En este nuevo siglo, se está experimentando un cambio en la mayoría de las sociedades que transitan, rápidamente, de una economía basada en la industria a una basada en el conocimiento.
El mundo de hoy se caracteriza por su incesante cambio. Los desafíos que plantea este cambio han sido objeto de amplias estudios, tanto en la literatura especializada, como en los documentos emitidos por los diferentes organismos europeos.
La sociedad del conocimiento es también la sociedad del aprendizaje. Esta idea está íntimamente ligada a la comprensión de toda educación en un contexto más amplio: el aprendizaje a lo largo de toda la vida, donde el sujeto precisa ser capaz de manipular el conocimiento, de ponerlo al día, de seleccionar lo que es apropiado para un contexto específico, de aprender permanentemente, de entender lo que se aprende y, todo ello de tal forma que pueda adaptarlo a nuevas situaciones que se transforman rápidamente.
Desde el punto de vista de la formación esta realidad nos lleva a abordar el papel del aprendizaje universitario en esta sociedad del conocimiento, cada vez más definida por su complejidad y diversidad, y que introduce en los modelos formativos importantes cambios.
En este sentido, sin profundizar en los rasgos que caracterizan a esa nueva cultura del aprendizaje y la enseñanza, hay ciertas tendencias en la naturaleza de los saberes que la universidad gestiona que se deben considerar, ya que constituyen verdaderos retos que la sociedad del conocimiento plantea a la enseñanza y el aprendizaje universitarios. En primer lugar, el saber es cada vez más extenso. En segundo lugar, el conocimiento presenta una tendencia a la fragmentación y especialización y en tercer lugar, el ritmo de producción de ese conocimiento es cada vez más acelerado y, por tanto su obsolescencia también crece.
Estos rasgos característicos sobre la naturaleza del conocimiento que debe enseñarse y aprender en la universidad conducen a una concepción “perspectivista” del conocimiento (MONEREO Y POZO, 2003). Es decir, se debe aceptar su carácter relativo y ser capaces de desenvolvernos en esa incertidumbre y complejidad.
Desde esta perspectiva, frente a del conocimiento como un “constructo” cerrado, la formación universitaria ha de favorecer un aprendizaje flexible, si bien regido por criterios fiables y justificados, planteando una visión del conocimiento como proceso constructivo, hecho este que permite vincular el aprendizaje con la propia investigación científica.
Amparo Fernández March
Instituto de Ciencias de la Educación Universidad
Politécnica de Valencia
1. EL CAMBIO DE MODELO EDUCATIVO: LOS RETOS DEL
ESPACIO EUROPEO DE EDUCACIÓN SUPERIOR
El proceso de Bolonia (1998) con el que se inicia
desde las instituciones universitarias la respuesta a los cambios importantes
que está experimentando el entorno global de la educación superior en Europa,
se sigue desarrollando, en estos momentos como un proceso imparable y que tiene
fecha límite, por lo que son ya
numerosas las iniciativas que desde casi todas la universidades europeas se
están desarrollando y que buscan un objetivo común como es la armonización de
los sistemas educativos de educación superior.
La declaración de Bolonia
supone un punto de inflexión en el que las universidades europeas inician un
proceso cuyo espíritu descansa, de manera resumida, en los siguientes puntos::
§
Desarrollar Europa, fortaleciendo su dimensión
intelectual, cultural, social, científica y tecnológica.
§
Asegurar que el atractivo de la Educación Superior
Europea es tan alto como el de sus tradiciones culturales.
Estos principios se
concretan en tres metas fundamentales que se derivan de dicha declaración: la competitividad o capacidad para
atraer estudiantes europeos y de terceros países; la empleabilidad, centrando el aprendizaje en aquello que es relevante
para el mercado de trabajo y tener un sistema claro que certifique que esos
resultados son alcanzados; la movilidad interna y externa de estudiantes, profesores
y personal.
En resumen estos objetivos
quieren ser la respuesta del sistema educativo de educación superior a dos
grandes fuerzas: La necesidad de adaptarse a un mundo global y la sociedad del conocimiento. Es pues, esta
nueva situación la que justifica la necesidad de cambio de modelo docente o
educativo, por lo que vamos a centrarnos
en las consecuencias que para la enseñanza universitaria tiene esta nueva realidad.
1.1. Los retos de la sociedad del
conocimiento y del aprendizaje para enseñanza y aprendizaje
En este nuevo siglo, se está experimentando un
cambio en la mayoría de las sociedades que transitan, rápidamente, de una
economía basada en la industria a una basada en el conocimiento.
El mundo de hoy se caracteriza
por su incesante cambio. Los desafíos que plantea este cambio han sido objeto
de amplias estudios, tanto en la literatura especializada, como en los
documentos emitidos por los diferentes organismos europeos.
La sociedad del
conocimiento es también la sociedad del aprendizaje. Esta idea está íntimamente
ligada a la comprensión de toda educación en un contexto más amplio: el
aprendizaje a lo largo de toda la vida, donde el sujeto precisa ser capaz
de manipular el conocimiento, de ponerlo al día, de seleccionar lo que es apropiado
para un contexto específico, de aprender permanentemente, de entender lo que se
aprende y, todo ello de tal forma que
pueda adaptarlo a nuevas situaciones que se transforman rápidamente.
Desde el punto de vista de
la formación esta realidad nos lleva a abordar el papel del aprendizaje
universitario en esta sociedad del conocimiento, cada vez más definida por su
complejidad y diversidad, y que
introduce en los modelos formativos importantes cambios.
En este sentido, sin profundizar
en los rasgos que caracterizan a esa nueva cultura del aprendizaje y la
enseñanza, hay ciertas tendencias en la naturaleza de los saberes que la
universidad gestiona que se deben considerar, ya que constituyen verdaderos
retos que la sociedad del conocimiento plantea a la enseñanza y el aprendizaje
universitarios. En primer lugar, el saber es cada vez más extenso. En segundo
lugar, el conocimiento presenta una tendencia a la fragmentación y
especialización y en tercer lugar, el ritmo de producción de ese conocimiento
es cada vez más acelerado y, por tanto su obsolescencia también crece.
Estos rasgos
característicos sobre la naturaleza del conocimiento que debe enseñarse y
aprender en la universidad conducen a una concepción “perspectivista” del
conocimiento (MONEREO Y POZO, 2003). Es decir, se debe aceptar su carácter relativo
y ser capaces de desenvolvernos en esa incertidumbre y complejidad.
Desde esta perspectiva,
frente a del conocimiento como un “constructo” cerrado, la formación
universitaria ha de favorecer un aprendizaje flexible, si bien regido por
criterios fiables y justificados, planteando una visión del conocimiento como
proceso constructivo, hecho este que permite vincular el aprendizaje con la
propia investigación científica.
Las consecuencias para la
educación universitarias son muchas y complejas, si bien se pueden resumir del
modo siguiente:
§
Cuestionamiento del modelo educativo desde la
cultura predominante basada en la lógica académica de las disciplinas, a un modelo formativo que reintegre la visión
académica, la profesional y la vital (BARNNETT,2001) que es multi y transdisciplinar, considerando
los diferentes niveles de construcción del conocimiento : Un primer nivel
básico, de fundamentación y por naturaleza, polivalente y flexible, reflejado
en el título de grado y un segundo nivel más especializado y con orientaciones
más académicas y profesionales en el postgrado.
§
Cuestionamiento del modelo organizativo de las
enseñanzas conducentes a un título desde un modelo acumulativo y fraccionado a
un modelo integrador y constructivo. En este nuevo modelo la meta será formar a
los estudiantes no sólo en el conocimiento de las diferentes disciplinas sino
también en la comprensión de aquello que les hace necesarios en el momento
actual y los puede convertir en
insuficientes y limitados en un futuro más o menos inmediato. Este
cambio en la orientación formativa es el que les va a permitir que puedan
llegar a ser profesionales reflexivos, creativos, con una sólida base de conocimientos
científicos y técnicos.
§
Cuestionamiento del modo de concebir la relación
teoría práctica, buscando espacios curriculares de integración y, metodologías
de aprendizaje y enseñanza, que
propicien un acercamiento a la realidad profesional como vía para conseguir un
aprendizaje significativo, profundo y constructivo, que les permita seguir
aprendiendo de manera permanente, porque habrán adquirido las estructuras
mentales necesarias para afrontar nuevos y complejos problemas. En definitiva,
este es el fin último y más importante de toda educación o formación.
1.2. El nuevo paradigma de educación superior
De modo sintético los rasgos principales del modelo
educativo hacia el que nos dirigimos y que le convierten en un modelo más
eficaz para los desafíos a los que hay que responder son:
§
Modelo educativo centrado en el aprendizaje, que
exige el giro del enseñar al aprender y principalmente enseñar a aprender a
aprender y aprender a lo largo de la vida.
§
Modelo educativo centrado en el aprendizaje
autónomo del estudiante tutorizado por los profesores.
§
Modelo educativo centrado en los resultados de
aprendizaje, expresadas en términos de competencias genéricas y específicas.
§
Modelo educativo que enfoca el proceso de
aprendizaje-enseñanza como trabajo cooperativo entre profesores y alumnos.
§
Modelo educativo que exige una nueva definición de
las actividades de aprendizaje-enseñanza.
§
Modelo educativo que propone una nueva organización
del aprendizaje: modularidad, espacios curriculares multi y transdisciplinares,
al servicio del proyecto educativo global (Plan de estudios).
§
Modelo educativo que utiliza la evaluación
estratégicamente y de modo integrado con las actividades de aprendizaje y
enseñanza y, en el se debe producir una revaloración de la evaluación
formativa-continua y una revisión de la evaluación final-certificativa.
§
Modelo educativo que mide el trabajo del
estudiante, utilizando el ECTS como herramienta de construcción del currículo,
teniendo como telón de fondo las competencias o resultados de aprendizaje, y
que, al mismo tiempo, va a servir de herramienta para la transparencia de los
diferentes sistemas de educación superior.
§
Modelo educativo en el que adquiere importancia las
Tics y sus posibilidades para desarrollar nuevos modos de aprender.
Los rasgos característicos de
este nuevo modelo educativo exigen el desarrollo de un perfil profesional, de
unos roles y unas actividades diferentes a las tradicionales en los estudiantes
y los profesores.
El perfil apropiado del
estudiante viene caracterizado por los
siguientes elementos: Aprendiz activo, autónomo, estratégico, reflexivo,
cooperativo, responsable. Sin duda, esto exige un gran cambio de mentalidad en
la cultura dominante del alumnado universitario y que requiere también de una
atención especial.
En el caso de los profesores,
tal y como se afirma en el informe de la investigación realizada por el equipo
de Varcárcel (2003), un requisito básico para el logro de algunos de los
objetivos del proceso de convergencia es la profesionalización del profesor universitario. Esta afirmación se
traduce en la exigencia de una formación pedagógica institucionalizada y
sistemática, cuya finalidad sea la de facilitar el aprendizaje de sus nuevas
competencias docentes, como venimos
insistiendo desde los ochenta los expertos
en formación pedagógica de los profesores universitarios españoles (DE
LA CRUZ, 2000, 2003; FERNÁNDEZ, 2003).
Cuando se leen en
profundidad los documentos de referencia publicados por las diferentes
instituciones y organismos implicados en el proceso de convergencia no queda
ninguna duda del cambio de cultura docente que se propugna. En todos ellos
queda patente la diferencia entre la realidad presente de la educación superior
y el paradigma propuesto para el futuro. Sin ánimo de agotar todas las
repercusiones que el nuevo modelo nos plantea, voy a desarrollar, por su
especial relevancia, los puntos
expresados de manera sintética al inicio de este apartado.
a) Una de las
características esenciales de nuevo espacio europeo de educación superior
va a ser la organización de las
enseñanzas siguiendo el modelo de formación académica centrado en el
aprendizaje del alumno. Así uno de los puntos críticos es y va a ser el diseño
de los planes de estudio que ya tiene su decálogo y recorrido:
§
Análisis de necesidades sociales a las que
satisface la titulación
§
Definición de perfiles académicos y profesionales
§
Traducción a resultados de aprendizaje deseados
(expresados en términos de competencias genéricas y específicas)
§
Selección de enfoques de enseñanza y aprendizaje
coherentes con los objetivos
§
Propuesta de sistemas para evaluar y garantizar la
calidad del programa
b) En este proceso especial
importancia va a tener la adaptación de los programas antiguos por objetivos
(en muchos casos sólo programas de contenidos disciplinares) a programas por
competencias y subordinación de los contenidos disciplinares a dichas
competencias que, conceptualmente son un “saber
hacer complejo e integrador”(LASNIER, 2000) lo que implicará un modo
absolutamente distinto de organización curricular, al mismo tiempo que un
cambio sustancial en los métodos de enseñanza y aprendizaje que, en esta nueva
situación pasan de ser generalmente centrados en el profesor a tener que
centrarse en los estudiantes, buscando situaciones de aprendizaje
contextualizadas, complejas, focalizadas en el desarrollo en los estudiantes de
la capacidad de aplicación y resolución de problemas lo más reales posibles. El
contenido disciplinar será el vehículo para plantear diferentes estrategias de
aprendizaje y enseñanza que logren la integración del conocimiento teórico, es
decir, el qué, con el cómo (conocimiento
procedimental) y el por qué (conocimiento condicional, contextualizado).
c) Otro aspecto importante
sobre el que habrá que trabajar será el análisis de las condiciones o
exigencias que se derivan de los modelos explicativos actuales sobre los
procesos de aprendizaje. No cabe duda que, gran parte de las decisiones que se
han de adoptar tanto en relación con los objetivos de aprendizaje, como con la
gestión de los procesos, tienen que ver claramente con los planteamientos socio
constructivistas del aprendizaje y su explicación sobre el proceso de aprender
y de acceder al conocimiento.
No debemos olvidar que
aprender es un proceso constructivo en el que los aprendices forman
representaciones personales del contenido y elaboran, a partir, de lo conocido,
estructuras mentales nuevas. En esa construcción personal, el papel del
profesor consiste en guiar, orientar, acompañar, sostener y potenciar los
esfuerzos de aprendizaje que el estudiante realiza.
Las nociones fundamentales
que los diversos enfoques socioconstructivistas comparten son: El concepto de
red en la estructuración del conocimiento, el conocimiento como construcción
social, el aprendizaje contextualizado y sobre tareas auténticas, el papel del
andamiaje por parte del profesor y la transferencia de responsabilidad del
aprendizaje del profesor al alumno.
d) Consecuentemente los
profesores decidirán las metodologías pertinentes para el logro de los
objetivos propuestos, utilizando como criterio el perfil académico profesional,
los conocimientos actuales sobre los proceso de aprendizaje eficaz, y las
características que impone la formación en competencias, además de las
condiciones estructurales y organizativas en las que se vayan a llevar a cabo
dichas actividades, como por ejemplo, los espacios, el tamaño de los grupos, la
organización docente, etc.
e) La revisión de los
procesos de aprendizaje-enseñanza y el diseño de actividades de aprendizaje
plantea también un nuevo modelo de organización docente en el que la
coordinación entre todos los agentes implicados es imprescindible. Será una
exigencia organizativa buscar una herramienta clara y coherente de gestión de
la titulación, tarea esta que deberán liderar los responsables académicos de
las titulaciones, pero que como ya hemos expresado en otro lugar, requiere la
adopción de una nueva cultura organizativa basada en el concepto de
organización que aprende.
f) La correcta utilización
del concepto de crédito basado en la carga total de trabajo del estudiante y en
el que se marcan unos límites razonables para la elaboración del los planes de
estudio, desde la perspectiva de plantearse unos resultados esperables con el
tiempo disponible para ello, tiempo, en este caso, no de enseñanza, sino de
aprendizaje o de trabajo total del alumno.
El ECTS debe ser la
herramienta que permita la estructuración curricular teniendo como referencia,
siempre, los resultados de aprendizaje esperados o competencias. Esta tarea
exige la cooperación de los profesores implicados en una titulación, ya que no
se puede perder la perspectiva global si se quiere aplicar correctamente, el modelo docente que plantea
esta nueva manera de definir el crédito (PROYECTO TUNING, 2000).
El ajuste de nuestros actuales
programas a este nuevo modo de concebirlos requiere la experimentación con los
programas actuales y la utilización de los diferentes modos o métodos de ajuste
entre lo diseñado y lo real, utilizando para ello los diferentes métodos ya
establecidos para acercar lo que se desea que aprendan nuestros estudiantes y
el tiempo requerido para hacerlo. Y todo esto sin perder de vista que dicha
adecuación implicará una revisión en profundidad de los métodos de enseñanza y
aprendizaje, así como de la evaluación. En definitiva, de todos los elementos
que integran el sistema formativo.
g) En este cambio de modelo
docente también cobra especial relevancia el impacto de las TICs con sus
posibilidades tanto para la elaboración del conocimiento como para su
adquisición y transmisión. El gran reto se encuentra en la modificación del
papel del profesor en relación con el proceso de aprendizaje, dándole la
oportunidad de adoptar métodos pedagógicos más innovadores, más interactivos y
para diferentes tipos de estudiantes. Pero, al mismo tiempo implican
necesariamente un esfuerzo y largo período de concepción, así como otra forma
totalmente distinta de organizar las enseñanzas (UNESCO; 1998).
h) No podemos olvidar la
importancia que cobra la evaluación tanto de los resultados de aprendizaje como
de enseñanza en todo este nuevo escenario. No es posible hablar de innovar el
proceso de aprendizaje-enseñanza sin una innovación paralela de la actividad
evaluativa. Los estudiantes no modificarán su forma de aprender si sus
aprendizajes van a seguir evaluándose
según prácticas anteriores. Del mismo modo, los profesores no mejorarán
su enseñanza, asumiendo una perspectiva profesional de su tarea, si no someten
su enseñanza y sus prácticas educativas a procesos de evaluación que orienten
la mejora y que, incluso reconozcan la calidad docente.
En términos generales los
criterios que deben guiar los cambios en la evaluación se pueden resumir del
siguiente modo (ZABALZA, 2001):
§
Debe servir para ayudar a los alumnos a desarrollar
sus capacidades
§
Debe referirse a todos los objetivos formativos,
esto es, ser integradora.
§
Debe estar inmersa en el desarrollo habitual del
proceso de enseñanza-aprendizaje
§
Debe ser parte integrante del proceso formativo
§
Debe ser coherente con el estilo de trabajo en el
aula
§
Debe ser inicial, de proceso y final
§
Debe ser formativa
§
Debe incluir demandas cognitivas variadas y
progresivas.
§
Debe incluir información previa y posterior
2. EL APRENDIZAJE
COMO OBJETIVO BÁSICO DE LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA
Toda enseñanza pretende crear un proceso de
aprendizaje en un contexto dado (recursos disponibles, características de los
estudiantes, etc.) y en un momento determinado en función de los objetivos
fijados tanto al nivel de una asignatura concreta como al nivel del proyecto
formativo global. Construir una visión del aprendizaje supone una clarificación
de lo que entendemos por aprendizaje, una visión clara de los objetivos de
nuestra enseñanza y de su lugar en un proceso más largo de formación espacio
temporal, en el que se inscribe, es decir, tener una visión sistémica de todo
el proceso en la que todos los elementos sean coherentes.
Una
de las ideas fuerza que deben estar presentes en todo Proyecto es, junto el
“hacia dónde” queremos ir (Perfil Formativo), de “dónde partimos”. Sin este
punto de referencia básico perderíamos el sentido principal de nuestra labor
como profesores: ayudar, facilitar a los estudiantes, que parten de una
situación real respecto a su formación, en el más amplio sentido de la palabra,
a que lleguen a ese punto final de referencia que son los objetivos educativos,
tanto de nuestra disciplina concreta, como del Proyecto Educativo Integrado, en
su conjunto.
Dicho
en otros términos, si los profesores tenemos razón de ser, ésta la tenemos que
encontrar en facilitar el aprendizaje a nuestros estudiantes. Pero no cualquier
tipo de aprendizaje, sino aquél que sirve para construir un cuerpo de conocimientos,
habilidades o destrezas y actitudes flexibles, autoestructurantes, y que le
permitan seguir aprendiendo autónomamente a lo largo de toda su vida. Pues
bien, para que esta afirmación pueda tener visos de realidad no podemos olvidar
que si en el aprendizaje hay algunas evidencias, una de ellas y, creemos que la
más importante, es partir del nivel de conocimientos previos de los alumnos,
para poder seguir ayudando a construirse como profesional y como persona.
Si
este es nuestra principal finalidad, un referente imprescindible serán los estudiantes
como aprendices y el sentido que tiene aprender en la universidad. En relación
con la primera cuestión, la idea básica es concebir la universidad como “institución de aprendizaje” frente a
la idea más general de verla como institución de enseñanza. Por ello una
preocupación para quienes hemos de desarrollar nuestro trabajo formativo en la
universidad es la consideración constante de cuáles son los procesos y
estrategias a través de los cuales los estudiantes llegan a aprender.
2.1. Concepto de aprendizaje
Presentar una definición unívoca de aprendizaje
puede ser una tarea complicada ya que éste puede ser definido de diversas
maneras, según la posición teórica que adoptemos. Estas distintas posiciones
teóricas son consecuencia de la evolución científica de los estudios sobre
aprendizaje, que se ha desarrollado en torno a dos grandes orientaciones:
-
La
filosófica, interesada en el conocimiento y centrada en el aprendizaje humano.
-
La
biológica, preocupada por la adaptación al entorno y centrada, sobre todo, en
el aprendizaje animal.
Ambas
orientaciones, se han comportado de manera antagónica en lugar de actuar
complementariamente, razón por la cual no se dispone de una teoría unitaria. No
obstante, y a pesar de tales dificultades teóricas, se puede aceptar una
definición integradora de aprendizaje: "Proceso mediante el cual un sujeto
adquiere destrezas o habilidades prácticas, incorpora contenidos informativos o
adopta nuevas estrategias de conocimiento y/o acción".
Esta
definición nos indica, por una parte, la naturaleza activa y dinámica del
aprendizaje y, por otra, que es a través de este proceso junto con la dotación
genética como los seres humanos nos distinguimos unos de otros por nuestras
destrezas, habilidades, etc., en definitiva, por nuestra personal "forma
de ser".
El
trabajo que Foster realiza en el año 1986, recoge todo aquello que hasta
nuestros días se ha descubierto sobre aprendizaje humano y que se enseña a los
profesores en los cursos de formación. En síntesis, esta aportación nos permite
clarificar de entrada dos cuestiones:
-
Se
aprende básicamente por tres vías o modalidades:
·
"haciendo"
la actividad, proceso, etc. de aprender
·
"imaginando",
es decir, mediante imágenes que implican hacer.
·
"observando"
a los demás mientras hacen lo que haya que aprender.
-
La
retención de lo aprendido depende sobre todo de:
·
La
práctica y la captación del significado.
·
La
repetición puede facilitar el aprendizaje, pero frecuentemente esto ocurre
gracias a la imaginación.
Sobre
la base de ambas cuestiones puede reconocerse este requisito esencial para que
se produzca aprendizaje:
El que aprende debe estar "activo"
y esto significa esfuerzo, saber qué se hace y para qué se hace.
Desde
la perspectiva de la enseñanza, tales cuestiones plantean una serie de
requisitos o condiciones:
-
La
enseñanza debe ofertar integradamente todas las vías o modalidades de aprendizaje,
es decir, debe facilitar que el estudiante pueda observar, imaginar y hacer.
-
Debe
también asegurar la captación del significado de lo que se aprende.
-
Deberá
posibilitar prácticas variadas, es decir, integración de repeticiones y
variedad que obligue a imaginar.
De
este modo, teniendo como referencia estos principios básicos vamos a conocer
quiénes y cuáles son las aportaciones más importantes efectuadas por los
distintos investigadores que han trabajado sobre aprendizaje ya sea humano o
animal, es decir, vamos a conocer los principales paradigmas en este ámbito
científico.
2.2. Concepciones actuales sobre el
aprendizaje
Generalmente, no se acepta una visión
unitaria del aprendizaje y de los procesos que gobiernan todas las formas de
aprendizajes posibles, sino que, muy al contrario, se piensa que las distintas
teorías aportan explicaciones válidas para los distintos procesos y que el
conocimiento de todas ellas nos da la visión global necesaria para comprender
el aprendizaje humano.
Por
otra parte, debemos ser cautelosos a la hora de buscar aplicabilidad directa en
el ámbito educativo de todo lo que se ha investigado y se investiga sobre
aprendizaje, puesto que la realidad es mucho más compleja que las condiciones
en las que se producen dichas investigaciones.
El
conductismo fue la fuerza dominante en la psicología estadounidense hasta la
década de 1960, cuando el campo sufrió lo que ahora se conoce comúnmente como
la “revolución cognitiva“. Las descripciones del aprendizaje como
condicionamiento de asociaciones y respuestas por medio de reforzamiento dieron
paso a los puntos de vista cognitivos que describían el aprendizaje como algo
que implicaba la adquisición o reorganización de las estructuras cognitivas por
medio de las cuales se procesa y se almacena la información.
Los
teóricos cognitivistas comenzaron a concentrarse en el aprendizaje humano
para explicar los procesos cognitivos
que ocurren en el aprendizaje y no eran suficientemente explicados por ninguno
de los tres paradigmas anteriores. En concreto, abordaron todo lo que hacía referencia a los
aprendizajes de relaciones lógicas, racionales, significativas, que entrañan
procesos mentales complejos, como los que caracterizan el pensamiento humano.
El
acento no se pone en la manipulación del ambiente sino en el estudio del sujeto
como agente activo que procesa y categoriza la información que le llega del
ambiente. Ambas posiciones no son contradictorias, sino complementarias y cada
una tendrá mayor o menor relevancia explicativa según el nivel en el que ocurre
el aprendizaje.
Según avanza la revolución cognitiva, el aprendizaje se
perfila no sólo como mediación cognitiva de la adquisición de conocimiento sino
como un proceso constructivo en el que los aprendices forman representaciones
personales del contenido y elaboran, a partir de lo conocido, estructuras
mentales nuevas. En esta construcción personal, el papel del profesor consiste
en guiar, orientar, acompañar, sostener y potenciar los esfuerzos de aprendizaje
que el estudiante realiza.
Las nociones fundamentales que los diversos
constructivismo comparten son: El concepto de red en la estructuración del
conocimiento, el conocimiento como construcción social, el aprendizaje
contextualizado y sobre tareas auténticas, el papel del andamiaje por parte del
profesor y la transferencia de la responsabilidad del aprendizaje del profesor
al alumno
a)
El concepto de red de la
estructuración del conocimiento frente al enfoque lineal y jerárquico del
aprendizaje.
Según
los constructivistas, el aprendizaje no necesita ser secuencial o jerárquico,
sino que el conocimiento se puede considerar como redes estructuradas entorno a
ideas clave. Estas redes de conocimientos incluyen conocimientos declarativos (hechos,
conceptos, generalizaciones), conocimientos procedimentales (saber cómo hacer)
y conocimientos condicionales (cuándo y por qué hacer). La concepción de la
organización del conocimiento en red permite comenzar a aprender en cualquier
punto de la red.
b)
El conocimiento como
construcción social frente al enfoque del aprendizaje en solitario (Piaget).
Los
constructivistas sociales insisten en que el aprendizaje además de ser un
proceso de construcción activa de significado personal, señalan que este
proceso funciona mejor si tiene lugar en compañía de otros, profesores o pares.
Participar en debates y puestas en común de enfoques diversos de la información
ayuda al aprendiz a completar, profundizar y, a veces, a reestructurar sus
puntos de vista. Tener que comunicar sus ideas obliga a articularlas con orden
y claridad y a establecer nuevas conexiones. El constructivismo social está muy
influenciado por la teorías de Vygotsky sobre la “zona de desarrollo próximo”,
definida como aquellos conocimientos que todavía no puede adquirir por si solo
el alumno y si con la ayuda del profesor u otros agentes que le estimulan a
usar los conocimientos previos para la nueva construcción. Esta es la base
teórica en que se apoya el aprendizaje cooperativo.
c)
Aprendizaje
contextualizado y sobre tareas auténticas.
Los
conocimientos procedimentales y condicionales se adquieren más eficazmente en
situaciones naturales donde no se separa el conocer y el hacer o lo que se
aprende de cómo es aprendido y aplicado. La enseñanza debe acercarse lo más
posible a este modo natural de aprender. La cognición está contextualizada y es
más profunda si se trabaja con tareas auténticas y aplicaciones tomadas de la
vida real frente a los contenidos genéricos y artificiales de la enseñanza
tradicional.
d)
Andamiaje y transferencia
de la responsabilidad del aprender del profesor al alumno.
Trabajando
el profesor en la zona de desarrollo próximo, el andamiaje supone ayuda, apoyo,
compañía, dirección temporal (mientras sea necesario), a la medida de la
necesidad del aprendiz y prescindible lo antes posible, para transferir
gradualmente la responsabilidad de la organización, estructuración y manejo de
las actividades de aprendizaje. A medida que avanza el proceso de aprendizaje
los alumnos tienen que asumir la responsabilidad de gestionar su propio proceso
de aprendizaje. Aprender a aprender para seguir aprendiendo a lo largo de la
vida.
3. LA METODOLOGÍA
COMO COMPETENCIA DOCENTE
Teniendo
como referente el modelo de universidad por el que apuesta nuestra Institución,
se plantean desarrollar un conjunto de competencias, de las que unas son de
carácter más pedagógico, otras tienen que ver con la contribución de cada uno
de los profesores a la política educativa Institucional, otras, por su parte,
se internan en el territorio de las competencias de carácter socioprofesional
y, por último, no podemos olvidar el componente actitudinal de dichas
competencias.
El conjunto de competencias relacionadas con la
profesión docente conforman todas aquellas tareas relacionadas con una enseñanza
de calidad y un referente para la formación y desarrollo profesional.
A continuación se relacionan todas ellas si bien
nosotros nos vamos a centrar en la competencia relacionada con el diseño de las
metodologías de trabajo y la organización de las actividades y tareas de
aprendizaje. Sin embargo no debemos olvidar la relación sistémica que existe
entre todas ellas, además de comprender que en si misma esta competencia es
también un sistema en el que la toma de decisiones tiene repercusiones sobre
nuestro modo de trabajar con los estudiantes. En definitiva es un sistema
dentro de otro sistema.
Las competencias del profesor universitario serían
las que siguen:
1. Planificar el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
2. Seleccionar y
prepara los contenidos disciplinares.
3. Ofrecer
informaciones y explicaciones comprensibles y bien organizadas (competencia comunicativa).
4. El manejo de las
nuevas tecnologías como soporte de almacenamiento y búsqueda y tratamiento e
intercambio de la información.
5. Diseñar la
metodología de trabajo y organizar las actividades y tareas de aprendizaje.
6. Relacionarse con
los alumnos.
7. Tutorizar.
8. Evaluar.
9. Reflexionar e
Investigar sobre la enseñanza.
10. Identificarse con
la institución y trabajar en equipo.
4. LOS
COMPONENTES BÁSICOS DEL MÉTODO DOCENTE
Esta
competencia es una especie de “poutpurri” en el que podemos integrar las diversas tomas
de decisiones (desde la organización de los espacios hasta la formación de
grupos o el desarrollo de seminarios prácticos) que los profesores adoptamos
para gestionar el desarrollo de las actividades docentes.
Esta competencia
metodológica, de naturaleza borrosa y que se solapa en cierta medida con
algunas de las otras competencias ya señaladas (con la de planificación; con la
de gestión de la comunicación; con la de relaciones interpersonales y la de
evaluación, etc.). Pero pese a esa indefinición (que ha hecho que algunos
prefieran hablar de estrategias instructivas más que de metodología) la
capacidad metodológica forma parte de esos conocimientos y destrezas básicos
que todo profesor y profesora universitarios deben poseer.
Para no complicar en
exceso la consideración de este apartado, me referiré tan sólo a algunos de los
contenidos fundamentales de esta competencia docente.
4.1. La organización de los espacios
En algún tiempo, la formación universitaria tenía
lugar en lugares casi sagrados (en algunos caso, como los monasterios, esa
condición era literal) y donde se valoraba profundamente la belleza, el
silencio, la posibilidad de pensar, de debatir, la posibilidad de pasear con
los maestros, etc. Pero esa tradición universitaria se ha perdido y las
instituciones han acabado concediendo escasa relevancia a este aspecto del
desarrollo de la docencia. Se diría que se ha considerado que el lugar y las
condiciones en que se desarrolla el trabajo docente constituye una variable
secundaria y de escasa relevancia.
La reciente y masiva aparición de aularios en las
universidades constituye una buena muestra de esta minusvaloración del sentido
y valor de los espacios. Los espacios de formación aparecen como simples
lugares neutros y anodinos por los que van pasando profesores y alumnos de muy
diversas materias pero sin identificarse en nada con ellos.
Sin embargo, los
modernos planteamientos didácticos están volviendo a otorgar una gran
importancia a las condiciones ambientales en que se desarrolla la interacción
didáctica. La calidad de los espacios acaba teniendo una influencia notable en
el nivel de identificación personal no sólo con el espacio en sí mismo sino con
la propia institución a la que pertenece, en las alternativas metodológicas que
el profesor pueda utilizar, en el nivel de implicación de los estudiantes (el
problema de las zonas), en el nivel de satisfacción de profesores y alumnos
(incluido el aspecto del bienestar - malestar que pueden provocar sus
condiciones arquitectónicas y de mobiliario). Al final, lo que está claro,
aunque en la universidad no acabemos de creérnoslo, es que los espacios de
aprendizaje son mucho más que un lugar neutral y sin significado en el que
llevamos a cabo tareas docentes igualmente neutras y descontextualizadas (que
podrían, por tanto, llevarse a cabo en cualquier lugar).
El ambiente y la forma en que está organizado y
equipado se convierte por sí mismo en un mensaje. Cuando uno entra en un aula
universitaria percibe de inmediato cómo se ha concebido la enseñanza en aquel
contexto. El espacio delimita y prefigura las posibilidades de la acción
docente. ¿Qué otra cosa se puede hacer
en la mayor parte de nuestras clases (por la disposición de sus mesas y la
distribución de posiciones) que dar lecciones magistrales a los alumnos?
Se puede argüir en este
punto que la organización de los espacios no puede plantearse como una
competencia docente puesto que los docentes poco pueden hacer en relación a los
espacios. Las decisiones en torno a los espacios trascienden las competencias
de los profesores y se adoptan por las gerencias universitarias. Con ser eso cierto, no lo es menos, que los
profesores no podemos en modo alguno quedar desvinculados del tema de los
espacios. Debemos conocer cuáles pueden ser sus efectos y hacer cuanto esté en
nuestras manos para poder neutralizar los negativos. Aquí vamos a referirnos muy escuetamente a
dos aspectos del espacio que afectan claramente a la enseñanza.
La
cuestión de las zonas
Sobre todo en las aulas grandes y
con una disposición clásica de las mesas (unas detrás de otras en hileras
consecutivas), se ha constatado la existencia de zonas que afectan de manera
bastante clara a variables importantes en el aprendizaje como son la
implicación, la satisfacción e,
indirectamente, los resultados del aprendizaje.
La zona delantera y central de la clase se
configura como zona de acción, mientras que los laterales y la parte posterior
de las clases aparece como zona marginal. Los alumnos situados en la zona de
acción aparecen como más implicados e interesados en el trabajo mientras que
los que se sitúan en las zonas marginales tienden a meterse menos en la
actividad y a desconectar del proceso con mayor facilidad.
Con todo, el impacto de la zona
aparece bien documentado. Algunos investigadores distribuyeron los sujetos al
azar en las zonas y pudieron comprobar efectos como el descrito por Stires (1980) que en una investigación llega
a la siguiente conclusión: “tanto en una clase donde los alumnos pudieron
sentarse a su elección como en otra paralela donde fueron colocados por orden
alfabético, aquellos que estaban en la zona de acción recibieron mayores notas,
les gustó más el curso y les cayeron más simpáticos los profesores”. Weinstein
(1981) confirma estos mismos datos: “Los asientos centrales-delanteros
facilitan el rendimiento, las actitudes positivas y la participación, al menos
de aquellos algo dispuestos a hablar”.
Por otra parte, la disposición de las mesas y
pupitres no solo condiciona la aparición de zonas sino que acaba alterando las
alternativas de acción por parte de los docentes: los tipos de desplazamiento
que puede realizar, el estilo de interacción posible, etc. Por eso, aunque no
resulta fácil (sobre todo en esos benditos escenarios en que las mesas están
clavadas al piso) debemos intentar minimizar en lo posible el efecto
condicionante de las zonas. Una posición circular de las mesas, por ejemplo,
rompe las zonas. También se rompen las zonas si el profesor se mueve a través
de la clase (algo que es difícil si uno ha de utilizar el encerado o algún
medio de proyección), si solicita constantemente la intervención de los alumnos
situados en zonas marginales, si organiza fases de trabajo por grupos, etc.
Los
espacios como estructura de oportunidades (para el aprendizaje, para la
interacción, para la práctica)
Uno de los aspectos importantes a considerar en la
organización de los espacios (tanto dentro del aula como fuera de ellas) es el
papel que ejercen como estructura de oportunidades.
Uno de los modelos de planificación docente más
interesantes en la actualidad es el que centra la actuación docente,
justamente, en la organización de los espacios. Los docentes disponen los
espacios a modo de gran despliegue de recursos para el aprendizaje que los
alumnos podrán emplear para llevar a cabo sus respectivos “contratos” o planes
personales de trabajo. Cada uno sabe qué es lo que tiene que hacer, cuál es su
particular proceso de actuación. Y dispone, en el espacio de la clase o en
diversos lugares de la institución formativa (bibliotecas, salas de
ordenadores, seminarios para el trabajo en grupos, etc.) de los recursos
suficientes (previamente identificados y ajustados por los profesores) para completar
las tareas encomendadas.
Es de esta manera como los espacios se convierten,
a su vez, en agentes del aprendizaje. No es indiferente que sean unos espacios
u otros, que estén organizados y equipados de una manera u otra. Se convierten
en escenarios activos que invitan a trabajar de distintas maneras, a emplear
distinto tipo de recursos y estrategias de aprendizaje (individuales o en
grupo), etc. Dotar de mayor protagonismo a los espacios permite disminuir el
protagonismo del profesor y hacer posible un estilo de aprendizaje más autónomo
por parte de los estudiantes.
La variedad de los espacios tiene que ver también
con la diversidad de actividades que se puedan realizar en ellos. Si vemos la
actividad docente como dar clases magistrales tenderemos a preferir las aulas
clásicas; pero si solo disponemos de aulas clásicas tenderemos a actuar siempre
a través de las clases magistrales. Y así entramos en ese círculo vicioso
(hacemos esto porque es lo único que podemos hacer) del que resulta difícil
salir.
La aparición de escenarios diversificados (tanto
dentro como fuera de la universidad a través de las prácticas en empresas e
instituciones) para llevar a cabo el aprendizaje ha sido una bendición para la
didáctica universitaria. Ahora sólo falta estar en disposición de rentabilizar
esa variedad siendo capaces de implementar modalidades diversas de aproximación
al aprendizaje: clases, seminarios, trabajo autónomo, debates, prácticas,
participación en proyectos, etc.
4.2. La
selección del método
Las metodologías
didácticas constituyen uno de los componentes de la estructura canónica
(elementos básicos e imprescindibles) de los proyectos formativos. Dichas
metodologías han ido evolucionando con el paso del tiempo y son numerosos los
catálogos y repertorios que se hacen de las mismas.
Hemos podido constatar, por
una parte, que en la literatura especializada
la expresión “método” constituye un constructo quizás excesivamente amplio e
internamente heterogéneo. Se ha utilizado como una especie de cajón de sastre
en el que caben muchos componentes: la forma de abordar los contenidos, los
estilos de organización del grupo de alumnos, el tipo de tareas o actividades,
el estilo de relación entre las personas, etc. Por otra parte, tampoco
podríamos hablar con propiedad de “buenos” o “malos” métodos ya que todos ellos
tienen sus virtualidades y pueden resultar funcionales o no según cuál sea la
naturaleza y el estilo del trabajo a desarrollar. Las características propias
de las disciplinas condicionan notablemente las diversas modalidades o técnicas
docentes (clases magistrales, prácticas, trabajos dirigidos, etc.): comportando
cada una de ellas exigencias y condiciones para su implementación muy variadas.
Antes de referirnos a
los criterios de selección y a las técnicas didácticas, quisiéramos detenernos,
si quiera brevemente y a título ilustrativo, en dos de las múltiples
catalogaciones a las que nos hemos referido con anterioridad.
Brown y Atkins (1988)
hacen una especie de catalogación en la que los diferentes métodos de enseñanza pueden ser situados en un continuo. En
un extremo estarían las lecciones magistrales en las cuales la participación y
el control del estudiante son mínimos. En el otro extremo estaría el estudio
autónomo en el cual la participación y control del profesor son usualmente
mínimos. Con todo, debe notarse que incluso en cada uno de los extremos del
continuo hay algo de control y participación por parte del profesor y de los
alumnos; así, por ejemplo, en la lección
magistral los estudiantes pueden elegir qué apuntes tomar, qué preguntas
plantear, etc. El estudio autónomo de un alumno también puede estar influenciado
por las sugerencias del profesor, los materiales y las tareas que se le han
encomendado y los textos que se le han recomendado. Gráficamente podríamos
representar esta catalogación del siguiente modo:
|
5
|
5
|
5
|
5
|
5
|
5
|
|
Lección
Magistral
|
Enseñanza
en pequeños grupos
|
Supervisión
de investigación
|
Trabajo
de laboratorio
|
Sistema
autoinstructivo
|
Estudio
privado
|
Entre
los extremos del continuo pueden estar la enseñanza en grupos pequeños, el
trabajo en el laboratorio y la investigación individual o supervisión de
proyectos. La localización precisa de estos tipos de enseñanza no es fácil.
Cada tipo de enseñanza contiene una rica variedad de métodos que incluyen
distintos grados de participación del profesor y del estudiante. Por ejemplo,
la enseñanza en grupos pequeños puede estar muy estructurada y controlada
rígidamente por el profesor, o puede ser una discusión libre en la cual el
profesor interviene ocasionalmente. El trabajo de laboratorio puede ser una
serie de experimentos rutinarios especificados con precisión por el profesor o
un conjunto de investigaciones guiadas en las que el estudiante desarrolla las
hipótesis a probar, elige los métodos y diseña los experimentos apropiados. Una
supervisión de investigaciones particular puede ser dirigida totalmente por el
profesor y otra dirigida enteramente por el estudiante. Estas nociones pueden
dar una idea de las exigencias y condiciones que requiere la implementación de
las diversas técnicas de enseñanza, tal y como señalábamos anteriormente, si
bien no dejan de ser útiles para ayudar al profesor a clarificar sus
intenciones con respecto a la participación y control de los estudiantes en función,
como ya se ha dicho, del conjunto de variables (tamaño del grupo,
características de la asignatura, etc.) en las que se ubique el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Tres categorías de métodos de enseñanza
El número de métodos de enseñanza no
es ilimitado. Así pues, tenemos catalogados alrededor de 30 métodos de
enseñanza incluidas las variaciones sobre un mismo método. Estos métodos de
enseñanza se pueden reagrupar en tres categorías:
-
Métodos de enseñanza basados en las distintas
formas de exposiciones magistrales.
-
Métodos orientados a la discusión y/o al trabajo en
equipo.
-
Métodos fundamentados en el aprendizaje individual.
En
apartados posteriores describimos con más detalle cada uno de los métodos de
enseñanza que figuran en el cuadro siguiente:
|
Lección magistral
|
Exposiciones
formales
|
§
Conferencia de un solo profesor
§
Conferencias sucesivas de varios profesores
|
|
Exposiciones
informales
|
§
Exposición magistral informal
§
Exposición-demostración
§
Exposición-presentación de un caso
§
Exposición presentada por los alumnos
|
|
|
Trabajo en grupo
|
Seminarios
|
§
Seminario clásico
§
Proposiciones de Nisbert
§
Debate
|
|
Estudio de casos
|
§
Método de Harvard
§
Caso dramatizado
§
Caso simplificado
§
Técnica de Pigors
§
Redacción de casos por los alumnos
|
|
|
Enseñanza por
pares
|
§
Proyecto
§
Aprendizaje por resolución de problemas
§
Trabajo dirigido o taller
§
Célula de aprendizaje
§
Simulación
§
Juego educativo
§
Juego de roles
|
|
|
Otros
|
§
Sesiones de laboratorio
§
Microenseñanza
§ Team-teaching
|
|
|
Trabajo autónomo
|
Dirección de
estudios
|
§
Contrato de aprendizaje
§
Programa de lecturas
§
Stages
§
Enseñanza cooperativa
§
Enseñanza a distancia
|
|
Trabajo
individual
|
§
Enseñanza modular
§
Audio-tutoría
§
Enseñanza por prescripciones individuales
§
Enseñanza personalizada
§
Enseñanza programada
|
El
“mejor” método de enseñanza
Cabe preguntarse, a priori, si entre
todos estos métodos de enseñanza, no existe uno que sea mejor que los otros.
Aun a riesgo de decepcionar a alguien, hay que subrayar que los resultados de las investigaciones
relativas a los métodos de enseñanza no han podido probar la supremacía de un
método de enseñanza en particular.
Parece,
más bien, que la eficacia de un método de enseñanza es circunstancial y depende
de algunos de los factores siguientes:
-
Características de la población estudiantil
-
Materia a enseñar
-
Personalidad del profesor
-
Condiciones físicas y materiales
-
Objetivos previstos
Con
relación a las características de la
población estudiantil hay que tener en cuenta que todos los estudiantes
no obtienen el mismo provecho de un determinado método de enseñanza. Así, aquellos
que presentan dificultades de aprendizaje sacan mejores resultados con métodos
muy estructurados en los que el trabajo está previamente preparado por el
profesor; por el contrario, aquellos con aptitudes intelectuales “normales” o
superiores se benefician en mayor medida de métodos menos estructurados que les
permitan una mayor iniciativa personal.
Es
necesario, en todo caso, evitar los extremos; las investigaciones sobre la
eficacia de los métodos de enseñanza han demostrado que resulta tan ineficaz
una falta de estructura como una estructuración excesiva. El profesor no puede
permitirse, por consiguiente, elegir un método de enseñanza en función de lo
cómodo o atractivo que le resulte este; si quiere optimizar el aprendizaje de
sus estudiantes, debe elegir métodos de enseñanza que se correspondan a las
características de la población estudiantil a la que va a dirigirse.
La materia a enseñar ejerce igualmente una
influencia directa sobre la elección de
los métodos de enseñanza. Las asignaturas más teóricas que prácticas se adaptan
muy bien a métodos como la lección magistral, la discusión o las lecturas; por
el contrario, las asignaturas de carácter práctico funcionan mejor con métodos
que propicien la aplicación como la realización de proyectos, la resolución de
problemas, la enseñanza por pares, la simulación, las sesiones de laboratorio,
etc.
Por
lo que respecta a la personalidad del
profesor, las cualidades
personales y profesionales del mismo representan por sí mismas un factor nada
despreciable a la hora de elegir un método de enseñanza. Los peores
comunicadores en presencia de un gran grupo pueden experimentar una exposición
magistral como un verdadero martirio; otros, por el contrario, son incapaces de
atender una consulta individual sin resistirse a la tentación de hacer una
exposición. Algunos se sienten a gusto cuando animan grupos, otros no pueden
guiar a los estudiantes más que de un modo directivo gobernando todas sus
acciones. De hecho, todas las posibles virtualidades de un método son vanas si
no hay adecuación entre éstas y la personalidad del profesor.
Las condiciones físicas y materiales en las que se
desarrolla la docencia facilitan o no la aplicación de ciertos métodos de
enseñanza. Por ejemplo, no se puede recurrir a los métodos de enseñanza
orientados a favorecer la discusión salvo que el número de estudiantes sea
restringido; por otra parte, para que un
trabajo en equipo sea eficaz, es necesario comprometer a los asistentes a fin
de ofrecerse a las consultas, más numerosas en este caso, de los estudiantes;
si el trabajo en equipo se realiza en grupos, el profesor no puede formar
equipos demasiado numerosos ya que estos resultan ineficaces.
Por
lo que respecta a los objetivos
previstos, hay que subrayar que todos los métodos de enseñanza no
permiten alcanzar todos los tipos de objetivos. De este modo, algunos favorecen
el logro de objetivos sencillos y concretos, mientras otros favorecen el que se
alcancen objetivos más complejos y abstractos; algunos otros son apropiados
para alcanzar objetivos de la taxonomía afectiva y psicomotriz, otros no sirven
en absoluto para estos fines.
Si
no existe “el mejor método”, los resultados de investigación sobre métodos de
enseñanza han llegado a las siguientes tres conclusiones de carácter general:
-
Todos los métodos de enseñanza son equivalentes
cuando se trata de hacer alcanzar objetivos simples como la adquisición y la
comprensión de conocimientos.
-
Los métodos de enseñanza mayoritariamente centrados
en el estudiante propician particularmente alcanzar objetivos relacionados con
la memorización a largo plaza, el desarrollo del pensamiento, el desarrollo de
la motivación y el transfer de
aprendizajes.
-
Los resultados superiores obtenidos con ciertos
métodos de enseñanza son aparentemente menos atribuibles a estos métodos por sí
mismos que a la cantidad y calidad de trabajo intelectual personal que aquellos
permiten generar.
Insistimos
en que no existe “el mejor método de enseñanza”, no obstante, los métodos de
enseñanza mayoritariamente centrados sobre los estudiantes parecen más
formativos, más generadores de aprendizajes significativos y más adecuados para
favorecer la memorización y el transfer
de aprendizajes que los métodos centrados en el profesor.
En definitiva y como venimos señalando, no parece
que haya conclusiones definitivas sobre si unos métodos son mejores que otros
para la asimilación de los contenidos de las diversas disciplinas. Parece, más
bien, que cada método cumple mejor unas funciones o fases que otras del proceso
de enseñanza-aprendizaje. Lo que significa que el mejor método es, en realidad,
una combinación de métodos. Algo que nos permita atender los distintos componentes
de dicho proceso.
Si tomáramos, por ejemplo, como punto de referencia
las fases del proceso de aprender que señala Entwistle (1992) podríamos
establecer el pequeño cuadro de virtualidades, que reproducimos a continuación,
de los diversos métodos en función de si resultan efectivos o no en el
cumplimiento de ese propósito.
|
Funciones del proceso de enseñanza-aprendizaje
|
Métodos didácticos pertinentes
|
|
1. Presentación de la información
|
Una buena lección magistral cumple bien esta
función. También lo pueden hacer los métodos de trabajo autónomo si poseen
buenos materiales.
|
|
2. Recuperación de las lagunas o ideas erróneas
en conocimientos previos (remedial
support)
|
Cuando el grupo en amplio los modelos magistrales
no consiguen cumplimentar esta función. Sí se puede hacer a través de los seminarios,
el trabajo en grupo (mediante el apoyo entre iguales) o a través de preguntas
y actividades “ad hoc” en el trabajo autónomo.
|
|
3. Reforzamiento de la comprensión
|
La lección magistral puede cumplir esta función a
través de niveles adecuados de redundancia y repasos. El método de trabajo
autónomo lo puede conseguir mediante materiales complementarios y actividades
de autoevaluación. En el trabajo en grupos resulta un poco más problemático y
depende del apoyo clarificador que se puedan prestar entre sí los miembros
del grupo.
|
|
4. Consolidación (a través de la práctica)
|
Todas las modalidades metodológicas pueden
conseguir este propósito aunque siempre que lo planteen a través de actividades
específicas que exijan a los sujetos contrastar sus aprendizajes. El trabajo
autónomo está especialmente indicado (en la medida en que es cada sujeto
individual el que ha de lograr consolidar su aprendizaje). Las prácticas de
campo, la resolución de problemas, etc. constituyen estrategias de
consolidación
|
|
5. Elaboración y reelaboración de la información
|
Una fase más profunda del aprendizaje exige la
incorporación de nuevas informaciones y su integración en las anteriores
ampliando en extensión y profundidad los aprendizajes. Todos los métodos
pueden lograrlo si se incorpora como momento específico del proceso y se
suministran las informaciones adecuadas.
|
|
6. Consolidación profunda y fijación del
aprendizaje
|
Exige un momento de revisión final que permita
integrar los aprendizajes parciales anteriores. La lección lo puede hacer,
también el trabajo autónomo (a través de actividades de aplicación y afianzamiento
del aprendizaje). El trabajo en grupo requiere de la intervención directa del
profesor para conseguirlo. La realización de informes o proyectos ayuda en
esta fase de consolidación final.
|
Criterios
de selección
Para
permitir al profesor elegir fácilmente un método o una combinación de métodos
de enseñanza, se ha concebido una matriz que relaciona las familias de métodos
identificados en la tabla anterior con cinco variables susceptibles de influir
en la elección. Estas cinco variables son las siguientes:
-
Los niveles de los objetivos cognitivos previstos.
-
La capacidad de un método para propiciar un
aprendizaje autónomo y continuo.
-
El grado de control ejercido por los estudiantes
-
El número de alumnos a los que un método puede
abarcar
-
El número de horas de preparación, de encuentros
con los estudiantes y de correcciones que un método exige.
Niveles
de los objetivos cognitivos previstos
Cuando
hablamos de niveles de objetivos, hacemos referencia aquí, por una parte, a los tres niveles inferiores de la taxonomía
de objetivos cognitivos de Bloom (adquisición de información, comprensión y
aplicación) y por otra parte, a los tres niveles superiores de la misma
taxonomía (análisis, síntesis y evaluación). Para identificar los métodos que
permiten alcanzar los objetivos de una u otra de estas dos categorías,
utilizamos los códigos INF para la primera y SUP para la segunda.
Capacidad
de un método para propiciar un aprendizaje autónomo y continuo
Se
trata de la capacidad de un método para incitar a los estudiantes a adquirir y
desarrollar determinadas habilidades de trabajo: planificación de una tarea de
aprendizaje y verificación de su cumplimiento; clasificación de la información
e identificación de los puntos importantes; organización del tiempo y distribución
del esfuerzo; control de la calidad del trabajo personal; organización del
trabajo en equipo; desarrollo de la motivación hacia el aprendizaje, etc. Para
traducir la capacidad de un método para favorecer el trabajo autónomo y
continuo por parte del estudiante, clasificamos los métodos de ayuda con los
códigos: DEBIL, MEDIANO Y ELEVADO.
Grado
de control ejercido por el estudiante
El
grado de control que un alumno ejerce sobre su aprendizaje influye
considerablemente sobre la calidad de este último. Así, el hecho de que él deba
(o pueda) planificar su aprendizaje hace al estudiante más responsable,
responsabilidad que genera una motivación más profunda, hace los aprendizajes
más significativos, más perdurables y más fácilmente transferibles.
El
control de un estudiante puede ejercerse también sobre la naturaleza de los
objetivos, sobre el grado de profundización en los contenidos, sobre el modo de
asimilar estos contenidos e incluso sobre las modalidades de evaluación del
logro de estos objetivos.
Para
clasificar los métodos de enseñanza en función de este criterio, utilizamos los
códigos siguientes: DEBIL grado de control, MEDIANO y ELEVADO grado de control.
Número
de estudiantes que un método puede abarcar
El
número de estudiantes que puede abarcar un método de enseñanza es variable.
Cuanto mayor es el número de estudiantes, existen menos posibilidades de
interacción, de control, de supervisión individual o de realimentación entre el
profesor y los alumnos y entre estos últimos entre ellos mismos.
El
número de estudiantes puede ser PEQUEÑO (1 a 15), MEDIANO (15 a 30) o GRANDE
(30 a 60) y a veces, incluso, muy elevado (más de 60).
Número
de horas de preparación, de encuentros con los estudiantes y de correcciones
que un método exige
Los
diversos métodos de enseñanza exigen del profesor un número de horas de
preparación, un número de horas de encuentros con los estudiantes y un número
de horas de correcciones de diverso tipo.
Para
clasificar los métodos de enseñanza en función de este criterio, empleamos los
códigos siguientes: PEQUEÑO, MEDIANO y ELEVADO.
Como
muestran los datos de la tabla siguiente, los métodos de enseñanza basados en
exposiciones están centrados en el profesor ya que es éste quien transmite la
información a sus alumnos; por este motivo, estos métodos no favorecen el logro
más que de objetivos de niveles inferiores. Propician poco el aprendizaje
autónomo y continuo de l alumno ya que es el profesor quien se encarga del
control de las actividades. No obstante, el profesor que lleva a cabo exposiciones
magistrales puede adaptarse mejor a grupos muy numerosos.
CRITERIOS DE SELECCIÓN
|
METODOS DE ENSEÑANZA
|
Exposiciones
|
Discusiones o
trabajo en grupo
|
Aprendizaje
individual
|
||||
|
Formales
|
Informales
|
Seminario
|
Estudio caso
|
Enseñanza por
pares
|
Dirección de
estudios
|
Trabajo individual
|
||
|
Niveles de los
objetivos cognitivos
|
INF
|
INF
|
SUP
|
SUP
|
SUP
|
SUP
|
SUP
|
|
|
Capacidad para
propiciar un aprendizaje autónomo y continuado
|
DEBIL
|
DEBIL
|
MEDIANO
|
MEDIANO
|
ELEVADO
|
ELEVADO
|
ELEVADO
|
|
|
Grado de control
ejercido por el estudiante
|
DEBIL
|
DEBIL
|
MEDIANO
|
ELEVADO
|
ELEVADO
|
ELEVADO
|
ELEVADO
|
|
|
Número de
estudiantes que se puede abarcar
|
GRANDE
|
GRANDE
|
MEDIANO
|
MEDIANO
|
MEDIANO
|
PEQUEÑO
|
GRANDE
|
|
|
Número de horas de
preparación, de encuentros y de correcciones
|
MEDIANO
|
MEDIANO
|
PEQUEÑO
|
MEDIANO
|
GRANDE
|
GRANDE
|
GRANDE
|
|
Todos
los otros métodos de enseñanza, tanto los que propician la discusión o el
trabajo en equipo como los que se basan en el aprendizaje individual, permiten
globalmente, a nuestro juicio, alcanzar los objetivos de los niveles
superiores, favorece –más o menos- el aprendizaje autónomo y continuo y
proporcionar a los estudiantes un mayor grado de control sobre su aprendizaje.
No obstante, en su conjunto, estos métodos no pueden adaptarse más que a grupos
de un tamaño medio; salvo los métodos basados en el aprendizaje individual que
una vez implantados, pueden satisfacer a un elevado número de alumnos.
Los
métodos de enseñanza que exigen del profesor la preparación de un material
escrito u otro (estudio de casos, aprendizaje por resolución de problemas,
enseñanzas individualizadas…) requieren, en general, un considerable esfuerzo
de trabajo inicial. Por el contrario, este inconveniente se frecuentemente
compensado por la calidad de los aprendizajes que encierran estos métodos de
enseñanza.
Para
resumir, recordemos que un profesor no puede permitirse elegir un método de
enseñanzas “a ciegas”. Debe, sin duda, tener en cuenta los criterios que hemos
descrito en líneas anteriores, así como la naturaleza de la población
estudiantil, de la asignatura, las condiciones físicas y materiales y la
adecuación entre el método de enseñanza y su personalidad.
Retengamos,
además, que la eficacia de un aprendizaje, depende menos de un método de
enseñanza en sí mismo que de la calidad y cantidad de trabajo intelectual
individual que permite generar por parte de los estudiantes.
4.3. La orientación y gestión de las actividades de
aprendizaje
Otro de los aspectos importantes de esta
competencia metodológica tiene que ver con la selección y organización de las
tareas que hacemos los profesores. Es bien cierto que dicha actuación didáctica
podría ser considerada como una parte del método, pero quizás convenga tratarla
separadamente para permitirnos una consideración un poco más detenida y
minuciosa de la importancia de las tareas en los procesos de aprendizaje.
Las tareas constituyen
las unidades de actuación en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Constituyen,
además, unidades integradas, esto es, en ellas están presente tanto los
objetivos formativos (que son los que les dan sentido) como la actuación de los
profesores (que son los que definen la demanda) y la de los alumnos (que son
quienes han de llevar a cabo la actividad demandada). Por eso tienen la enorme
ventaja de que pueden ser analizadas desde una perspectiva global en la que se
toman en consideración los tres vértices del proceso formativo: el proyecto
formativo en su conjunto, los profesores y los alumnos.
Es particularmente
importante la forma en que los alumnos perciban las tareas que se les proponen,
la importancia de las consignas que el profesor suministre para su realización
y del nivel de guía con que acompañe su desarrollo, la importancia del feed
back como oportunidad para ajustar los procesos de aprendizaje, etc. En
conexión con aquellas consideraciones convendría analizar aquí algunos otros
aspectos de las tareas:
-
La variedad de las tareas
Uno de los aspectos que suele llamar más la
atención en las clases universitarias es la escasa variedad de actividades que
se llevan a cabo. Muy a menudo, toda la clase se ha sustanciado en una sola
actividad (la explicación del profesor).
Aunque las clases demasiado cortas no dan pie a excesivas variaciones,
el cambiar de actividad es, casi siempre, un estímulo a la motivación y ofrece
la posibilidad de introducir nuevas demandas cognitivas a los alumnos.
-
La importancia de la
demanda cognitiva que incluye cada tarea
Aprender es enriquecer la mente con nuevos
conocimientos y nuevas capacidades. Pero para que eso se produzca es preciso
que los procesos didácticos estimulen ese enriquecimiento. Siempre hemos sabido
que aprender es algo más que memorizar grandes cantidades de información. Como
suele decirse, saber es “tener la cabeza bien hecha, no bien llena”.
Sin embargo no es extraño constatar cómo, a veces,
las tareas que se demandan a los alumnos. El tipo de operación mental que ellos
deben realizar para resolverlas es muy uniforme. Esto es, no se hace variar la
demanda cognitiva u operativa de las tareas.
-
La importancia de los
productos de la actividad
Un asunto interesante relativo a las tareas es
concebirlas como un proceso cerrado y con sentido. Esto es, algo que se plantea
con unos objetivos (que quedan claro para quien ha de desarrollar la tarea, de
ahí la importancia de las consignas), que tiene un desarrollo y que concluye
con un producto. Se diría que este tipo de procesos produce una mayor
satisfacción intelectual y un tipo de aprendizaje más efectivo que aquellos
otros en que al final uno no llega a nada tangible y objetivo, algo que quede
como testimonio de la actividad realizada.
Los productos de las actividades poseen así una
doble funcionalidad: refuerzan la autoestima de sus autores (o cuando menos su
capacidad autovalorativa) y se convierte en testimonios del trabajo realizado
que pueden ser utilizados como elementos de documentación y como recursos para
aprendizajes más evolucionados.
Las tareas, en definitiva, operativizan los
planteamientos más teóricos y globales en los que nos estemos moviendo en
nuestra docencia. En las tareas es donde se descubre el modelo de enseñanza que
desarrollamos. Por eso es importante su consideración si queremos hacernos una
idea de cuál es nuestro estilo docente y cuáles los puntos fuertes y débiles de
nuestra didáctica.. Existen tres criterios básicos que podríamos aplicar al
análisis de las tareas que llevamos a cabo en clase (o las que encomendamos
realizar a nuestros alumnos fuera de clase):
- El criterio de la validez: si son congruentes con los objetivos
formativos que nos hemos propuesto, esto es, si es previsible que a través de
esa actividad consigamos lo que estamos intentando conseguir.
- El criterio de la significación: si la actividad en sí misma es
relevante, si tiene interés y merece la pena hacer lo que en ella se pide.
- El criterio de la funcionalidad: si es realizable desde la perspectiva
de la situación y las condiciones en que debe ser realizada y si es compatible
con el resto de los componentes del proceso didáctico.
Algunos de estos
aspectos pueden resultarnos muy interesantes a la hora de analizar nuestra
docencia. No es infrecuente escuchar quejas de los estudiantes de que las
tareas o trabajos que les mandamos hacer son excesivos y se acumulan los de
unas materias y otras (deficiencias en el criterio de funcionalidad) o que se
trata de actividades poco interesantes para ellos (problemas de significación) o poco pertinentes para lo que están estudiando
(conflictos de validez).
4.4. Las relaciones interpersonales
La extendida idea de que enseñar es “transmitir
conocimientos” por parte del profesor resulta claramente insuficiente para
reflejar la riqueza y variedad de los intercambios que se producen dentro del
proceso de relación profesores-alumnos. La enseñanza abre procesos de
intercambio que van mucho más allá que el intercambio de informaciones
Algunos modelos de
enseñanza universitaria insisten en la importancia de rescatar esta cualidad
interactiva de la docencia que se ha ido perdiendo progresivamente a favor de
una perspectiva más instruccional y descomprometida de la dimensión formadora.
Sin embargo, teniendo en
cuenta los cambios acaecidos en la universidad en los últimos años que han
provocado profundas transformaciones en la naturaleza de estas relaciones entre
profesores y alumnos, tales cambios
imponen nuevas condiciones al desarrollo de esta competencia de los profesores.
Gestionar hoy en día las relaciones interpersonales en la enseñanza universitaria
presenta importantes retos:
-
El reto de las clases numerosas
Los estudios
internacionales en torno a las clases numerosas han dejado claros algunos
aspectos importantes en relación al desarrollo de una docencia de calidad.
Algunas de estas conclusiones de los estudios son preocupantes y merecen ser
tomadas en consideración. Por ejemplo, que el fracaso escolar y el abandono se
incrementan notablemente. Que el contacto entre profesor y alumno/a
(individual) acaba siendo mínimo. Que ello hace imposible, de facto, esa
interacción colaborativa entre docente y alumnos que se produce únicamente en la medida en que
el profesor los conoce y puede seguir su proceso de aprendizaje.
Los grupos masivos
provocan, además, el sentimiento de anonimato en los estudiantes que suele
conllevar en algunos reacciones de miedo e inseguridad. Añádase a ello las dificultades para hacer preguntas.
Los grupos grandes suelen imponer más, sobre todo a los alumnos más tímidos e
inseguros. Y tienden a propiciar una actitud más pasiva y receptiva por parte
del alumnado en general..
El sistema español, en
el que predominan clases masivas, no debe ser óbice para que tomemos dicha
cuestión como un importante reto vinculado a una docencia de calidad. La
valoración de los estudiantes subraya que la “capacidad de relacionarse con
ellos” es la cualidad de los docentes que los estudiantes tienden a valorar
más.
-
El reto del estilo de liderazgo a asumir por el docente
Otra de las cuestiones
que tradicionalmente se han incluido es este apartado de las relaciones interpersonales
es la del liderazgo.
Las clases y en general
los diversos espacios formativos constituyen escenarios relacionales regulados:
las cosas deben funcionar de una cierta manera, existen unas exigencias y unas
normas y, en definitiva, no todo está permitido. La forma en que las instituciones y cada uno
de los docentes interpretan y aplican dicha regulación es lo que constituye el
“estilo de liderazgo”.
Aunque ha habido muchas matizaciones posteriores,
la aportación más clásica y conocida a los estilos de liderazgo establece tres estilos básicos:
-
Estilo autoritario
o directivo: es el profesor el que señala las tareas y la forma de
llevarlas a cabo, critica y alaba personalmente, ordena lo que en cada caso
debe hacerse para alcanzar el objetivo y distribuye los cometidos individuales.
-
Estilo democrático o participativo, los alumnos
participan en la confección de los proyectos y en las decisiones a adoptar en
las diferentes actividades. Los cometidos de cada uno se distribuyen de común
acuerdo. El líder participa como uno más en las actividades y, en lugar de
alabanzas o críticas personales, da instrucciones técnicas o reconoce el
trabajo realizado.
-
Estilo laissez-faire o pasivo: la conducta del
profesor es pasiva, reacciona tan sólo cuando se lo solicitan los miembros del
grupo.
Otros autores llegaron a clasificaciones similares
aunque con denominaciones menos connotadas. Así Anderson y Brewer (1945)
hablaron de profesores dominantes y
profesores integradores.
Parece obvio que se trata de enunciados extremos.
Es posible que nadie se identifique con un estilo de liderazgo puro: todos
tenemos algo de dominantes y algo de integradores. La cuestión puede estar en
cuál es la tendencia dominante en nuestra actuación. Tampoco es fácil saber si
uno de esos modelos es el bueno y los otros son los malos.
Parece claro que el reto
básico para un docente es encontrar ese punto de inflexión adecuado que
combine, en la debida proporción, directividad y participación de los alumnos.
Por lo que hasta ahora se sabe, el clima de trabajo más adecuado y eficaz es el
que integra ambas dimensiones.
En definitiva, el
componente relación y la forma en que los profesores y profesoras
universitarios lo desarrollemos define el “clima” en el que vayamos a
desarrollar nuestra docencia. Y juega un importante papel en variables tan
importantes como la satisfacción de los sujetos, su implicación en el trabajo
y, en definitiva, en su rendimiento.
-
El clima de la clase
Un concepto importante a
la hora de analizar las relaciones interpersonales que se producen en nuestras
clases es el de “clima”. Se trata de un concepto excesivamente amplio y borroso
en el que se integran muchas dimensiones: "El clima de una institución
educativa resulta del tipo de programa, de los procesos utilizados, de las
condiciones ambientales que la caracterizan como una institución y como un
agrupamiento de alumnos, de los departamentos, del personal, de los miembros de
la dirección. Cada institución posee un clima propio y distinto. El clima
determina la calidad de vida y la productividad de los profesores y de los
alumnos. El clima es un factor crítico para la salud y para la eficacia de una
escuela. Para los seres humanos, el clima puede convertirse en un factor de
desarrollo”.
La clase (o cualquier
otro espacio específico de formación) constituye un escenario más doméstico y
especializado. Eso hace que el "clima", analizado en el contexto de
un aula o laboratorio, esté más saturado de componentes afectivos (en lo que se
refiere a las relaciones interpersonales) y aspectos relacionados con la
realización y gestión de las tareas instructivas. Ello no obsta para que sigan
manteniendo su importancia otros aspectos más genéricos que afectan al conjunto
de la organización como, por ejemplo, la comunicación y el poder.
En definitiva, que la
habilidad para manejarse de manera adecuada en el contexto de las relaciones
interpersonales en que se produce la interacción profesor-alumnos es un
importante componente del perfil profesional de los docentes. Desde el punto de
vista de la formación no se trata tanto de dotarse de unas técnicas
relacionales (aprender técnicas para saber diseñas formas de relación y
resolver los problemas que sobrevengan)
cuanto de estar en disposición de someter a análisis permanente los
procesos interactivos en los que estamos implicados. Aprender técnicas puede
que esté bien y ayude en algunos aspectos (saber dirigir una reunión, saber
desarrollar una mediación formal en un conflicto, etc.). Pero como quiera que
las relaciones se construyen con elementos no sólo racionales sino también
emocionales (que con frecuencia ni siquiera son conscientes) la pura técnica es
insuficiente y se precisa de esa revisión permanente.
5. LOS GRANDES
MÉTODOS
5.1. Lección magistral participativa
Heredera
de la “lectio” medieval, la Lección Magistral sigue siendo uno de los métodos
docentes más utilizado en Enseñanza Universitaria. Bien realizada, es pertinente
para el logro de ciertos objetivos: adquirir información actualizada y bien organizada
procedente de fuentes diversas y de difícil acceso al estudiante, facilitar la
comprensión y aplicación de los procedimientos específicos de la asignatura y
elevar los niveles motivacionales de los estudiantes hacia la asignatura. Una
lección será magistral si consigue los objetivos que pretende. Es decir, si
logra que los estudiantes aprendan lo que ellos y nosotros nos proponemos
conseguir en ella. Nos podemos proponer que aprendan distintas cosas:
conocimientos, destrezas, valores. Estos son los grandes objetivos o metas de
la enseñanza universitaria. Ya hemos hablado antes de la diversidad metodológica
en función de la diversidad de los objetivos y de la necesidad de
complementariedad entre los métodos.
El
proceso de aprendizaje de las asignaturas universitarias es complejo. El estudiante
tiene que poner en funcionamiento un amplio repertorio de capacidades para
asimilar y reconstruir la información que le llega procedente de diversas fuentes.
Nuestra labor consiste en facilitar al estudiante este aprendizaje y propicia
las experiencias oportunas para hacer posible la construcción personal y social
del conocimiento. Para llegar al nivel de "dominio" de los
conocimientos, destrezas y actitudes, el camino más corto e interesante es a
través del aprendizaje activo (aprender a hacer haciendo) y cooperativo
(aprendiendo con los pares). Según esto, nuestra preocupación será cómo
planificar y realizar una Lección Magistral Participativa que facilite a
nuestros estudiantes este aprendizaje activo y cooperativo, teniendo, también,
como ya hemos señalado reiteradamente, el contexto en el que desempeñamos
nuestro quehacer docente.
Vamos a presentar un modelo de lección magistral que facilite el
aprendizaje activo y cooperativo de los estudiantes –preferimos en este sentido
y siguiendo a De la Cruz (1998) denominarlo “Lección Magistral Participativa”.
Como todo modelo se trata de una representación simplificada de la realidad
que, en todo caso, nos permite
analizarla, evaluarla y modificarla. Según dicho modelo una lección será magistral:
o
Si promueve el
conocimiento por comprensión.
o
Si crea la necesidad de seguir aprendiendo.
o
Si crea un ambiente de trabajo personal y
colaborativo entre los alumnos.
o
Si el alumno asume la responsabilidad y protagonismo
del aprendizaje
Y esto será más posible si en ella hay unos tiempos y tareas centrados
en el profesor y otros centrados en las actividades que llevan a cabo los
estudiantes ya individualmente ya en grupos pequeños. Para que la lección
magistral participativa resulte, además, efectiva, dichos momentos y tareas
exigen inexcusablemente el empleo de materiales de trabajo y recursos
didácticos elaborados con anterioridad. No en vano, Brown y Atkins (1988) ponen
de relieve que es más importante la fase de preparación de la lección magistral
que su presentación y De la Cruz (1998) insiste en la importancia de esta
preparación previa ya que sin ella no es posible saber y controlar la calidad
de lo que se va a decir y hacer, advirtiéndonos que la improvisación es el peor
enemigo de la lección magistral participativa.
A
modo de características y exigencias de una buena lección magistral
participativa para que en nuestras clases los estudiantes logren sus objetivos
de aprendizaje activo y cooperativo es necesario que esta cumpla los siguientes
requisitos:
a)
Estar bien preparada.
b)
Estar bien estructurada
c)
Ser impartida con claridad y
expresividad y entusiasmo.
d)
Dar oportunidad a los estudiantes
para intervenir.
e)
Manejar eficazmente las intervenciones
de los alumnos.
f)
Despertar la necesidad de seguir
aprendiendo.
g)
Fomenta el aprendizaje cooperativo
entre los estudiantes y también significativo, lo cual no plantea ninguna
contradicción, ya que como señala Ausubel (1990) la mayoría del aprendizaje de
los seres humanos es receptivo por asimilación.
Para
que el aprendizaje activo y cooperativo de los alumnos sea posible en el aula,
es necesario, así mismo, tener muy presentes y
evitar los errores que con frecuencia se comenten al identificar la
lección magistral (método docente, es decir ocasión de aprendizaje) con una
conferencia (método expositivo o meramente transmisivo). Básicamente, estos
serían los siguientes:
a)
Dar demasiada información
b)
Velocidad de expositiva excesiva.
c)
Dar por supuestos demasiados conocimientos.
d)
No hacer resúmenes durante la exposición y al final
de ella.
e)
No destacar las ideas principales.
f)
No temporalizar los contenidos.
g)
No relacionar los temas.
h)
Usar un lenguaje demasiado técnico.
i)
Identificar exponer y enseñar y enseñar con
aprender.
A
pesar de las duras críticas, la lección magistral sigue siendo el método más
usado y las razones que explican esta permanencia son que la lección magistral
en comparación con otros métodos es más eficaz para la transmisión de información,
para la facilitación de la comprensión de temas complejos, para elevar el nivel
motivacional de los alumnos, para sintetizar fuentes informativas diversas y de
difícil acceso para los estudiantes y por razones de economía y esfuerzo. Como
señala M. Pujol Balcells y J.L. Fons Martín (1978, P.-90) “la lección magistral ocupó un lugar
destacado en la docencia universitaria y no parece que haya razones suficientes
para descartarla. Es necesario en cambio alcanzar complementariamente dos
metas: Introducir en la enseñanza superior otros métodos que consignan
objetivos que no son accesibles con las solas lecciones magistrales, y mejorar
la efectividad de este método"
Estructuración de la lección
magistral
Vamos a presentar a continuación las exigencias principales del cuerpo de la
lección magistral participativa, que según DE LA CRUZ (1998) son:
estructuración del contenido,
claridad expositiva, mantenimiento de la
atención y el interés, favorecer la participación de los estudiantes y uso
eficaz del tiempo de clase.
1. ‑ Estructuración del contenido
Hace referencia a los distintos modos de organizar el
contenido de la clase en la que debe haber un número limitado de puntos o ideas
claves, unos ejemplos relacionados con ellos que sirvan de ilustración y
presentación de los posibles campos de aplicación del contenido. Los puntos
principales se pueden ordenar de diferentes modos. Los principales tipos de
organización del contenido son: clásica, centrada en un problema, secuencial,
comparativa y tesis.
Clásica. La exposición se divide en secciones y éstas en apartados y
estos en puntos concretos que son las ideas principales de la exposición entorno
a los cuales se presentan ejemplos, elaboraciones, comentarios y resúmenes.
Para usar correctamente este tipo de estructura hace falta tener muy claro el
mapa conceptual del contenido y sus relaciones, una visión de conjunto muy
clara y una jerarquización de las ideas principales.
Centrada en problemas. Este tipo de estructura es útil para estudiar distintos
puntos de vista sobre algún tema. Esta estructuración supone un primer momento
de planteamiento del problema, presentación del los diversos enfoques o
soluciones y una valoración de las mismas con sus aspectos fuertes y débiles.
Requiere que las soluciones posibles puedan ser evaluadas críticamente. Además
se deben hacer resúmenes parciales de los conocimientos que se van adquiriendo
y por último el resumen final de conclusiones es imprescindible para evitar la
posible confusión mental creada en el curso expositivo en algún alumno.
Secuencial.
Consiste en una serie de afirmaciones relacionadas y que conducen a una
conclusión. Es muy útil cuando se aborda un tema desde un enfoque histórico,
evolutivo y se van subrayando los aportes sucesivos hasta llegar al estado actual
de la cuestión. Para que sea eficaz hay que cuidar que los estudiantes sigan
los distintos estadios o secuencias, realizando resúmenes de cada uno de los
pasos y de los procedimientos.
Comparativa. Consiste en
comparar dos o más contenidos, teorías, perspectivas, procesos, ideas,
sistemas, métodos en función de distintos criterios. Este estilo, en
realidad, tiene aspectos en común con
los anteriores. La
organización del contenido es muy exigente tanto para el profesor como para el
alumno. No obstante es un modelo muy adecuado cuando los estudiantes ya tienen
conocimientos sobre los componentes de la comparación y tienen claros los
criterios con respecto los que hacer la comparación.
Tesis.
En este tipo de estructuración se comienza con una aseveración que debe ser
justificada con argumentos y datos y la clase se dedica a la demostración o
confirmación de la tesis.
A fin de lograr una mejor estructuración e impartición de nuestras
lecciones magistrales, solemos tomar en consideración los siguientes criterios:
o
Elaborar previamente un esquema del
contenido.
o
Confeccionar mapas conceptuales de los
temas.
o
Identificar claramente el contenido con el
uso de títulos y subtítulos.
o
Escribir o proyectar en la pizarra el
esquema preparado.
o
Indicar claramente a los alumnos el paso
de un punto a otro del esquema.
o
Presentar, de entrada, una visión general
del contenido que se va a desarrollar.
o
Contextualizar el contenido de la clase en
el plan general de la asignatura.
o
Hacer resúmenes parciales y finales.
2. - Claridad
Para exponer con claridad es necesario, en primer lugar, conocer
con profundidad el tema sobre el que se va a hablar y tener bien estructurado
el contenido. Algunos recursos que ayudan a conseguir esta claridad son:
Emplear encuadres o
marcos generales. Los encuadres son afirmaciones que marcan el inicio y
fin de tópicos y subtópicos en una clase
Usar indicadores.
Los indicadores son afirmaciones que marcan la dirección y dan orientación y
estructura a la exposición (" Ahora vamos a centramos en... después
veremos la relación entre... por último...”)
Focalizaciones. Son
expresiones orales y mímicas o expresiones corporales que sirven para dirigir
la atención de la audiencia hacia puntos importantes de la exposición y
enfatizar los puntos claves de la misma.
Uso de nexos. Los
nexos son afirmaciones que relacionan las partes de una exposición.
3. - Mantener el interés y la atención
Mantener el interés y la atención durante toda la clase es difícil.
Como es bien sabido, a partir de los quince o veinte minutos aproximadamente la
concentración decae. El nivel de activación psicofisiológica es más bajo. El
nivel de trabajo también, los estudiantes copian menos apuntes y con menos
precisión no centrados en las ideas principales. Recuerdan menos información
que en los primeros diez minutos. La curva de caída de la atención es típica y
afecta tanto a estudiantes como a profesor. La caída de la atención depende de
diversas variables: hora del día, estado físico, etc.
Para mantener el interés y la atención de los alumnos en nuestras
clases habituamos a emplear diversas estrategias, como, por ejemplo: Dar un
descanso de un par de minutos en la exposición; alternar entre diversos medios
de exposición: oral, retroproyector, lectura, debate, etc.; intentar hacer la
exposición más interesante y significativa para los estudiantes, incluso más
exigente; implicar a los estudiantes en alguna actividad de aprendizaje para
los estudiantes.
También recurrimos a cortes o pausas y actividades como, por
ejemplo: Leer los apuntes, leer los apuntes del compañero, escribir una
pregunta, formular una pregunta, discutir una pregunta, aplicar un concepto,
responder a un pequeño cuestionario o test, dar un minuto de reflexión en
silencio, dar un minuto de planificación....
4.-Facilitar la participación
Una buena enseñanza es aquella en que da lugar a un buen
aprendizaje. El aprendizaje eficaz (aquel que promueve cambios en los conocimientos,
destrezas y actitudes estables y transferibles) depende del grado de
participación activa que los estudiantes tengan en el proceso de
enseñanza-aprendizaje ya individual ya grupalmente. Para llevar a cabo una
buena enseñanza y un buen aprendizaje, consecuentemente, los profesores debemos
fomentar la participación y cooperación en clase con nuestros alumnos.
Vamos a referirnos a tres recursos que utilizamos para fomentar la
participación de los estudiantes. Se trata, en primer lugar, del manejo eficaz
de las preguntas, en segundo lugar de la presentación y discusión de textos y,
finalmente, del recurso a las técnicas de grupo en el aula para facilitar el
aprendizaje activo y cooperativo (si bien trasladamos el tratamiento de este
recurso al siguiente apartado para poder abordarlo con más detalle cuando
hablemos del trabajo en grupo ya que este tipo de aprendizaje exige la
implicación y compromiso del aprendiz en el proceso de aprender. A su vez, el
aprender haciendo y el aprendizaje con los pares facilita la asimilación y
reconstrucción personal y social de los conocimientos).
Con relación al uso eficaz de la pregunta Morgan y Saxton (1991),
analizan la importancia que la pregunta tiene en el proceso de
enseñanza-aprendizaje y ofrecen una guía práctica para mejorar las habilidades
necesarias en la elaboración de las preguntas por parte del profesor y de los
alumnos. En suma, resaltan el papel de las preguntas como vehículos del
pensamiento, ya que preguntar y responder es un procedimiento de trabajo
intelectual. En función del tipo de preguntas que se formule así serán los
niveles del proceso de pensamiento que estas desencadenan. Básicamente distinguimos
6 tipos de preguntas. Veamos que tipo de pensamiento se realiza en función del
tipo de preguntas:
1.-
Preguntas que requieren extraer
conocimientos de la memoria (recordar).
2.-
Preguntas que requieren relacionar los
conocimientos (comprender)
3.-
Preguntas que requieren aplicación
(solucionar)
4.-
Preguntas que fomentan el análisis
(razonar)
5.-
Preguntas que exigen síntesis (crear)
6.-
Preguntas que demandan evaluación (Juzgar)
7.-
Uso eficaz del
tiempo de la clase para el aprendizaje.
Como profesores debemos planificar, en detalle, cómo usar
adecuadamente el tiempo que dura el curso y cada clase. El tiempo es un recurso
escaso y requiere una administración inteligente. El tiempo de que disponemos
estudiantes y profesores está predeterminado. El empleo del mismo está por
determinar por el usuario. Determinar qué hacer en el tiempo disponible
constituye la esencia de la planificación del curso y de cada clase. Cada
tarea, cada contenido del programa, cada actividad de aprendizaje debe tener
asignado su tiempo. Además de elaborar el esquema del contenido se debe asignar
tiempo a cada parte y tarea programada. Estructuración y temporalización. Así,
por ejemplo, se debe determinar la cantidad de contenido a impartir en función
del tiempo disponible. De esta manera se evitará el error más frecuente en
nuestras clases y programas: intentar dar más contenido en menos tiempo a una
velocidad excesiva. Además de una planificación realista del tiempo, hay que
usar el reloj para cumplir lo programado. El respeto al tiempo exigido por cada
tarea nos demanda cuidar la diversidad entre el tiempo de la exposición y el
tiempo del aprendizaje que siempre es más largo. No podemos confundir -ya lo
hemos dicho anteriormente- la exposición con el aprendizaje. En la exposición
emitimos una cantidad grande de contenido en un intervalo corto de tiempo.
Esto, que en ocasiones puede inducirnos a una falsa impresión de eficiencia,
lleva implícito un error: basta que yo explique para que el alumno aprenda. Las
actividades de aprendizaje ya individuales ya grupales son consumidoras de una
cantidad de tiempo más grande. Si medimos el tiempo sólo en términos de
docencia podemos estimar erróneamente la eficacia y eficiencia de la clase.
Esta hay que medirla en términos de aprendizaje. Desde esta perspectiva el uso
eficaz del tiempo pasa por otras coordenadas.
El criterio al que debemos
atenernos es la rentabilidad de una actividad determinada en función del
aprendizaje duradero y profundo que dicha actividad reporte al alumno.
5.2. Trabajo autónomo
En muchas ocasiones uno de
los objetivos de la educación se centra en valorar el desarrollo de los
estudiantes como alumnos independientes y autónomos, pero el examen de la
mayoría de estructuras y procesos sugiere que estas ideas raramente se ponen en
práctica. La habilidad para descubrir y resolver problemas, para tomar
decisiones acerca de qué y cómo aprender, y para evaluar los propios progresos,
es decir, la habilidad para actuar de manera autónoma, son resultados que sería
deseable conseguir en la mayoría de las asignaturas en nivel universitario, y
sin embargo, los medios socavan los fines. Las clases prescritas por el
programa de estudios y que exigen atención, pasiva; los seminarios donde existe
una deferencia hacia la autoridad del tutor y donde los estudiantes escuchan
pasivamente las presentaciones de los otros alumnos; los proyectos en que la
tarea ha sido predefinida e incluso heredada de años anteriores: todo ello
contribuye a un sentido de estructura y control que ofrece ventajas palpables
tanto para el profesor como para el alumno, pero éstas son contraproducentes en
términos de la autonomía del que aprende.
Era de esperar que
las crecientes dificultades financieras de los últimos años hubieran producido
un mayor desplazamiento hacia modos de aprendizaje menos dependientes del
profesor, basados en materiales de aprendizaje. Quizá, las razones principales
para que la teoría y la práctica de la autonomía en el aprendizaje no vayan
juntas podrían ser estas:
-
Los estudiantes que llegan hasta el nivel
universitario esperan que su aprendizaje esté muy estructurado, y están
acostumbrados a una relación de dependencia entre la enseñanza y el
aprendizaje.
-
Entre los profesores existe una falta general de
los conocimientos y técnicas requeridas para enseñar y aprender dentro de este
estilo de aprendizaje.
-
Los métodos independientes exigen mucho tiempo de
preparación. Y requisitos especiales respecto a espacio y horarios.
-
Una mayor autonomía del estudiante implica una
amenaza para la seguridad de los modelos que se pueden predecir y para la
autoridad que no puede cuestionarse.
-
Los cambios dirigidos a la autonomía del alumno,
implican planificación y preparación en colaboración, lo que va en contra de la
cultura académica tradicional.
En muchos de los
esquemas de aprendizaje independientes, basados en materiales preparados,
parece que la independencia del profesor se consigue sólo a expensas de una
mayor dependencia de los materiales producidos, que están diseñados
principalmente para mejorar la eficacia en el dominio de materias claramente
definidas, más que para traspasar a los alumnos la responsabilidad de cómo y
qué aprender.
Sin embargo, si el
objetivo de autonomía del estudiante se convierte no simplemente en un fin,
sino en el método por el cual se persigue el objetivo, entonces el mensaje es
claro y congruente: los estudiantes deben ser tratados como personas completas,
responsables, maduras, capaces de tomar decisiones importantes acerca de lo que
quieren y de cómo conseguirlo.
|
HABILIDADES
NECESARIAS PARA EL APRENDIZAJE AUTÓNOMO
-
Establecer sus propios objetivos de aprendizaje.
-
Elegir entre los diferentes modos de aprender.
-
Establecer sus propio ritmo
-
Planificar y organizar el trabajo.
-
Decidir cuándo es mejor trabajar solo, cuándo en
colaboración y cuándo es necesario pedir consejo.
-
Aprender de la experiencia.
-
Identificar y resolver problemas.
-
Pensar de manera creativa
-
Comunicarse eficazmente, verbalmente y por
escrito.
-
Evaluar sus propios progresos con respecto a sus
objetivos.
|
El aprendizaje autónomo describe un proceso por el cual el
alumno toma la iniciativa, con o sin ayuda de otros en:
-
Diagnosticar sus necesidades de aprendizaje.
-
Formular sus metas de aprendizaje.
-
Identificar los recursos humanos y materiales para
aprender.
-
Elegir e implementar las estrategias de aprendizaje
adecuadas.
-
Evaluar los resultados de su aprendizaje.
El aprendizaje ocurre en
asociación y colaboración con varios tipos de ayudantes (profesores, tutores,
mentores, compañeros, etc.) y durante este proceso:
a)
Las personas que toman la iniciativa en su
aprendizaje (estudiantes pro-activos) aprenden más cosas y mejor que las
personas que se sientan a los pies del profesor de forma pasiva, esperando a
ser enseñados (estudiantes reactivos). MÁS MOTIVACIÓN, MÁS RETENCIÓN Y MEJOR
USO Y DURANTE MAYOR TIEMPO DE LO APRENDIDO.
b)
Está más en sintonía con nuestro proceso natural de
desarrollo psicológico. NECESIDAD PSICOLÓGICA DE INDEPENDENCIA Y DE
RESPONSABILIDAD DE NUESTRAS PROPIAS VIDAS.
c)
Los nuevos desarrollos en la educación exigen que
el estudiante tome la iniciativa en su propio aprendizaje.
d)
APRENDER A APRENDER (SUPERVIVENCIA) COMO UNA
COMPETENCIA HUMANA BÁSICA, por varios motivos:
-
La obsolescencia de los hechos y habilidades,
requieren que el estudiante desarrolle su habilidad investigadora, de continuar
adquiriendo nuevos conocimientos de una forma fácil y hábil durante el resto de
sus vidas.
-
Hay que aprender de todo lo que hacemos. Debemos
explotar cualquier experiencia como una “experiencia de aprendizaje”. Aprender
significa hacer uso de cualquier recurso, dentro o fuera de las instituciones
educativas, para nuestro crecimiento y desarrollo personal.
-
No es adecuado equiparar aprendizaje con juventud.
La educación es un proceso que dura toda
la vida.
Términos sinónimos pueden
considerarse aprendizaje autoplanificado, autodirigido o independiente, o bien autoeducación,
autoinstrucción, autoenseñanza, autoestudio…
Se indican a
continuación un conjunto de principios de gran relevancia para el profesor en
cuanto a posibilitar el aprendizaje autónomo. Cada uno de ellos se deriva de
una situación de aprendizaje coherente con la hipótesis de que los alumnos son
adultos y responsables.
|
SITUACIONES DE
APRENDIZAJE
|
PRINCIPIOS
DE ENSEÑANZA
(El profesor)
|
|
Los alumnos tienen
necesidad de aprender
|
Ayuda
a los alumnos a reconocer la necesidad de aprender y a establecer sus metas
personales de aprendizaje.
|
|
El entorno de aprendizaje
es cómodo a nivel interpersonal y físico
|
Asegura
la comodidad del entorno físico.
Acepta
y respeta a los estudiantes.
Hace
crecer la confianza mutua y la ayuda entre estudiantes.
Actúa
como alguien que aprende con ellos.
|
|
Las metas de la
experiencia de aprendizaje son compatibles con las metas de los alumnos
|
Involucra
a los estudiantes en la formulación de metas.
|
|
Los alumnos comparten la
responsabilidad en la planificación y funcionamiento de la experiencia de
aprendizaje.
|
Involucra
a los estudiantes en decisiones comunes relativas al diseño y funcionamiento
de la experiencia de aprendizaje
|
|
Los alumnos participan
activamente en el proceso de aprendizaje.
|
Involucra
a los estudiantes en el proceso de indagar.
|
|
Se utiliza la experiencia
acumulada de los alumnos
|
Ayuda
a los alumnos a utilizar su experiencia acumulada.
Relaciona
las actividades y contenidos del aprendizaje con la experiencia pasada de los
alumnos.
|
|
Los alumnos tienen
sensación de progreso hacia sus metas
|
Ayuda
a los alumnos a medir sus progresos (incluyendo la auto-evaluación)
|
5.2.1. Roles del estudiante y del profesor
|
|
|
§ Responsable
de su aprendizaje.
§ Preguntador
activo.
§ Mantiene
su ritmo y su propio estilo.
§ Acepta
o rechaza ideas según tengan sentido para él.
|
|
ROL DEL
ESTUDIANTE
|
||
|
|
|
|
|
§ Guía
y facilitador.
§ Una
fuente de información más sobre hechos, ideas y procedimientos.
|
|
ROL DEL
PROFESOR
|
||
|
|
5.2.2. Aprendizajes que se fomentan
Entre los valores y actitudes que fomenta esta
técnica destacan:
-
Ser más responsables y autónomos.
-
Capacidad de aprender por cuenta propia.
-
Capacidad de análisis, síntesis y evaluación.
-
Capacidad de identificar y resolver problemas.
-
Capacidad para tomar decisiones.
-
Adquisición del compromiso de actuar como agentes
de cambio.
-
Búsqueda y organización de información.
Mediante el aprendizaje autónomo el alumno también
desarrolla una serie de habilidades:
-
para explicar las diferencias en los supuestos.
-
para aprender bajo la dirección del profesor y
autónomamente.
-
para relacionarse con los compañeros
cooperativamente, para verlos como recursos para el diagnóstico de sus
necesidades y la planificación de su aprendizaje. Habilidad para ayudarles o
recibir ayuda de ellos.
-
para diagnosticar sus propias necesidades de
aprendizaje de modo realista, con ayuda de los profesores y compañeros.
-
para traducir las necesidades de aprendizaje en
objetivos de aprendizaje, de forma que sea posible la evaluación de su logro.
-
para relacionarse con los profesores como
facilitadotes, apoyos o consultores y para tomar la iniciativa en el uso de
estos recursos.
-
para identificar recursos humanos y materiales apropiados
a los diferentes tipos de objetivos de aprendizaje.
-
para seleccionar (y utilizar) estrategias efectivas
y para utilizar los recursos de aprendizaje.
-
para recoger y validar evidencia del logro de
varios tipos de objetivos de aprendizaje.
5.2.3. Aprendizaje autónomo versus aprendizaje dirigido
|
APRENDIZAJE AUTÓNOMO
|
APRENDIZAJE DIRIGIDO
|
|
Aprendiz
como organismo autodirigido crecientemente
|
Aprendiz
como personalidad dependiente.
|
|
Profesor como
guía y facilitador.
|
El profesor decide qué y cómo el alumno
debe ser enseñado.
|
|
Las experiencias de aprendizaje son un
recurso valioso para el aprendizaje y deben aprovecharse junto con los
recursos de los expertos.
|
Las experiencias de aprendizaje del
alumno tienden a acumularse más que a utilizarse, puesto que tienen menos
valor que las de los expertos.
|
|
La disposición para aprender se
desarrolla a partir de las tareas y problemas de la vida. Cada individuo
tiene una preparación distinta.
|
La disposición para aprender varía con
los niveles de madurez. Al mismo nivel de madurez, se aprenden las mismas
cosas.
|
|
El aprendizaje se centra en tareas y
problemas y las experiencias de
aprendizaje deben organizarse como la realización de tareas y proyectos
de resolución de problemas.
|
El aprendizaje se centra en el contenido
y las experiencias de aprendizaje
deben organizarse en unidades de contenido.
|
|
La motivación surge como curiosidad e
incentivos internos (autoestima,
deseo de alcanzar algo, satisfacción de haber cumplido, curiosidad…).
|
La motivación responde a recompensas y
castigos externos.
|
|
El clima de aprendizaje es informal,
basado en el respeto mutuo, la colaboración, el consenso y el apoyo.
|
El clima de aprendizajes es formal,
autoritario.
|
|
El
alumno planifica su proceso de
aprendizaje.
|
La planificación del aprendizaje la
realiza, principalmente, el profesor.
|
|
El
alumno diagnostica sus necesidades
de aprendizaje, en colaboración con el profesor.
|
El diagnóstico lo realiza principalmente
el profesor.
|
|
El
alumno y el profesor negocian las metas
de aprendizaje.
|
El
profesor, principalmente, establece las metas.
|
|
El plan de aprendizaje contiene
proyectos de aprendizaje y secuencias en términos de preparación.
|
El plan de aprendizaje es un curso
programado de unidades de contenido.
|
|
Las actividades de aprendizaje versan
sobre: proyectos de investigación, estudio independiente y técnicas
experimentales.
|
Las actividades de aprendizaje versan
sobre técnicas de transmisión y lecturas asignadas.
|
|
La evaluación la realizan el profesor y
el alumno a partir de las evidencias recogidas.
|
La evaluación la realiza principalmente
el profesor.
|
|
Las competencias requeridas en el alumno
incluyen habilidad para relacionarse con los compañeros y los profesores
cooperativamente, para diagnosticar necesidades de aprendizaje, para
identificar objetivos, recursos, materiales y estrategias de aprendizaje, así
como para buscar evidencias del logro de los objetivos.
|
Las competencias requeridas en el alumno
incluyen la capacidad de escuchar con atención, tomar nota cuidadosamente,
leer con rapidez y con buena comprensión, predecir las preguntas
|
5.3. Trabajo en grupo
5.3.1. Enseñanza en grupos reducidos
·
Concepto
Se considera grupo reducido a un grupo hasta 40
alumnos, ya que es el número máximo que permite desarrollar dinámicas de
enseñanza y aprendizaje más activas y participativas que en grupos grandes.
Podemos dividir los grupos reducidos en grupos reducidos pequeños (hasta 15
alumnos) y grupos reducidos grandes (de 15 a 40 alumnos).
Este tipo de enseñanza suele generar una serie de
condiciones didácticas diferentes i hasta contrarias a aquellas producidas en
un grupo grande: una mejor interacción profesor-alumno y alumno-alumno; más
participación de los alumnos; más actividad docente y discente; acercamiento a
la práctica de la material, lo que implica una organización pedagógica en el
aula también diferente, que permite introducir más actividades de aprendizaje;
realizar simulaciones; estudio de casos; discusiones y debates; análisis de
materiales; resoluciones de problemas, entre otros.
En la Universidad cabe fomentar
también el trabajo individual de los alumnos hacia una autonomía formativa. El
trabajo individual del alumno, el trabajo en grupo reducido –pequeño y grande-
suelen ser modalidades más usuales y
efectiva en la enseñanza universitaria, a parte del trabajo con grupos
numerosos que requieren modelos y métodos principalmente expositivos.
La enseñanza en grupos
reducidos consigue varias metas importantes de la educación superior. Anima a
los alumnos a organizar su pensamiento al comparar ideas e interpretaciones
entre ellos y a expresarlas, y forma así su conocimiento de la asignatura. Por
eso, es un vehículo muy importante para el aprendizaje. A continuación se ven
las ventajas e inconvenientes de las tres modalidades de trabajo individual y
en grupos reducidos:
|
|
VENTAJAS
|
INCONVENIENTES
|
|
Trabajo Individual
|
-
Cada uno se clarifica delante de sí mismo.
-
Se trabaja al propio ritmo de aprendizaje.
-
Genera hábitos de reflexión personal
|
-
Poco creativo.
-
Falta de intercambio.
-
Riesgo de interpretaciones subjetivas del
conocimiento poco contrastadas
|
|
Trabajo con grupos reducidos pequeños
(2-15)
|
-
Estimula la competitividad y motiva el trabajo.
-
Aumenta la creatividad.
-
Permite analizar puntos de vista diferentes.
-
Desarrolla la capacidad de cooperación y favorece
el intercambio de experiencias.
|
-
Desequilibrio en la participación.
-
Dosis excesivas de confrontación y conflicto
entre los miembros que bloquean el trabajo y la reflexión.
-
Baja productividad en grupos sin hábito de
trabajo en equipo.
|
|
Trabajo con grupos reducidos pequeños
(15-40)
|
-
Las anteriores y:
-
Más riqueza de contenido.
-
Integración de corrientes de opinión de los
subgrupos.
-
Puesta en común de los resultados de la reflexión
individual o de los subgrupos.
|
-
Las anteriores y:
-
Incremento de la inhibición de algunos miembros a
participar.
-
Requiere un animador hábil
|
La enseñanza en grupos
reducidos tiene también un valor en sí. Los profesionales deben demostrar sus
aptitudes orales ante comités y comunicarse con clientes y colegas cada vez con
más frecuencia. La colaboración y el trabajo en equipo son una característica
esencial de la mayoría de las situaciones laborales, igual que las aptitudes de
escuchar, sacar información y persuadir. Se espera que los ingenieros tengan
aptitudes para comunicarse. Pero lo más importante es que la enseñanza en
grupos reducidos puede, o tendría que poder, dar la oportunidad a los alumnos
de controlar su propio aprendizaje y, de esta manera, obtener un grado de
autodirección e independencia de los profesores en sus estudios. Todas estas
metas se basan en ideas muy buenas, pero a menudo no se realizan a un nivel
satisfactorio, y tanto los profesores como los alumnos pueden terminar con una
sensación de frustración.
·
Problemas dentro
del trabajo en grupos reducidos
Algunas veces el trabajo con grupos reducidos o el
trabajo en equipos no consigue tener el nivel formativo que se pretendía. Los
problemas más frecuentes en el trabajo en grupos reducidos pueden ser:
a)
Falta de optimización del trabajo con grupos. Puede
ser debido a la dificultad del profesor en su preparación sobre técnicas de
enseñanza grupa.
b)
El alumno y la falta de hábito de trabajo con
grupos. Algunos alumnos suelen adoptar suelen adoptar actitudes de rechazo,
defensivas, que desde un clima de ayuda, cooperación, respeto y tolerancia se
irán eliminando.
c)
Mala explicitación de los objetivos. A veces no se
consiguen los objetivos porque no han estado suficientemente explicados,
negociados e interiorizados. Estas son tres fases diferentes. Una cosa es
explicitar claramente los objetivos que el profesor pretende conseguir; situar
detalladamente los objetivos curriculares del seminario, taller o grupo de
discusión, favorecerá la implicación y satisfacción del alumno. Este puede
realizarse bien desde el profesor, en el momento de presentar la estructura de
la materia o asignatura, o bien con la colaboración de los alumnos, animándolos
para que ellos también expongan las metas que pretenden conseguir durante el
curso. En este momento se entra en un proceso de negociación que permite situar
flexiblemente la planificación del profesor implicando y motivando a el alumno
en este momento determinante del proceso de E-A.
d)
El tipo de agrupamiento de los alumnos. Se
intentará mantener un equilibrio en la distribución de alumnos con
conocimientos, capacidades y actitudes diferentes.
e)
El grupo se forma lentamente y los alumnos
necesitan tiempo para configurarse como un grupo humano y conseguir los
objetivos formativos que se han situado
en los objetivos. Cada grupo tiene un ritmo diferente y el profesor debe
observar la evolución a través de la participación.
Establecimiento de un clima adecuado. Se ha de
procurar fomentar un gran número de interacciones entre los alumnos y entre
estos y el profesor porque los miembros de los grupos se encuentren cómodos y
dispuestos a sumir intelectual y emocionalmente lo que supone una verdadera
dinámica de discusión académica.
5.3.2. Trabajo cooperativo
·
Concepto
Slavin define el aprendizaje cooperativo en estos
términos: “Estrategias de instrucción en las que los estudiantes trabajan
divididos en pequeños grupos en actividades de aprendizaje y son evaluados
según la productividad del grupo”. En dichas situaciones, las metas de los
miembros del grupo están compartidas y cada individuo alcanza su objetivo sólo
si también consiguen sus compañeros el suyo. Esta cooperación es más productiva
que el aprendizaje competitivo y el individualista y se apoya en las
disposiciones naturales del aprendiz que espontáneamente quiere preguntar,
discutir y compartir.
El aprendizaje colaborativo,
cooperativo o colectivo plantean una
propuesta de trabajo en alternativa en el
aula universitaria. Convierten a los alumnos (receptores pasivos de una
información aportada por un experto) en sujetos activos dentro de la
reconstrucción colectiva del conocimiento. La base, por tanto es la actividad y
la responsabilidad colectiva de los alumnos dentro de su proceso formativo.
Dentro de un aprendizaje cooperativo no desaparece totalmente la dinámica
“explicación docente-escucha-discente-toma de apuntes” esta viene situada
dentro de un contexto donde predomina el aprendizaje por descubrimiento, la
resolución de problemas, la realización de proyecto, el diálogo y la discusión
en seminarios.
Principios del aprendizaje
cooperativo:
-
El aprendizaje es un proceso activo y constructivo.
-
El aprendizaje depende de contextos ricos.
-
El aprendizaje es esencialmente social.
-
El aprendizaje tiene dimensiones afectivas y
subjetivas.
-
Los aprendices son diferentes.
Los grupos cooperativos de
aprendizaje son la máxima realización del aprendizaje colaborativo o colectivo.
Estos tienen como finalidad principal una utilización formativa en pequeños
grupos de forma que los estudiantes trabajen juntos para maximizar su
aprendizaje y el de los otros.
|
Ventajas del aprendizaje cooperativo
|
|
-
Promueve las habilidades sociales de los alumnos.
-
Estructura los grupos reducidos entorno a
intereses, objetivos, funciones...
-
Pueden utilizarse desde cualquier campo del
conocimiento, de la técnica y de las artes.
-
Se desarrolla una relación de ayuda entre los
alumnos.
-
Eleva el grado de motivación.
-
Aumenta el grado de compromiso y de
responsabilidad de los alumnos.
-
Aumenta el grado de autonomía intelectual,
personal y moral de los alumnos.
-
Establece un grado elevado de persistencia en el
trabajo.
|
En definitiva, los métodos
de trabajo en grupo fomentan:
-
El descubrimiento de los recursos propios y ajenos.
-
El desarrollo de la capacidad intelectual.
-
El entrenamiento en habilidades profesionales.
-
La autonomía personal.
-
La responsabilidad.
-
La creatividad.
-
El aprendizaje de habilidades sociales: relaciones
interpersonales, dinámica de grupo, toma de decisiones y solución de problemas.
|
Ventajas del aprendizaje cooperativo frente
a la enseñanza tradicional según los alumnos universitarios
|
|
ASPECTOS QUE
MEJORAN:
-
El rendimiento académico general.
-
Las habilidades de pensamiento de orden superior.
-
El interés en la material.
-
La atención a clase.
-
La frecuencia y la calidad del contacto con el
profesor.
-
El tiempo utilizado en los trabajos académicos.
-
Autoconocimiento de los alumnos y habilidades
metacognitivas.
-
Frecuencia y calidad de las interacciones con los
compañeros.
-
Tiempo para asimilar los contenidos.
-
Clima socio-moral de la clase.
-
Relación con el profesor.
|
·
Tipos de trabajo
cooperativo
La utilización de dinámicas
de grupo implica establecer grupos. Nos podemos encontrar tres tipos de grupos:
a)
Grupos Estables: son grupos que suelen hacer la
misma carrera y se ayudan mutuamente. El profesor permanece fuera del grupo.
b)
Grupos que forma el profesor: se agrupa para la
realización de un trabajo conjunto.
c)
Agrupaciones esporádicas o puntuales, con el fin de
cambiar clima social del aula
A este aprendizaje se
oponen ciertas reticencias que hay que refutar. Entre otras:
RETICENCIAS
|
REFUTACIÓN
|
|
Educar cooperativamente no es acertado para
un mundo competitivo.
|
En el mundo laboral generalmente se trabaja
en equipo y este aprendizaje cooperativo entrena en habilidades para la
comunicación y relaciones interpersonales necesarias para la labor de equipo.
|
|
Perjudican a los alumnos brillantes que han
de acomodarse a otro ritmo de trabajo más lento.
|
Enseñar a otro es la manera de aprender en
profundidad. Las preguntas d ellos otros nos ayudan a pensar más en lo que
creemos conocer bien.
|
|
Ponen en peligro el orden, disciplina y
control de la clase.
|
Las estrategias para mantener ese orden y
control son diferentes a las de la clase tradicional pero el profesor tiene
que saber cómo canalizar las energías que la situación grupal genera y
emplearlas eficazmente
|
|
Aprendizaje cooperativo entra en conflicto
con la enseñanza tradicional
|
El profesor siempre es imprescindible. Lo
que cambia es su rol o papel: instructor, orientador, observador,
organizador, diseñador, evaluador, modelo....
|
|
Obliga a trabajar con compañeros con los
que no se quiere trabajar
|
Si el profesor sabe dirigir adecuadamente
la formación de los equipos, la selección de las tareas y su reparto entre
los miembros del equipo, lo más probable es que el clima de grupo vaya
cohesionando al equipo y los miembros inicialmente reticentes vayan siendo
cada vez más participativos y los miembros rechazados acaben siendo
integrados en los equipos.
|
|
El trabajo en equipo pone en peligro la
individualidad de sus componentes.
|
Este aprendizaje se basa en el respeto a
las diferencias individuales y usa la riqueza que estas diferencias aportan.
Las diferencias en habilidades y valores de los componentes de un equipo son
utilizadas como medio de enriquecimiento y mejora del aprendizaje de cada uno
tomado aisladamente.
|
|
Unos miembros trabajan y otros no.
|
El diseño de este aprendizaje se estructura
de manera que el equipo, para lograr sus objetivos, tenga que contar con las
contribuciones de cada miembro. Para obtener resultados satisfactorios, es
necesaria la participación y colaboración de todos los integrantes.
|
|
Con el trabajo en equipo, no hay tiempo
para finalizar el programa.
|
Los objetivos tienen que ser alcanzados,
los métodos y contenidos deben ajustarse a ellos. A través de trabajos en
equipo se espera conseguir mejor los objetivos aunque se hace de otra manera.
La proporción de tiempo que hay que dedicar a este aprendizaje depende de
cada profesor que debe elegir la distribución del tiempo docente y discente
en función de distintas variables: asignatura, alumnos, organización, objetivos,
recursos docentes, etc.
|
·
Objetivos del
aprendizaje cooperativo
1.
Desarrollar las competencias intelectuales y profesionales.
2.
Crecer y madurar personalmente.
3.
Desarrollar las habilidades sociales y de
comunicación.
4.
Cambiar actitudes
A un ritmo acelerado caminamos hacia un mundo
cultural y laboral basado en la información, la tecnología y la
interdependencia. si la educación debe preparar a los estudiantes para esta
realidad que les espera, además de la transmisión de la información tradicional
deben ser objetivo de la enseñanza el desarrollo de habilidades intelectuales,
de comunicación, personales y sociales que hasta ahora no eran tan
imprescindibles. Entre estas habilidades están: sensibilidad ante las
necesidades, problemas y aspiraciones de los otros, ajuste de nuestra manera
personal de trabajar a las exigencias del trabajo en equipo, resolución
compartida de los problemas, comprensión del otro, capacidad de ponerse en su
lugar, respetar las diferencias, convivir con la diversidad y heterogeneidad,
tolerancia, flexibilidad, creatividad, responsabilidad, iniciativa, etc.
Las ganancias más sorprendentes con este método se
obtienen en el campo del desarrollo intelectual, afectivo y social, según los
resultados de los estudios comparativos entre educación tradicional y
aprendizaje cooperativo. En el rendimiento académico, los que más se benefician
de esta innovación metodológica son los alumnos de bajo rendimiento con el
sistema tradicional.
·
¿Cómo se trabaja?
Como toda estrategia de intervención educativa el
aprendizaje cooperativo en clase tiene unas exigencias que cumplir y necesita
materiales que lo facilitan. Aquí nos vamos acupar de las siguientes:
- Los equipos:
Un equipo de aprendizaje cooperativo está formado
por un número pequeño de alumnos (lo ideal son 4) que se unen para la
realización de una tarea de aprendizaje que dura lo que la tarea exija. En el
equipo los miembros se conocen, ayudan y prestan apoyo mutuo. La formación de
los grupos debe respetar el grado máximo de heterogeneidad, reflejando la
propia diversidad de la clase. La duración del equipo depende de los objetivos
de su formación. Formas posibles de agrupación: Por iniciativa de los alumnos,
por iniciativa del profesor o mixtos. Todos tienen ventajas e inconvenientes.
Está en función de los objetivos.
2.- La organización de la instrucción:
Una organización eficiente supone un conjunto de
destrezas diferentes de las necesarias para la organización del aprendizaje
tradicional. La cooperación funciona bien bajo ciertas circunstancias (o
normas) que hay que manejar adecuadamente. Por ejemplo, el espacio de la clase
debe permitir a cada estudiante moverse libre mente, el profesor debe
establecer un signo de silencio y de atención a su intervención, tiene que
controlar el nivel de ruido, etc. El tipo de tareas encomendadas, las
actividades de aprendizaje, los materiales de trabajo.
3.- Deseo o voluntad de cooperar:
Hay tres medios para cumplir este requisito: a
través de la formación de los equipos, la organización de la clase y el uso de
tareas realizadas y evaluadas de forma cooperativa. El tiempo empleado por los
grupos en organizarse sirve para crear el contexto social que hará más fecundo
el trabajo en equipo. También es importante que exista una identificación
positiva así como respeto y confianza entre sus miembros.
Los sistemas de evaluación y la estructuración de
las tareas contribuyen a desarrollar el deseo de cooperar; si para realizar una
tarea se necesita la intervención de todos los componentes o cada uno tiene
parte del material requerido, nadie puede aislarse ni operar por su cuenta. De
mismo modo, si la evaluación es grupal en función del rendimiento cada miembro
ayudará a su compañero para obtener en conjunto una puntuación satisfactoria.
3.- Entrenamiento en las habilidades necesarias
para la cooperación. Desempeño de roles. Papeles positivos y negativos.
Entre estas habilidades cabe citar: saber escuchar,
empalizar, negociar, resolver conflictos, perseverancia en la tarea, estímulo y
reconocimiento mutuo. Para desarrollar estas habilidades sociales hay diversos
procedimientos: modelamiento, refuerzo y desempeño de papeles.
·
Los tres principios
básicos del aprendizaje cooperativo:
1. Interacción
simultánea.
2. La interdependencia
positiva.
3. La responsabilidad
individual
Existen procesos cognitivos y dinámicas
interpersonales que sólo ocurren cuando los estudiantes se explican unos a
otros sus razonamientos, ya sean del tipo solución de problemas, relacionar
conocimientos actuales y pasados, etc. Por otro lado, una interdependencia
positiva es la percepción de que uno está relacionado con otros de forma tal
que no se pueda triunfar si no triunfan también los otros (y viceversa) y, en
consecuencia, que el trabajo de cada uno beneficie a todos los demás. Por
último, el profesor debe asegurarse de que todos los estudiantes sean
individualmente responsables a la hora de completar las tareas y de facilitar
el aprendizaje de sus compañeros. Los alumnos deben saber que no pueden
“aprovecharse” del trabajo de los otros. Las vías normales de estructurar la
responsabilidad individual incluyen exámenes individuales a cada estudiante.
Ellos tienen que jugar un papel activo de problemas y no simplemente observar
como lo hacen el profesor o los compañeros.
·
Características de
los equipos efectivos
a)
La atmósfera tiende a ser informal, confortable y
relajada.
b)
Hay mucha discusión en la que todo el equipo
participa, pero dicha discusión es pertinente en relación a la tarea.
c)
La tarea u objetivo del equipo es comprendida y
aceptada por sus integrantes, aunque para llegar a acuerdos haya sido necesario
todo un proceso de discusión. Ha de ser formulada de tal manera que todo el
equipo pueda implicarse en ella.
d)
Las personas que integran el equipo se escuchan
mutuamente. Nadie teme formular una propuesta, aunque pueda sonar extravagante.
e)
Hay desacuerdos. Los desacuerdos no se soslayan
mediante decisiones apresuradas o prematuras. Se examinan los diferentes puntos
de vista y el equipo intenta resolver las discrepancias en vez de procurar
llevar al redil a las personas que disienten.
f)
La mayor parte de las decisiones se toman por
consenso. Se vota sólo en circunstancias muy especiales; el equipo no acepta la
mayoría simple como base para la acción.
g)
Las críticas son frecuentes, pero en ellas no hay
ataques personales, ni abiertos ni encubiertos.
h)
Las personas se sienten libre de expresar sus
sentimientos, lo mismo que de expresar sus ideas, tanto en relación con la
tarea como respecto de los procesos grupales.
i)
Cuando se emprende una acción se asignan –y se aceptan-
tareas claramente definidas.
j)
La persona líder no domina al equipo, pero éste
tampoco prescinde de ella. Hay poca evidencia de luchas por el poder. Lo que
cuenta no es quién controla, sino la realización de la tarea.
5.3.3. ¿Cómo aprenden los estudiantes con el trabajo en
grupo?
La mayor parte del tiempo los alumnos suelen
estudiar de forma individual, sin tener muchas oportunidades para establecer un
contacto e intercambio riguroso con las ideas de los compañeros y hasta las del
profesor sobre el tema objeto de estudio. La enseñanza en grupos, en cualquier
modalidad (seminarios, talleres, grupos de discusión, etc.) permitirá, a través
de una función principalmente colaborativa, beneficiar el proceso de
reconstrucción del conocimiento de los alumnos mediante procesos de diálogo y
discusión sobre la materia. Además este tipo de dinámicas grupales proporciona
una ocasión inmejorable para fomentar el desarrollo de habilidades de
pensamiento como la conducción creativa de las ideas, la comunicación y
expresión oral, la argumentación lógica, la defensa de un punto de vista, la
construcción de ideas a partir de las ideas de los otros, la resolución de
problemas, la anticipación de los efectos, la formulación de juicios,
habilidades que en la bibliografía reciente se agrupan dentro del que se llama
“pensamiento crítico”.
El éxito del trabajo en
grupo donde la participación e interacción de los alumnos es más elevada
dependerá del trabajo individual previo realizado por los estudiantes. El
estudio independiente puede ser individual o en grupo y se organiza entorno de:
-
Realización de funciones preescritas por el
profesor.
-
Elaboración personal de trabajos.
-
Consultas y ampliaciones por iniciativa propia.
-
Pequeños trabajos de consulta.
-
Realización de prácticas.
-
Síntesis personales sobre contenidos diversos.
-
Lecturas de ayuda y/o comentarios críticos de
textos.
El estudio independiente se
caracteriza porque no esta bajo la supervisión constante del profesor. Para
conseguir un buen estudio independiente hace falta que el alumno esté motivado
e interesado en la materia. Hay tres niveles de estudio independiente, cada uno
en la modalidad individual o grupal.
Estudio dirigido
|
Trabajo independiente, individual o grupal,
que requiere la supervisión del profesor/a.
|
Estudio sugerido
|
Situación donde el profesor/a ofrece
diversas responsabilidades de trabajo y los alumnos (individualmente o en
grupo) las escogen.
|
Estudio autónomo
|
El estudiante propone el mismo el contenido
del trabajo; el profesor/a se encuentra a disposición para aportar
información bibliográfica y otras ayudas.
|
De esta forma, además de
conseguir ampliar y profundizar en el conocimiento se consiguen otros objetivos
a través de la enseñanza con grupos reducidos en contextos universitarios:
|
a) Desarrollo de habilidades comunicativas
|
-
Potenciación de la capacidad de atender a los
demás.
-
Capacidad de explicar, interrogar y responder
-
Uso preciso de un lenguaje especializado.
-
Supone un proceso de socialización y de inmersión
en los valores y actitudes propios de la disciplina.
|
|
b) Desarrollo intelectual y profesional
|
Se efectúa en relación al uso y mejora de
las siguientes capacidades de pensamiento: análisis, razonamiento lógico,
evaluación de datos y evidencias, valoración y juicio perceptivos,
pensamiento crítico, descubrimiento de relaciones, síntesis, especulación
creativa, diseño, argumentación racional, transferencia de habilidades y
resolución de problemas.
|
|
c) El crecimiento personal e interpersonal
|
Incluye el crecimiento comunicativo e
intelectual. Entra en procesos de la mejora de la autoestima; autonomía para
el aprendizaje, trabajo colaborativo, maduración emocional, autoconocimiento
y conocimiento de los otros, capacidad para un aprendizaje cooperativo.
|
·
Contenido y proceso
En todas las interacciones humanas hay dos
ingredientes principales: el contenido y el proceso:
-
El contenido hace referencia a la materia de la
asignatura o a la actividad que se lleva a cabo.
-
El proceso hace referencia a la dinámica que se
desarrolla entre las personas que están trabajando. El contenido es más
fácilmente definible, o por lo menos examinable, y por eso muchas veces recibe
más atención por parte de todos aquellos a quienes concierne.
El proceso, por otro lado,
aunque raramente ha sido atendido, es lo que normalmente determina si un grupo
funciona con eficacia o no. Los miembros de un grupo muchas veces no tienen
plena conciencia de la manera como afectan a la enseñanza factores como el
medio físico, el tamaño del grupo, la cohesión, el clima, las normas, las
relaciones interpersonales, la organización, o los objetivos. Una toma de
conciencia de estos factores comunes a todos los grupos debe llevar al
participante a valorar el grupo.
·
Características de
los grupos
Un conjunto de gente forman
un grupo cuando los miembros son conscientes colectivamente de su existencia
como grupo, creen que el grupo satisface sus necesidades, comparten
perspectivas, son interdependientes, les gusta participar en las actividades
del grupo, y quieren permanecer en el grupo.
Aunque hay grupos de muchos
tipos y tamaños, parece que existen unas características comunes a todos ellos.
Cuando se trabaja en grupo
el profesor o la profesora no tienen un papel decisivo: eligen las técnicas,
planifican, proporcionan guías y recursos relativos tanto a contenidos como a
procesos y siguen, controlan y analizan –junto con el grupo- el desarrollo del
trabajo realizado. Las siguientes características son importantes para
cualquier profesor implicado en la enseñanza en grupos:
|
-
Límites de tiempo
|
-
Ambiente físico
|
- Tamaño
del grupo
|
-
Objetivos
|
|
-
Composición grupo
|
-
Participación
|
- Clima
|
-
Estructura
|
|
-
Comunicación
|
-
Cohesión
|
- Normas
y procedimientos
|
- Actividades
|
·
Aprender a
desempeñar diferentes roles
En el seno de
pequeños grupos de los que alumnos y alumnas forman parte se van diferenciando
poco a poco los papeles o roles que juegan cada uno de sus miembros. Así,
aparecen los líderes, los conciliadores, los que juegan a la contra, los
marginados, los payasos, los chivos expiatorios, etc. La adopción de los roles
confiere al grupo una fisonomía determinada, a la vez que proporciona seguridad
a sus miembros, porque saben qué tipo de conducta pueden esperar de cada una de
las personas que lo integran.
Esto
consiste lo que en lenguaje más técnico se llama “expectativa de papel”, que es
el factor que impulsa a los diversos miembros del grupo a mantenerse dentro de
un tipo de conducta que es el que los demás esperan de ellos.
Sin
embargo, para los integrantes de un grupo, a nivel personal, la adopción de un
rol fijo no constituye normalmente un enriquecimiento personal sino más bien
todo lo contrario, porque impide que la persona pueda reaccionar
espontáneamente en las diversas ocasiones y pueda enriquecerse adaptando su
conducta a sus propias necesidades y a las diversas circunstancias.
Por
eso es importante, que el profesor o la profesora ayuden a sus alumnos a no
encasillarse en un rol determinado, sino a adoptar diversos papeles y
mantenerse disponibles para reaccionar de diversa forma según el entorno y la
situación.
|
ROLES
|
(traducido de D.
Jaques: Learning in groups)
|
|
-
Iniciar
-
Buscar información/opinión
-
Integrar
-
Animar/dar soporte
-
Fijar normas
-
Abrir las puertas a la participación
-
Expresar los sentimientos del grupo
|
-
Ser abierto/a
-
Relajar tensiones
-
Favorecer el compromiso
-
Mediar
-
Buscar el consenso
-
Dar información y expresar opiniones
-
Clarificar
|
Otra clasificación de roles que desempeñamos más
frecuentemente como miembros de un grupo, se recogen aquellos que ejercen una
influencia determinante sobre el desarrollo de una reunión o dinámica de grupo:
|
PAPELES POSITIVOS
|
LÍDER
|
-Personalidad
fuerte del grupo, gran autoridad y consigue oirse y captar la atención.
-Inconveniente: sólo habla él, amedrenta al
resto.
-Actuación del profesor: deberá encauzar
esta figura, dominarlo o incluso aislarlo si la cosa va mal.
|
|
MODERADOR
|
-Calma los ánimos,
reduce tensiones y lleva al grupo al plano de las ideas y acciones.
-Actuación del
profesor: recurrir a él cuando la cosa va mal.
|
|
|
ORIENTADOR
|
-Es el guía del
grupo. Centra la conversación en el tema a tratar y recuerda las directrices
y objetivos.
-Actuación del
profesor: se apoya en la persona de talante orientador.
|
|
|
EXPERTO
|
-Se encarga de
informar al grupo.
-Inconveniente: que actúe como sabelotodo,
que se crea autoridad indiscutible, que inhiba al grupo.
-Actuación del
profesor: ha de fijar el papel y los límites del experto.
|
|
|
PAPELES NEGATIVOS
|
CRÍTICO
|
-Censura todo lo
que se dice y se hace. Critica pero no da prouestas válidas ni inválidas. Es
la postura fácil y cobarde.
-Actuación del
profesor: procurar que el grupo lo acalle, pedirle propuestas concretas.
|
|
PARALIZADOR
|
-Cada vez que
interviene busca bloquear al grupo. Habla de cosas tales como: vocabulario,
procedimiento, etc.
-Actuación del
profesor: decirle que el tema es muy interesante pero que se tratará más
adelante; que el tema es muy atractivo y debería animarse a presentarlo a
todos.
|
|
|
PESIMISTA
|
-Desde el
principio opina que lo que se hace no va a servir para nada. Ninguna idea le
entusiasma. Si reconoce la bondad de alguna idea, apostillará que no es
aplicable.
-Actuación del
profesor: Inmiscuirle en un subgrupo optimista; preguntarle qué consideraría
válido para todo el grupo.
|
|
|
JOVIAL
|
-Su objetivo es reírse,
cada idea manifestada le sugiere un chiste.
-Actuación del
profesor: pedirle que cuente los chistes en voz alta; encargarle que haga un
informe de la reunión.
|
|
|
OPONENTE SISTEMÁTICO
|
-Sólo sus ideas
son válidas, suele tener traumas. Se considera un experto y el único
capacitado para opinar.
-Actuación del
profesor: invitarlo a que haga él la exposición; darle la razón en exceso.
|
·
Constitución de los
grupos
El primero de los problemas
que se encuentra al intentar constituir subgrupos con los alumnos es el de cómo
formar esos subgrupos. A continuación podemos esquemáticamente las posibles
formas de agrupar a los alumnos, sus ventajas e inconvenientes.
|
1. INICIATIVA DE LOS ALUMNOS
|
TIPO DE AGRUPACIÓN
|
VENTAJAS
|
INCONVENIENTES
|
|
- Método libre de constitución de grupos
|
-Permite descubrir la red de afinidades o
rechazos.
-Garantiza hasta cierto punto un clima
positivo
-Es el más extendido
-Sus miembros sienten satisfacción.
|
-Puede dificultar
la capacidad de concentración.
-La atribución o expectativas de rol.
-Descompensación (nº de integrantes, sexo,
capacidad intelectual)
|
|
|
Agrupamiento libre con restricciones
|
-Se impone alguna condición relativa al nº
de integrantes, sexo, capacidad intelectual.
|
-No garantiza el éxito.
|
|
|
2. INICIATIVA DEL DOCENTE
|
A
dedo
|
-Internamente equilibrados
-Integra a alumnos margina-dos.
-Prepara para el futuro
|
-El alumno suele rechazar esta forma de
agrupamiento aduciendo que no se tienen en cuenta sus intereses.
|
|
En base a resultados test sociométrico
|
-Proporciona el mapa de la vida afectiva
del grupo, posibilidad de interaccionar de forma satisfactoria y de alcanzar
los objetivos.
|
|
|
|
Aleatoriamente
|
-Favorece los intercambios entre alumnos.
-La formación requiere poco tiempo.
-Sistema eficaz de romper la organización
existente.
|
-Eficacia prácticamente imprevisible.
-Sistema discutible, puede obtenerse
resultados negativos o esperanzadores.
|
|
|
Según rendimiento
|
-Hay que saber utilizarlo para obtener
buenos resultados.
|
-Sistema discutible
-Tiende a clasificar grupos torpes y listos
si no se trabaja bien.
|
|
|
Agrupamientos tipo vertical
----------------------
Según situación específica
|
-Agrupa alumnos de diferentes niveles para
trabajar un tema.
------------------------------------------------------------------------
-Agrupa alumnos durante un tiempo para
discutir sobre un tema durante cierto tiempo.
|
||
|
3. MÉTODOS INTERMEDIOS
|
Por interés hacia determinados temas
|
-Libre decisión de los alumnos y
fundamentación de una decisión del docente.
-Combina la elección del tema con la
elección de las personas con las que uno quiere trabajar.
-Interviene el docente
|
|
|
Elección de coordinadores de grupo
|
-Se consensúan un par de jefes de grupo y
ellos eligen por turnos a sus integrantes.
|
-Hay alumnos que quedan para el final,
pudiendo ser estos los que eligieran.
|
|
5.3.4.
Técnicas para
trabajar en grupo
·
Estudios de casos
Método
de HARVARD
Los
primeros estudios de caso se remontan a principios del siglo XX; nacieron en
algunas escuelas de Derecho dónde se entrenaba a los estudiantes en la práctica
del Derecho haciéndoles analizar casos reales ya tratados por algún tribunal. En
1914, la Harvard Business School
adoptó este método que, posteriormente, ha hecho escuela.
Un caso
consiste en consignar por escrito un problema real; cada caso presenta un solo problema. La situación a
analizar puede comportar toda clase de informaciones reales: hechos,
acontecimientos, sentimientos, expectativas, costumbres, actitudes, objetivos
de los que intervienen en el problema, descripción del medio, datos, figuras,
carteles, etc. Para que sea eficaz, un caso debe presentar a los estudiantes
situaciones muy próximas a ellos , que estén viviendo o habrán de vivir y que
desembocan en decisiones similares a las que ellos deberán tomar realmente. Un
caso debe presentar, igualmente, un escenario de una cierta intensidad; su
apogeo ha de constituir un conflicto o una emergencia que exige una decisión
crucial. La resolución del caso no ha de basarse en juicios de valor, ni
contener “trampas” o, simplemente, soluciones deseables (aunque no posibles).
Las
etapas propias de un estudio de caso son
las siguientes.
1.
El profesor entrega a los estudiantes el caso a
estudiar (un documento de algunas páginas), al menos una semana antes de la
discusión; les proporciona igualmente una guía de análisis del caso y, así mismo y si lo estima
conveniente, puede sugerir ciertas lecturas complementarias susceptibles de
ayudar a realizar mejor el análisis.
2.
Pide a los estudiantes que consignen por escrito su
análisis de la situación antes de presentar el caso en el aula.
3.
Antes de la discusión, el profesor resumen el caso
sin más; seguidamente solicita a un voluntario para presentar su análisis de la
situación.
4.
La discusión implica, normalmente y de forma
inmediata, a los otros estudiantes cuyos análisis convergen o divergen.
El
profesor actúa en todo momento como un animador no directivo; una vez los
estudiantes han tomado una decisión unánime, puede, en todo caso, dar su
opinión y comentar que ellos han hecho de la situación.
Caso
dramatizado
El
estudio de casos dramatizados es una variante del método de HARVARD del que
toma todos los elementos fundamentales; se diferencia únicamente en la forma de
presentar el caso a los estudiantes. En el caso dramatizado no se consignan los
datos iniciales por escrito sino con la ayuda de una filmación en vídeo o una
grabación en audio.
Caso simplificado
El
estudio del caso simplificado es igualmente una variante del método de HARVARD
en la que siempre la presentación del caso es muy sucinta.
En el
método de HARVARD se presenta el caso con un cierto número de detalles
importantes y secundarios, a través de los cuales los estudiantes los alumnos
habrán de realizar una elección; los estudiantes, pues, han de preparar su
estudio con todo detalle antes de presentarlo en clase.
Por el
contrario, en el estudio del caso simplificado, no se presentan más que los
elementos importantes, es decir, aquellos que facilitan un punto de partida
para el estudio de los estudiantes. Todo esto presenta, a su vez, una ventaja y
un inconveniente; ciertamente, gracias a su brevedad el caso simplificado puede
ser entregado a los estudiantes el mismo día de la discusión; por el contrario,
exige de los estudiantes un trabajo de análisis mucho menos reposado.
Técnica
de Pigors
Con
la técnica de Pigors –otra variante del método de HARVARD-, el profesor
presenta el caso proporcionando a los estudiantes ciertas informaciones mínimas
e invitándolos a plantearle cuestiones para obtener más informaciones.
Consultando un cuaderno en el cual están consignadas todas las informaciones
relativas al caso, proporciona las informaciones que se le piden y únicamente
esas informaciones. La técnica de PIGORS permite desarrollar la habilidad de
los estudiantes para buscar la información necesaria para el estudio de un
caso.
Tras la discusión que sigue a esta búsqueda de
información, los estudiantes analizan el caso para encontrar una o varias
soluciones que el profesor comparará con la solución real o la recomendada por
los expertos.
Redacción
de un caso por los estudiantes
En
esta otra variante del modelo de HARVARD, son los estudiantes los que presentan
un caso a sus propios compañeros –caso que ellos mismos han documentado y
redactado- y este se desarrolla conforme al modelo clásico de HARVARD.
Existen dos exigencias necesarias para que los
estudiantes redacten presentaciones de casos utilizables en clase: en primer
lugar, hace falta formarles en la redacción del caso; en segundo lugar, deben
tener una cierta experiencia o equivalente a la misma (por ejemplo, una
estancia de prácticas en una empresa) para redactar y presentar casos reales y
no casos simplemente imaginados.
·
Aprendizaje basado
en problemas
En el aprendizaje por
resolución de problemas, los estudiantes agrupados en equipos de 5 a 10
miembros, bajo la supervisión de un profesor, trabajan, en principio juntos
durante algunas horas (de 3 a 6) cada semana en la resolución de un problema de
envergadura propuesto por el profesor. El resto de la semana está dedicado al
trabajo personal del estudio generado por el problema. Ahora bien –y es esto lo
que constituye la originalidad del método- el problema a resolver es un
problema sobre el cual los estudiantes no han recibido formación particular
alguna.
Para resolver el problema en cuestión, los alumnos han de
respetar el siguiente procedimiento sistemático: 1º en equipo, leer el problema
y encontrar las definiciones de los temas que ignoran; 2º analizar el problema;
3º identificar los conocimientos a adquirir para resolver el problema; 4º
clasificar estos conocimientos; 5º establecer las prioridades de investigación
y de estudio (objetivos); 6º repartirse el trabajo; 7º documentarse y estudiar
individualmente de acuerdo con las prioridades establecidas (esta última etapa
es, con diferencia, la más larga, de 15 a 20 horas).
Una vez que han sido cubiertas estas etapas, los alumnos
se reúnen de nuevo para poner en común sus conocimientos y para intentar
resolver el problema que ha originado su trabajo. Si el trabajo no es
satisfactorio, deben profundizar sus conocimientos antes de reunirse por
segunda vez, etc. Los alumnos trabajan por ellos mismos con la ayuda de
recursos documentales puestos a su disposición. Cuando el problema ha sido
resuelto, los estudiantes establecen un balance de sus aprendizajes y comienzan
un nuevo ciclo intentando resolver un nuevo problema.
En los aprendizajes por
resolución de problemas, la concepción misma de los problemas por los
profesores constituye el momento más crítico. La solución de cada problema debe
permitir a los estudiantes alcanzar uno o varios objetivos del curso en
cuestión.
Con
este método, el profesor desempeña el rol de guía de los estudiantes en su
análisis del problema; debe de, en otras cosas,
asegurarse de que las hipótesis que los alumnos emiten son válidas y que
los objetivos de aprendizaje que se han fijado sean adecuados. Puede, igualmente,
sugerirles ciertos recursos documentales y cuestionarles acerca de sus
progresos y de la solución que proponen.
·
Proyectos
En un curso que propone la
realización de un proyecto, el profesor no explica, más bien supervisa cada
semana las reuniones en el curso de las cuales los estudiantes van avanzando
con sy trabajo de equipo –ya sea el proyecto uni o multidisciplinar-. Para la
realización del proyecto los estudiantes tienden a alcanzar los objetivos del curso, cumpliendo,
a lo largo del semestre o del año, el encargo que les ha sido confiado.
Lo más habitual es que sean
los alumnos los que elijan por sí mismos el tema del proyecto. El profesor
puede, en todo caso, proponer la realización de un proyecto que se corresponda
adecuadamente a los objetivos del curso, y cuyo
grado de complejidad se adapte a los conocimientos del alumnado y que,
además, éstos podrán finalizar en los límites de tiempo impuestos.
Por extraño que esto pueda parecer, en la realización de
un proyecto no es el tema en sí mismo lo importante, sino más bien la
aplicación de un método o de conjunto de conocimientos para aplicarlos a un
proyecto real o ficticio. Para hacerlo, los estudiantes deben analizar el
problema relativo al proyecto, proponer y aplicar una solución y, frecuentemente,
evaluar esta proposición. En el caso de un proyecto real, el profesor elimina
deliberadamente ciertos contenidos (presupuesto, cliente real, consecuencias
del recurso para la solución hallada, etc.) que, en el plano pedagógico, no son
en absoluto necesarios para alcanzar los objetivos del curso.
Al finalizar la
realización de un proyecto, los alumnos producen habitualmente un “objeto”
concreto (prototipo, maqueta, plan de intervención, etc.), un informe escrito o
una presentación oral.
·
Otros ejemplos de
técnicas de grupo
Bola
de nieve
Es una extensión de los grupos de cuchicheo y
consiste en que los estudiantes trabajen sobre un tema personalmente o por
parejas durante unos momentos. Luego comparten la discusión con otra pareja,
posteriormente los ocho miembros se reúnen con otros ocho y así sucesivamente
para acabar discutiéndolo toda la clase.
Brainstorming o tormenta de
ideas
Es una forma muy fácil de hacer participar a toda la
clase. Consiste en que cada estudiante va diciendo lo que se le ocurre sobre un
tema específico sin criticar las aportaciones que vayan haciendo sus
compañeros, con el objeto de producir ideas y soluciones nuevas. Esta técnica
tiende a desarrollar la capacidad para la creación de ideas originales,
estimula el ingenio y promueve la búsqueda de soluciones distintas, ayuda a
superar el conformismo, la estereotipia, la rutina… No deben buscarse
soluciones de urgencia; la presión del tiempo no es buena para la creatividad.
Reglas de Osborn: La crítica es dejada de lado, la
libre asociación de ideas es aceptable, se necesita cantidad, se busca la
combinación y el mejoramiento.
Célula
de Aprendizaje
Una
célula de aprendizaje está compuesta por dos estudiantes que constituyen un
pareja durante una semana de duración; las parejas son, obviamente, diferentes
cada semana. Corresponde al profesor establecer las parejas de forma aleatoria
y puede encomendarles dos tipos de encargos: En un primer momento, todos los
alumnos de clase han de estudiar el mismo contenido y cada una de estas parejas
ha de preparar alrededor de 5 cuestiones. Después de esto, en clase, uno de los
componentes de la pareja plantea una cuestión a su compañero/a y viceversa. Si uno de los miembros no puede
responder a la cuestión, el otro juega el papel de profesor e intenta
determinar porque su compañero/a no comprende o no puede responder, y le
proporciona explicaciones útiles al respecto... En ciertos casos difíciles, los
dos miembros pueden dirigirse al profesor para que éste les ayude a resolver el
problema.
En un segundo caso, la mitad de los estudiantes debe
estudiar un mismo contenido y la otra mitad un contenido diferente. En clase,
cada miembro de una pareja –siempre constituida de forma aleatoria- debe
explicar a su homólogo lo que él ha estudiado, cada uno absolutamente libre
hacer las preguntas cuyas respuestas le permitirán comprender mejor las
explicaciones. El profesor, que
supervisa la sesión, ayuda a las parejas que encuentran dificultades. Las
sesiones plenarias son, en este caso, facultativas.
En los dos casos es importante que las respuestas a las
cuestiones no sean simplemente memorísticas y exijan, al menos, esfuerzo de
explicación, aplicación y análisis.
Clases
de problemas y ejemplos y demostraciones
Los estudiantes aprenden más trabajando sobre el
problema que viendo cómo se realiza. Al igual que el método anterior, éste
puede realizarse en pequeños grupos, supervisados por el profesor. Las
demostraciones, además de fomentar el aprendizaje activo a través de la
práctica, proporcionan información a los estudiantes sobre sus propios
progresos.
Debate
dirigido o discusión guiada
El
debate es una situación por la cual el profesor compromete a sus estudiantes
mediante un proceso dialéctico relativo a un tópico o tema determinado. Según
los casos, el profesor invita a un estudiante, a un grupo de estudiantes o a la
mitad del grupo a prepararse y a buscar argumentos acerca de una tesis,
mediante un proceso de discusión; por otra parte propone a un estudiante, un
grupo de estudiantes o la mitad de un grupo a prepararse y buscar argumentos
con rigor y lógica a favor de la tesis opuesta o antítesis.
Durante
un debate los estudiantes no han de adherirse, necesariamente, a la tesis o
antítesis que defienden, puesto que un debate es, ante todo, un ejercicio de
lógica y de rigor y no una situación en la que cada uno antepone sus valores
personales.
El
debate exige la presencia de un animador y suele ser el profesor el que
desempeña este rol. Pese a que un debate debe ser un ejercicio de lógica y de
rigor por lo que respecta a los argumentos, no es raro que los participantes se
impliquen emocionalmente. El animador tendrá entonces que atenuar el impacto de
estas manifestaciones y reconducir la discusión sobre la base de los
argumentos, a fin de que el debate no degenere en enfrentamientos
interpersonales.
Un
debate puede durar de una a tres sesiones de 50 a 60 minutos cada una. Es, en
general, el profesor-animador el que clausura el debate haciendo la síntesis de
los argumentos empleados a favor o en contra de la tesis y de la antítesis.
Foro
Es un método de características similares al
anterior. El grupo en su totalidad discute informalmente un tema conducido por
un coordinador. Suele realizarse a continuación de una conferencia,
experimento, etc. La finalidad es permitir la libre expresión de ideas y
opiniones a todos los participantes en un clima informal con mínimas
limitaciones. El coordinador debe controlar la participación espontánea,
imprevisible y heterogénea de un público numeroso. Debe darse un tiempo
limitado para cada expositor, no apartarse del tema, levantar la mano para
pedir la palabra y evitar toda referencia personal.
Grupos
de cuchicheo
Se divide el grupo en parejas que discuten en voz
baja el tema que se esté tratando durante dos o tres minutos (cinco como
máximo). Es una buena técnica para reavivar la atención. Cuando el grupo sea
muy numeroso, habrá que insistir en la necesidad de hablar en voz baja. Debe
recomendarse la participación activa de todos los miembros. Uno de ellos puede
tomar nota de la respuesta para leerla cuando el coordinador lo solicite.
Juego
educativo
Un
juego educativo tiene las mismas características que un juego social: hay
jugadores, reglas a respetar u un objetivo a alcanzar, esto es, ganar; un juego
educativo tiene, por el contrario, la finalidad de desembocar en nuevos
aprendizajes.
Existen dos categorías de juegos educativos: los juegos
cuya estructura se inspira en la de juegos sociales existentes (juego de
cartas, monopoly, etc.) y los juegos de tipo simulación. Los juegos educativos
pueden comportar toda clase de elementos: cartas, palabras, dados, tablero,
fotocopias, diapositivas, carteles, matrices, etc. Pueden enfrentarse individuos o
equipos, o enfrentar a una sola persona a una tarea, teniendo en cuenta
ciertas condiciones (duración, desplazamientos, reglamentos, etc.)
Según la estructura de los juegos educativos, los
objetivos específicos pueden variar considerablemente. Por ejemplo, en un juego
que hemos llamado “juego de palabras”, el profesor reparte un paquete de 18
rombos parecidos a equipos de 4 a 5 personas. Sobre cada uno de estos rombos
figuran expresiones que describen las etapas de la preparación sistemática de
un curso. Los miembros de cada equipo deben discutir y entenderse entre ellos
para determinar el orden ideal de estas etapas. Una vez establecido el consenso
en cada equipo, el profesor pide a los equipos comparar sus resultados.
En la
siguiente figura se presentan los rombos entregados desordenadamente a los
participantes.
En
otro juego llamado “tiempo nublado”, los participantes aprenden a identificar
diversos fenómenos meteorológicos a partir de diversos tipos de nubes. Se juega
a este juego individualmente con la ayuda de una guía de fotografías y
diapositivas.
Microenseñanza
Aunque
la microenseñanza se utiliza sobre todo para formar a los profesores puede así
mismo ser útil para otras disciplinas (cuidados de enfermería; relación de
ayuda con un paciente; entrenamiento deportivo, etc.). Con la microenseñanza se enseña a los futuros profesores a
perfeccionar un cierto número de habilidades de comunicación: introducir un
tema, estructurar un discurso, variar el tono de voz, los gestos y la mirada,
realizar refuerzos positivos, hacer preguntas, responder a preguntas.
Para desarrollar estas habilidades pedagógicas cada
futuro profesor da una micro lección (de 10 a 15 minutos) a un micro grupo de
alumnos (de 5 a 6) ante algunos colegas. La micro lección se graba en video
para que los colegas y el propio profesor interesado revisen inmediatamente la
grabación y se den cuenta de la necesidad de hacer los comentarios y críticas
que juzguen oportunos. Cada semana, todos los futuros profesores ponen en
práctica una habilidad de comunicación diferente. Al final del año cada uno de
ellos a dado una lección completa en el curso de la cual ha intentado armonizar
en la práctica todas las habilidades de comunicación.
Pequeños
grupos de discusión
El número ideal para estos es de 5 a 20 estudiantes.
En ellos, el tutor y los alumnos intercambian ideas sobre un tema de manera
informal, aunque con un mínimo de normas: la discusión se realiza en torno a un
tema previsto, apartándose lo menos posible del mismo, el intercambio de ideas
no se hace al azar (sino que sigue cierto orden lógico), el grupo designa a un
director que será rotativo y la discusión de realiza en un clima democrático.
Panel
Consiste en una discusión que un grupo reducido de
personas (pueden ser o no especialistas en el tema) mantiene ante un público
más numeroso, el cual podrá intervenir al final de la exposición. El panel
puede estar constituido por los coordinadores de los grupos que se hayan
formado en el aula. El cargo de coordinador será rotatorio y consistirá en
exponer ante la clase las conclusiones a las que su grupo haya llegado con
anterioridad.
Pecera
Consiste en formar dos círculos concéntricos de
personas, uno de los cuales (el que está en el interior) discute un tema
mientras que el otro observa. Una vez acabado el tiempo de discusión de los
estudiantes que están en la pecera, los observadores les hacen comentarios (que
pueden ser anotados) sobre los argumentos que han empleado, la participación de
cada uno, etc.
Phillips
66
Un
grupo grande se divide en subgrupos de seis personas para discutir durante seis minutos un tema y
llegar a una conclusión. De los informes de todos los subgrupos se extrae luego
la conclusión general. Es muy útil en grupos muy grandes y sus objetivos son: permitir
y promover la participación activa de todos los miembros y obtener sus
opiniones en poco tiempo. Este método ayuda a desarrollar la capacidad de
síntesis y concentración, a superar las inhibiciones para hablar ante otros,
estimula el sentido de responsabilidad y dinamiza y distribuye la actividad en
grandes grupos. El tema ha de estar escrito en la pizarra y en lo posible las
preguntas han de ser de tipo sumatorio: causas, consecuencias, factores, etc.
Proposiciones
de Nisbert
El
método de proposiciones de NISBERT es una variante del seminario; se retoman
todos los elementos fundamentales (lecturas, redacción de textos y discusión),
pero según un montaje particular. Al
principio del trimestre, el profesor propone una lista de temas y de lecturas
de las cuales cada estudiante hace una elección. Después de las lecturas, el
estudiante debe redactar seis enunciados (proposiciones) que intentará que sean
adoptadas por el grupo. Los miembros del grupo discuten estas proposiciones
simulando, en cierto modo, la forma en la que realizan estas tareas los
miembros de un parlamento, con textos de leyes en una primera y segunda
lectura.
La calidad de los enunciados es muy importante: cada uno
de ellos debe tener un efecto claro, conciso y susceptible de generar la
discusión; se debe, pues, excluir las evidencias, los enunciados equívocos o
las opiniones sin fundamento.
Se asigna a cada estudiante tres sesiones consecutivas
durante el trimestre: dos de 90 minutos para los debates y una de 10 minutos
para rendir cuentas del trabajo realizado. En el transcurso de los 20 primeros
minutos de la “primera lectura”, el alumno presenta sus seis enunciados, tras
lo cual, el grupo discute libremente durante el resto de la sesión, a fin de
favorecer la aparición de numerosos puntos de vista. En el transcurso de la
“segunda lectura”, la discusión está “enmarcada” y debe llevar a la adopción o
al rechazo de cada una de las proposiciones. Las proposiciones que no han sido
debatidas a fondo son automáticamente eliminadas.
Seguidamente, tras los debates, el estudiante debe
redactar una discurso para su presentación oral
detallado, presentando los resultados y los argumentos invocados en los
momentos de aceptación o rechazo de cada una de las proposiciones –discurso que
intentará hacer asumir en los 10 primeros minutos de la tercera sesión que le
haya sido asignada. Los diversos textos se recogen en una memoria del seminario
con los nombres de los participantes.
Role-playing o juego de rol
Dos o
más estudiantes son invitados a representar ante sus compañeros una corta
escena que representa situaciones familiares de situaciones reales. No se
proporciona texto alguno; se les da únicamente consignas generales, diferentes
para cada uno de los participantes. Cada cual improvisa intentando ponerse en
la piel de su personaje: sentimientos, comportamientos, actitudes. Finalizado
el juego de rol el profesor pide a los estudiantes-actores explicar lo que han
experimentado en los diversos momentos de la actuación y aclarar porque han
adoptado tal o cual comportamiento. Tras esto la discusión se extiende a todos
los estudiantes-espectadores.
Suele recurrirse, por ejemplo, al juego de rol con
alumnos de derecho a los que se les pide simular la audiencia de un tribunal-es
lo que de otra manera se llama un tribunal-escuela-. Cada uno de ellos juega en
diversos momentos el rol de juez, de procurador, de abogado defensor, de
fiscal, etc. Sin embargo, se le puede sacar partido al juego de rol en muchas
otras disciplinas, por ejemplo, par simular entrevistas terapeúticas, en
servicios sociales, medicina, psicología; se utiliza igualmente, par simular
entrevistas de selección, reuniones de negociación, etc.
Seminario
clásico
Un
seminario está constituido por encuentros semanales de un pequeño grupo de
estudiantes (10 ó 15) y un profesor que desempeña el papel de experto y de
animador. Un seminario permite explorar colectivamente y estudiar en
profundidad un tema especializado: el seminario no busca, pues, cubrir
superficialmente todos los temas que se abordan en general durante el curso; muy
al contrario, se caracteriza por la profundización en un solo tópico – tópico
suficientemente amplio, no obstante, para que cada estudiante pueda efectuar
una investigación especializada sobre un aspecto particular. El seminario está
compuesto de tres partes esenciales: las lecturas, la redacción de textos y la
discusión del contenido de estos textos.
En el
transcurso de los primeros encuentros, el profesor establece el “hábeas” común
de lecturas de base que todos los estudiantes deben hacer durante las próximas
semanas. Durante los encuentros, los estudiantes están encargados, por turnos,
de rendir cuentas por escrito de uno o varios textos. No obstante, el objetivo
principal de los encuentros consiste en la discusión crítica del contenido de
los textos (que todos deben, evidentemente, haber leído). El profesor corrige,
por otra parte, los escritos presentados regularmente por cada estudiante.
Más
tarde, durante el semestre, una vez las lecturas de base se agotan, el profesor
pide a cada alumno que realice individualmente un trabajo de investigación
sobre un aspecto particular del tópico sobre el que haya versado el seminario.
Cada estudiante debe, de este modo, leer en principio y producir,
posteriormente, un texto más largo en el que puede utilizar llos textos que ha redactado anteriormente
para apoyar su argumentación. Hecho esto, remite su texto a sus otros
compañeros, al menos una semana antes de su discusión, discusión en torno a la
cual los estudiantes efectúan un análisis detallado de sus argumentos y de sus
conclusiones.
Sesión
de laboratorio
Se
trata de un trabajo práctico que los estudiantes realizan después de una
lección magistral y en el curso del cual manipulan diversos instrumentos:
probetas, microscopios, osciloscopios, ordenadores, robots, etc. El objetivo a
alcanzar aquí es el aprendizaje y el dominio del método experimental, gracias a
lo cual se planifica una experiencia, se verifican hipótesis, se toman medidas,
se analizan resultados y consigna todo ello en un informa escrito.
En una sesión de laboratorio se agrupa a los alumnos en
pequeños equipos (de 2 a 5 personas) con el fin, obviamente, de que participen
lo más activamente posible en la realización de la tarea. En general para
ayudarles a preparar una sesión cualquiera, se les proporciona una guía de
laboratorio que recoge los objetivos a alcanzar, describe los instrumentos
puestos a su disposición, la preparación necesaria, las medidas a realizar y la
forma del informe final; puede también, en otro orden, contener breves resúmenes
teóricos, si ello es necesario.
Simulación
Una
simulación es una situación en el transcurso de la cual se reproducen
acontecimientos reales frente a los cuales puede “situarse” a los alumnos sin
necesidad de acudir al terreno real. Con
el ordenador utilizado como medio de enseñanza, el profesor dispone hoy en día
de una potente herramienta interactiva para simular la realidad ante lo
estudiantes. Así, en hidráulica, por ejemplo, el ordenador permite a los
estudiantes simular canalizaciones complejas inaccesibles de otra manera. Los
alumnos pueden, en dicho contexto, manipular las variables del sistema para
abordar de forma simulada problemas que podrían darse en la realidad.
En el ámbito de la medicina, por ejemplo, los estudiantes
pueden igualmente simular con la ayuda del ordenador, los síntomas de un
paciente. Pueden “interrogar” al “paciente” con ayuda de un software “ad hoc” y
pueden, de forma interactiva, aproximarse a un diagnóstico. Los mismos
estudiantes de medicina pueden en otras ocasiones, enfrentarse a pacientes
personificados por actores entrenados a tal efecto o a maniquíes destinados a
observaciones, demostraciones o manipulaciones. En otro ámbito, finalmente,
como pueda ser el de la ingeniería eléctrica, los estudiantes pueden igualmente
simular, con la ayuda de programas específicos, los componentes de una red con
el fin de estudiar las sobrecargas, los cortes, etc. Frecuentemente, en estos y
otros numerosos ámbitos, la realidad no es accesible para finalidades de orden
pedagógico y, por consiguiente, las simulaciones de la realidad con la ayuda de
ordenadores u otros medios, permiten a los estudiantes enfrentarse a
situaciones complejas del mundo del trabajo, sin verse sometidos a horarios
fijos, riesgos, costes, etc.
“Team
teaching”
Significa
enseñanza en equipo. Dos o más profesores se asocian para dar tan a menudo como
sea posible de forma simultánea, el curso que les corresponda a sus
estudiantes. Estos profesores pueden enseñar la misma disciplina o disciplinas
complementarias.
Este método se aplica, pues a lecciones magistrales
impartidas alternativamente por dos profesores durante la misma hora de clase,
presentaciones en el curso de las cuales dan a los estudiantes elementos de
información complementarios, pero esto se aplica igualmente a situaciones de
enseñanza más activas como los proyectos, los debates, los estudio de caso,
etc.
En el “team teaching” todos los miembros del equipo de
profesores redactan los objetivos del curso y eligen las actividades de
aprendizaje y las modalidades de evaluación repartiéndose entre ellos las
diversas tareas. El “team-teaching” exige reuniones frecuentes a fin de que
cada profesor intervenga en la dirección elegida por el equipo.
Técnica
del grupo Nominal
El profesor propone un tema o problema y durante
cinco minutos, los miembros de los grupos (ocho como máximo) anotan
individualmente las informaciones o sugerencias propuestas. A continuación el
profesor pide a los estudiantes, por turno, que digan una de las ideas que
tienen anotadas y va escribiéndolas en la pizarra. Una vez que se han hecho las
rondas necesarias le pide al grupo que jerarquice las ideas puntuándolas de 1 a
10. Seguidamente va recogiendo las puntuaciones que cada miembro del grupo ha
dado a las ideas.
Para terminar, se cuentan las puntuaciones, con lo
que es fácil saber cuáles son las preferencias del grupo, y se discuten o
resumen los resultados y, en el caso de
que se tenga que tomar una decisión, se suele consensuar la que tiene más
aceptación.
Técnica
de la Reja
Se divide al grupo en subgrupos en los que se numera
a cada uno de los miembros. En primer lugar la numeración es vertical y en un
segundo momento será horizontal. Cada sujeto deberá participar en dos equipos.
Con esta técnica se consigue extender la información
comunicada a un grupo hacia todos los miembros y se aprovechan los
conocimientos y experiencias de personas con diferente formación.
Trabajo
dirigido o Taller
En el
transcurso de un trabajo dirigido o taller, pequeños equipos de trabajo /de 3 a
5 miembros) se reúnen después de una exposición del profesor para realizar un
ejercicio, un problema o un trabajo antes de fin de curso. Estos trabajos son
de poca envergadura, ya que los estudiantes disponen de poco tiempo; además, se
trata preferentemente de ejercicios de aplicación más que trabajos que pongan a
prueba la capacidad de los estudiantes para la resolución sistemática de
problemas. Normalmente, después de estos trabajos, el profesor convoca una
sesión plenaria en el curso de la cual se comentan los resultados de cada
equipo.
En un trabajo dirigido el profesor desempeña el rol
de supervisor que deja a los equipos
trabajar a su ritmo y les aconseja según sus necesidades.
Utilización
de guiones
Consiste en preparar guiones que presenten los
puntos principales de una lección, en los que se dejan espacios en blanco que
deben ser rellenados por los estudiantes durante la clase. Esta tarea pueden
realizarla individualmente o en pequeños grupos.
ÍNDICE
1. EL CAMBIO DE MODELO EDUCATIVO: LOS RETOS DEL ESPACIO EUROPEO DE EDUCACIÓN SUPERIOR
1.1. Los retos de la sociedad del conocimiento y del aprendizaje para enseñanza y aprendizaje
1.2. El nuevo paradigma de educación superior
2. EL APRENDIZAJE COMO OBJETIVO BÁSICO DE LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA
2.1. Concepto de aprendizaje
2.2. Concepciones actuales sobre el aprendizaje
3. LA METODOLOGÍA COMO COMPETENCIA DOCENTE
4. LOS COMPONENTES BÁSICOS DEL MÉTODO DOCENTE
4.1. La organización de los espacios
4.2. La selección del método
4.3. La orientación y gestión de las actividades de aprendizaje
4.4. Las relaciones interpersonales
5. LOS GRANDES MÉTODOS
5.1. Lección magistral participativa
5.2. Trabajo autónomo
5.2.1. Roles del estudiante y del profesor
5.2.2. Aprendizajes que se fomentan
5.2.3. Aprendizaje autónomo versus aprendizaje dirigido
5.3. Trabajo en grupo
5.3.1. Enseñanza en grupos reducidos
· Concepto
· Problemas dentro del trabajo en grupos reducidos
5.3.2. Trabajo cooperativo
· Concepto
· Tipos de trabajo cooperativo
· Características de los equipos efectivos
5.3.3. ¿Cómo aprenden los estudiantes con el trabajo en grupo?
· Contenido y proceso
· Características de los grupos
· Aprender a desempeñar diferentes roles
· Constitución de los grupos
5.3.4. Técnicas para trabajar en grupo
· Aprendizaje basado en problemas
· Proyectos
· Otros ejemplos de técnicas de grupo
6. BIBLIOGRAFIA DE REFERENCIA
6. BIBLIOGRAFIA
DE REFERENCIA
AUSUBEL, D. P. (1977): Psicología Educativa. Un punto de vista
cognitivo. México. Trillas.
AUSUBEL, D. P., NOVAK, J.
D. y HANESIAN, H. (1983): Psicología
Educativa. México. Trillas.
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