson, 1982): Ha de
utilizarse en interacción con contenidos concretos, de manera que el profesor
pueda explicar las ideas principales y por qué son importantes.
Chalmers
y Fuller (1996) recomiendan que los profesores incluyan en sus enseñanzas
técnicas útiles de estudio, de manera que no sólo enseñen lo que quieren
que aprendan sus alumnos, sino también cómo han de aprenderlo. Proponen
secciones dedicadas a estrategias para adquirir información (tomar
apuntes, memorizar, lectura rápida), estrategias para trabajar con la información
(explicar ideas, organizar ideas, escribir resúmenes), estrategias para confirmar
el aprendizaje (tratamiento de tareas de evaluación), etc. Después éstas han de adaptarse a los contenidos de la
unidad concreta de la asignatura.
En
nuestro caso, cada tema se estudia según unas técnicas concretas, según los
objetivos y las competencias. Se comprueba su eficacia en exámenes inventados
por los propios alumnos (en una actividad llamada “práctica de examen”).
Reciben una orientación individualizada sobre la valoración del rendimiento y
sobre cómo realizar el estudio si no consiguen el logro básico. En clase se
discute sobre la utilidad particular de las técnicas y sobre la forma de
exponer en un examen escrito de desarrollo.
La enseñanza universitaria 107
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2.2.
Autoaprendizaje
Más
allá de las técnicas de estudio, hay que enseñar a los estudiantes a aprender,
a buscar información nueva, a utilizarla y evaluar su importancia, a resolver
problemas profesionales nuevos, que no aparecen en los libros de texto.
Necesitan destrezas metacognitivas de alto nivel y un cuerpo abstracto de
teoría sobre el que desarrollarlas, de manera que puedan juzgar reflexivamente
su carácter más o menos satisfactorio para afrontar problemas nuevos y la
manera de desenvolverse mejor. Es, en definitiva, lo que se conoce como
aprendizaje para toda la vida.
Con
unas interacciones eficaces de aprendizaje es probable que se obtengan los
siguientes resultados:
- Asimilación de
contenidos. Los estudiantes oyen diferentes
interpretaciones, cosas en las que ellos mismos no habían pensado lo cual
también facilita los otros dos resultados.
- Aprender a juzgar las
interpretaciones mejores y peores de sus compañeros/as.
- Mejor consciencia
metacognitiva de cómo se llega a una posición dada. Los
aspectos metacognitivos se agudizan porque los estudiantes se identifican
rápidamente con el aprendizaje de los demás de un modo que no se da en el
aprendizaje de arriba-abajo, dirigido por el profesor Abercrombie (1980)
- Facilita la
motivación
- Mejora la interacción
social
- Mejora el
autoconcepto, las destrezas de comunicación, el conocimiento de sí mismo.
Los
estudiantes a los que se enseñó de este modo hacían mejores diagnósticos, se
basaban más firmemente en las pruebas y eran menos dogmáticos, mostrándose más
abiertos a considerar posibilidades alternativas (véase Abercrombie, 1980).
Desarrollar
las destrezas de autodirección que se centran en lo que hace el aprendiz en
contextos nuevos, es el objetivo último de la enseñanza universitaria. Perkins
(1991) caracteriza la diferencia entre las técnicas de estudio y las
metacognitivas: en las primeras se pretende «trascender la información dada»
(TID) y las segundas «sin la información dada» (SID).
En
la enseñanza TID, la instrucción directa va seguida por actividades orientadas
a la reflexión que suponen un reto para los estudiantes, de manera que lleguen
a aplicar, generalizar y refinar su comprensión: la enseñanza convencional en
su máximo nivel.
La
enseñanza SID trasciende la instrucción directa porque en ella se estimula a
los estudiantes mediante preguntas y apoyándolos para que hallen su propia vía
de salida, como en los mejores ejemplos del aprendizaje basado en problemas.
No son reglas mnemotécnicas sino que nos ocupamos de abordar problemas y
preguntas que no se habían visto previamente:
- Éste es un problema
«confuso»; ¿cómo puedo reformularlo de manera que se relacione con los
primeros principios y lleve a buenas soluciones?
- ¿Qué conozco que
pueda ser relevante? ¿Qué problemas como éste me he encontrado antes? ¿Qué
hice entonces?
- ¿Cómo puedo hallar
más información? ¿De dónde? ¿Cómo lo compruebo?
- Probemos esta
solución; ¿funciona? ¿Cómo puedo mejorarla?
Se han identificado cinco tipo de estrategias generales
en el ámbito educativo (Castillo, S. y
Pérez, M, 1998). Las tres primeras ayudan al alumno a elaborar y organizar los
contenidos para que resulte más fácil el aprendizaje (procesar la información),
la cuarta está destinada a controlar la actividad mental del alumno para
dirigir el aprendizaje y, por último, la quinta está de apoyo al aprendizaje
para que éste se produzca en las mejores condiciones posibles.
Estrategias de ensayo: Son aquellas que implica la repetición activa de los
contenidos (diciendo, escribiendo), o centrarse en partes claves de él.
Son ejemplos: Repetir términos en voz alta, reglas mnemotécnicas, copiar el
material objeto de aprendizaje, tomar notas literales, el subrayado.
Estrategias de elaboración: Implican hacer conexiones entre lo nuevo y lo familiar:Parafrasear,
resumir, crear analogías, tomar notas no literales, responder preguntas
(las incluidas en el texto o las que pueda formularse el alumno), describir
como se relaciona la información nueva con el conocimiento existente.
Estrategias de organización: Agrupan la información para que sea más fácil recordarla.
Implican imponer estructura al contenido de aprendizaje, dividiéndolo en
partes e identificando relaciones y jerarquías. Incluyen ejemplos como:
resumir un texto, esquema, subrayado, cuadro sinóptico, red semántica, mapa
conceptual, árbol ordenado.
Estrategias de control de la comprensión: estas son las estrategias ligadas a la Metacognición.
Implican permanecer consciente de lo que se está tratando de
lograr, seguir la pista de las estrategias que se usan y del éxito logrado con
ellas y adaptar la conducta en concordancia.
Si utilizásemos la metáfora de comparar la mente con un
ordenador, estas estrategias actuarían como un procesador central de ordenador.
Son un sistema supervisor de la acción y el pensamiento del alumno, y se
caracterizan por un alto nivel de conciencia y control voluntario.
Entre las estrategias metacognitivas que tienen que ver con
el control de la comprensión, están: la planificación, la regulación y la
evaluación.
- Estrategias de planificación: son
aquellas mediante las cuales los alumnos dirigen y controlan su conducta.
Son, por tanto, anteriores a que los alumnos realicen ninguna acción.
Se llevan acabo actividades como:
- Establecer el
objetivo y la meta de aprendizaje
- Seleccionar los
conocimientos previos que son necesarios para llevarla a cabo
- Descomponer la tarea
en pasos sucesivos
- Programar un
calendario de ejecución
- Prever el tiempo que
se necesita para realizar esa tarea, los recursos que se necesitan, el
esfuerzo necesario
- Seleccionar la
estrategia a seguir
- Estrategias de regulación, dirección y supervisión: Se
utilizan durante la ejecución de la tarea. Indican la capacidad que
el alumno tiene para seguir el plan trazado y comprobar su eficacia. Se
realizan actividades como:
- Formularles preguntas
- Seguir el plan
trazado
- Ajustar el tiempo y
el esfuerzo requerido por la tarea
- Modificar y buscar
estrategias alternativas en el caso de que las seleccionadas anteriormente
no sean eficaces.
- Estrategias de evaluación: son las encargadas
de verificar el proceso de aprendizaje. Se llevan a cabo durante y al
final del proceso. Se realizan actividades como:
- Revisar los pasos
dados.
- Valorar si se han
conseguido o no los objetivos propuestos.
- Evaluar la calidad de
los resultados finales.
- Decidir cuando
concluir el proceso emprendido, cuando hacer pausas, la duración de las
pausas, etc.
Estrategias de apoyo o afectivas: estas estrategias, no se dirigen directamente al aprendizaje
de los contenidos. La misión fundamental de estas estrategias es mejorar la
eficacia del aprendizaje mejorando las condiciones en las que se produce.
Incluyen: establecer y mantener la motivación, enfocar la atención, mantener la
concentración, manejar la ansiedad, manejar el tiempo de manera efectiva, etc.
Por ultimo señalar, que algunos autores aconsejan que hay que
relacionar las estrategias de aprendizaje con un tipo determinado de
aprendizaje. Cada tipo de aprendizaje estaría vinculado a una serie de
estrategias que le son propias. Por ejemplo, el aprendizaje asociativo se vale
sobre todo de estrategias de ensayo, mientras que el aprendizaje por
reestructuración utiliza más las estrategias de elaboración, o de organización.
El alumnado debe escoger, de entre las de su repertorio, la
estrategia de aprendizaje más adecuada en función de varios criterios:
Los contenidos de aprendizaje (tipo y cantidad): la estrategia utilizada puede variar en función de lo que se
tiene que aprender, (datos o hechos, conceptos, etc.), así como de la cantidad
de información que debe ser aprendida. Un alumno que, ejemplo, sólo debe
aprender la primera columna de los elementos químicos de la tabla periódica,
puede, elegir alguna estrategia de ensayo: repetir tantas veces como sea
preciso el nombre de los elementos, o utilizar alguna regla mnemotécnica. Estás
mismas estrategias, pueden ser utilizadas para la memorización de vocabulario
en inglés (datos).
Los conocimientos previos que tenga sobre el contenido de
aprendizaje: si el alumno quiere
relacionar, por ejemplo, los distintos tipos de aviones que existen y
clasificarlos es necesario tener unos conocimientos más amplios que saber el
nombre.
Las condiciones de aprendizaje
(tiempo disponible, la motivación, las ganas de estudiar, etc.). En general
puede decirse que a menos tiempo y más motivación extrínseca para el
aprendizaje más fácil es usar estrategias que favorecen el recordar
literalmente la información (como el ensayo), y menos las estrategias que dan
significado a la información o la reorganizan (estrategias de elaboración o de
organización).
El tipo de evaluación al que va a ser
sometido: en la mayoría de los aprendizajes
educativos la finalidad esencial es superar los exámenes; por tanto, será útil
saber el tipo de examen al que se va a enfrentar. No es lo mismo, verbigracia,
aprender el sistema periódico químico para aplicarlo a la solución de problemas
químicos que aprenderlo para recordar el símbolo o estructura atómica de cada
elemento. Esto es, las pruebas de evaluación que fomentan la comprensión de los
contenidos ayudas a que los alumnos utilicen más las estrategias típicas del
aprendizaje por reestructuración.
Estas
técnicas metodológicas justificadas y empleadas en algunas asignaturas de
Magisterio (como Psicología de la Educación) no quieren menospreciar otras muchas
que, sin duda, cumplen sus merecidas funciones. Tan sólo se han seleccionado
aquellas que más se pueden aplicar en aulas masificadas (entre 61 y 90
alumno/as), con el objetivo de crear una serie de rutinas metodológicas con las que los alumnos deben familiarizarse,
por ello es preferible valerse de unas pocas, pero eficaces. Esa es la razón
por la que se da más peso a la evaluación de los contenidos, que es más
factible de ser evaluada en grupos grandes.
Para
ofrecer una enseñanza de calidad en la universidad habría que apostar por
metodologías de este tipo, pero es necesario reducir el número de alumnos por
grupo. Si no, corremos el riesgo de acercarnos al modelo previo, basado más en
contenidos, olvidando el tratamiento de las competencias profesionales y
personales, por lo que el esfuerzo habría sido en vano.
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