Desarrollo del Liderazgo en
Instituciones de Educación Superior
Se pueden establecer cinco
parámetros fundamentales para el liderazgo y su desarrollo, ellos son, el
liderazgo: (1) tiene que ver cambio intencional, (2) está matizado por los
valores y las características de las personas, (3) puede ser ejercido por
cualquier persona, (4) es un proceso grupal y (5) debe producir bienestar a las
personas.
Estos parámetros nos llevan
a considerar algunas preguntas que son críticas para establecer la valía del
desarrollo del liderazgo en instituciones de educación superior:
¿Cuáles
valores deben guiar el desarrollo del liderazgo?
¿Hacia
dónde deben enfocarse los esfuerzos de los líderes?
¿Cómo
se inicia y se mantiene el cambio?
¿Cómo
se forman los grupos de liderazgo?
¿Cuáles
son las características del liderazgo efectivo?
¿Cómo
podemos preparar a nuestros estudiantes para ser líderes?
¿Cómo
podemos desarrollar el liderazgo en nuestros docentes y administradores?
•
Crea un clima de apoyo mutuo, en el cual
las personas crecen y conviven
armónicamente.
• Promueve el respeto y afirma la dignidad de
las personas.
• Desarrolla la responsabilidad compartida.
• Promueve el cambio como vía para la
efectividad personal y
organizacional.
• Promueve la colaboración y la cooperación
entre las personas.
• Busca el bienestar de las personas.
• Promueve activamente el desarrollo
sostenible para las generaciones futuras.
Estas
claves, que pueden ser vistas como valores generales, deben llevarnos a
desarrollar en nuestras instituciones valores mas específicos, tales como: la equidad, la justicia social, la calidad
de vida, el acceso a las oportunidades, el respeto a las diferencias, el
fortalecimiento de la democracia, el civilismo y la responsabilidad cívica, el
enriquecimiento cultural, la expresión creativa, la honestidad intelectual, el
avance del conocimiento y la libertad personal acoplada a la responsabilidad
social (Astin y Astin, 2000)
Características personales
• Auto conocimiento: está relacionado con
la conciencia de los credos, valores, actitudes y emociones que motivan y guían
el comportamiento de las personas. Igualmente, tiene que ver con el
conocimiento que tienen las personas de sus fortalezas y necesidades de desarrollo.
• Congruencia: tiene que ver con la
consistencia de las acciones de las personas con sus credos y valores. Esta es
una de las características que constituye un factor crítico para el desarrollo
de la confianza en el líder.
• Compromiso: es la pasión, intensidad y
persistencia que coloca una persona en sus acciones. El compromiso está
relacionado con la energía física y sicológica que motiva a las personas a
servir a otros, a darle forma al esfuerzo colectivo y a sostener ese esfuerzo en
tiempos difíciles.
• Empatía: es la capacidad de colocarse en el lugar de otras personas y entender su posición y puntos de vista de
manera respetuosa. La empatía requiere de una de las más preciadas habilidades
de comunicación: escuchar.
• Competencia: está referida a los
conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes experticia técnica y puesta en
acción de los mismos para completar los procesos de liderazgo, especialmente,
los que llevarán a la transformación y al cambio.
Estas
características son compatibles con:
• Honestidad: es la actuación del
individuo con justicia y responsabilidad, en variedad de situaciones y
contextos; tratando a las personas con igualdad y justicia sin tomar ventaja de
su posición para su propio beneficio; sin aprovecharse de los medios y recursos
que tiene a su disposición, ni usarlos para fines diferentes de lo establecido
legal o socialmente.
• Visión: es la capacidad para ver
posibilidades que no son claramente aparentes y que permiten a la persona
proyectar situaciones en el futuro, estableciendo escenarios factibles, usando
como insumo las variables y los elementos actuales y estableciendo las relaciones
entre ellas.
• Integridad: es la característica de la
persona que se expresa en una actuación intachable, recta y proba, que está en
consonancia con la moral y la ética, en conformidad con el bien de las personas
y con sus obligaciones como líder.
Así mismo, estas características,
aunque personales, deben verse reflejadas en los grupos y en la organización.
Describen
resultados que son el producto de la interrelación entre las personas. Un
programa de desarrollo del liderazgo desde la perspectiva grupal, implica el impulse
de:
• La colaboración: relacionada con el
entendimiento de que la competencia entre los miembros del grupo se ve
incrementada cuando cada uno da lo mejor de sí mismo para realizar sus tareas y
para facilitar las de otros. La colaboración faculta a las personas, engendra
confianza y capitaliza los diversos talentos de los miembros del grupo en un solo
propósito.
• El respeto a la diversidad: esta
característica tiene que ver con la consideración de las personas y de sus
puntos de vista, sin importar su profesión, grupo social, grupo étnico o posiciones
en relación con los asuntos tratados. Implica reconocer las diferencias y
aceptar que éstas son inevitables y deseables. Implica manejar las diferencias
en un ambiente de
civilidad,
respeto mutuo y confianza.
• La asignación de responsabilidades: se
basa en la consciencia de que cada miembro del grupo tiene una contribución que
hacer, en su área de experticia. Los miembros deben tener claras sus
responsabilidades individuales y su contribución para el logro de los objetivos
de otras personas del grupo y los del grupo como una entidad.
• El aprendizaje grupal: las personas, en
los grupos, aprenden sobre sí mismas y sobre otros, cambian sus puntos de vista
con respecto a otras profesiones, el grupo, la organización y el entorno. En
los grupos se obtiene nuevo conocimiento y se usan competencias personales,
interpersonales y profesionales.
En síntesis, las características personales y
grupales que deben promoverse para crear programas para el desarrollo del
liderazgo en instituciones de educación superior incluyen:
Las
características personales señaladas en los párrafos anteriores interactúan
unas con otras, e inclusive nos llevan hacia otras características deseables
para el liderazgo efectivo.
Lo
mismo sucede con las características grupales, la colaboración requiere de la
existencia de propósitos compartidos y de respeto a la diversidad; y asī sucesivamente, unas a otras se complementan.
Las
características personales y grupales constituyen un importante punto de
partida para planificar el currículo, formal y no formal, de las universidades
y colegios universitarios, convirtiéndolas en actividades y acciones que
contribuyan a su desarrollo. Igualmente, constituyen un punto de partida para
que los docentes las modelen en sus acciones pedagógicas, en el salon de
clases, en sus actividades de asesoría, en sus comités departamentales, y en
todas las actividades del quehacer docente.
Actividades
para el desarrollo del liderazgo
Actividades
para los estudiantes
En el caso de los estudios
de postgrado y especialmente en el area de derecho, los estudiantes mayormente
pertenecen a Escritorios de Abgados en los cuales se encuentran practicando y
ejerciendo la profesión, o forman parte del sistema de justicia por lo que el
desarrollo de pasantías o trabajo con la institución corresponden en esencia a los
estudios de pregrado.
Sin embargo existen un
cúmulo de actividades para el desarrollo del liderazgo en ellos, tales como:
·
Promover
el trabajo en equipos donde haya un definición compartida de los objetivos y
las tareas de los miembros, y donde se establezcan las responsabilidades
individuales de losmismos,
• Diseñar
situaciones (presenter casos legales de la vida real)_donde se
enfatiza el descubrimiento, la aplicación
de los aspectos teoricos al
aprendizaje.
·
Promover
el trabajo en grupo para el desarrollo de proyectos que lleven a soluciones
sobre situaciones grupales, institucionales o del entorno.
• Desarrollar
actividades que conduzcan al autoconocimiento y a la
auto evaluación a través de talleres
de crecimiento personal que
promuevan la toma de consciencia de la
relación persona-grupo-
sociedad.
• Promover actividades que
requieran del estudiante un proceso de
comunicación efectiva, el desarrollo de agendas comunes y la
conformación de grupos con personas de diversa procedencia para
trabajar de manera cooperativa.
·
Promover
el uso de grupos de discusión como mecanismo de confrontación respetuosa de ideas y puntos de
vista, y de creación de nuevas formas de pensar que integren diferentes
visiones de la realidad.
·
Promover
actividades donde intervengan estudiantes, docentes y administradores, tales como
foros, seminarios, talleres.
·
Incluir
en los programas de las asignaturas la discusión de los elementos relacionados
con el liderazgo - los valores y los principios - y su característica
multidimensional (Amat, 2007).
Actividades para los docentes
Las actividades que pueden
realizar los docentes para contribuir al desarrollo del liderazgo en la
institución se relacionan fundamentalmente con los alumnos.
Los docentes “pueden
facilitar el aprendizaje de los estudiantes instalando en ellos el deseo por el
aprendizaje continuo y por la búsqueda de respuesta a problemas complejos…
preparándolos para un inusitado rango de retos que pueden aparecer en el
futuro” (Astin y Astin, 2000, p. 33).
La actuación sobre los
alumnos está relacionada directamente con el modelaje de los principios,
valores y características del liderazgo en el salón de clase, y en las prácticas
y actividades derivadas del quehacer pedagógico.
Ellas pueden incluir:
1. Iniciar la primera clase de
un lapso discutiendo e incorporando las características del liderazgo y sus
principios como estándares para la acción e interacción en el salón de clases,
en las tareas grupales y en la discusión en clases.
2. Iniciar las clases
preguntando a los estudiantes sus expectativas y sus puntos de vista sobre el
liderazgo.
3. Planificar actividades donde
el estudiante realice proyectos y trabajos en grupo, solicitando que
inicialmente se discutan los principios de liderazgo efectivo.
4. Promover el cuestionamiento
en los estudiantes sobre asuntos que puedan tener varios puntos de vista.
5. Promover la creación y
diseño de cursos interdisciplinarios y de “team teaching”. •
6. Valorar en las asignaciones
y trabajos académicos elementos tales como: compromiso, competencia, propósitos
compartidos, colaboración y asignación de responsabilidades.
7. Pedir a los estudiantes que
autoevalúen su trabajo en grupos y coevalúen a sus compañeros mientras
desarrollan una asignación y al finalizar la misma.
8. Pedir a los estudiantes que
propongan nuevas soluciones, no convencionales, a situaciones institucionales,
comunitarias y sociales.
9. Promover y colaborar en la
publicación de investigaciones, reportes o proyectos realizados por los
estudiantes.
10.Los
docentes también pueden participar en la creación de una nueva forma de
liderazgo con el personal de la administración de la institución. Entre ellas, tomar
decisiones concensuadas sobre qué y cómo enseñar los tópicos de su área de
conocimiento.
11.Crear las agendas para la
investigación y el desarrollo de áreas de interés y necesidad para la
institución.
12.Relacionarse con los
administradores en términos personales y en sus áreas de trabajo, para adquirir
una mejor comprensión de su trabajo.
13.Intervenir en la toma de
decisiones relacionadas con desarrollo curricular, evaluación docente, y
planificación y diseño del presupuesto.
Actividades
para los administradores
Los administradores
institucionales necesitan mantener en mente dos principios fundamentales:
(1) Entender las necesidades
de los miembros de la organización y
(2) Desarrollar y usar sus competencias
efectivamente para realizar los procesos y obtener los resultados requeridos.
El trabajo fundamental de
los administradores institucionales, especialmente aquellos que están en los
más altos niveles organizacionales, llámense rectores, vicerrectores,
presidentes, decanos, directores, etc., es proveer un foco simbólico de
liderazgo que:
·
Muestre
los valores y características que han sido enunciadas en párrafos anteriores,
colaboración, honestidad, integridad, propósitos compartidos, autenticidad,
competencia, desacuerdo con respeto y empatía, entre otros;
·
Identifique
los credos y puntos de vista de los miembros de la institución que puedan ser
disfuncionales para el desarrollo del liderazgo en la organización,
examinándolos críticamente y buscando los mecanismos para cambiarlos por otros
que sean funcionales, e
·
Identifique
los credos y puntos de vista que son congruentes con el proceso de cambio para
fortalecerlos y para construir nuevas acciones sobre ellos.
Efectos
de las actividades para el desarrollo del liderazgo en los estudiantes.
Los
resultados positivos en los estudiantes que se involucran en actividades de
desarrollo de liderazgo son innumerables, al respecto, las investigaciones de
Pace (1984; 1987; 1990) revelan que los
estudiantes que se involucraron en actividades de desarrollo de liderazgo,
académicas e interpersonales, mostraban un mayor desarrollo personal; se
desarrollaron como líderes (Kezar y Moriarty, 2000); obtuvieron calificaciones más altas y
mostraban valores personales más amplios (Astin, 1993).
Estos
resultados se ven claramente expresados en el estudio de Cress, Astin,
Zimmeran-Oster y Burkhardt (2001) quienes estudiaron longitudinalmente, desde
el inicio de las clases hasta la graduación a los estudiantes de 10
universidades y colegios universitarios, públicas y privadas, que habían tomado
programas de desarrollo de liderazgo, comparándolos con estudiantes que no
habían tomado tales cursos. Este estudio incluyó estudiantes de diferentes
grupos, tales como blancos americanos, latinos, asiáticos y afro americanos.
El
estudio muestra que los programas de desarrollo de liderazgo:
·
Proveen
a los estudiantes de competencias sociales que usan durante toda su vida y los
preparan para impactar positivamente sus comunidades, escuelas y
organizaciones, públicas y privadas.
·
Tienen
tres elementos en común: (1) oportunidades para hacer voluntariado, (2)
pasantías en organizaciones públicas y privadas y (3) estrategias relacionadas
con el aprendizaje cooperativo.
·
Promueven
la responsabilidad cívica, la auto reflexión sobre los valores y principios que
guían a los participantes, la adquisición de habilidades para evaluar y
autoevaluarse y el conocimiento sobre enfoques y teorías de liderazgo; además
de involucrar a los docentes en asuntos estudiantiles.
·
Adicionalmente,
el estudio establece que existen cuatro
principios fundamentales que debe poseer un programa de desarrollo de liderazgo
efectivo, ellos son:
(1)
una fuerte conexión entre la misión institucional y la misión de los programas
de desarrollo de liderazgo;
(2)
un basamento filosófico que se expresa en una clara definición del liderazgo
considerando a los integrantes de la organización, un enfoque de
responsabilidad ética y social, un reconocimiento de que el liderazgo es un
proceso de relaciones interpersonales, y un énfasis en la potencialidad que
cualquier persona tiene para liderar;
(3)
la consideración de actividades para el desarrollo de la auto conciencia, el
entrenamiento para aprender de los líderes de la misma organización, la
asesoría para desarrollar el entendimiento y la aceptación de la diversidad
cultural, el voluntariado y trabajo comunitario como vehículos para descubrir
las características de la comunidad y la participación por parte de los
estudiantes para que realicen actividades de liderazgo, incluyendo la
promoción, implementación y evaluación de sus propios programas;
(4)
procesos de evaluación con objetives claramente establecidos y medibles,
incentivos para que los docentes participen en los programas tales como
disminución de su carga horaria académica y recursos para diseño y revisión
curricular, y reconocimiento de los estudiantes a través de premios,
certificados y celebraciones al completar los programas.
Es
necesario finalizar este análisis sobre los programas de desarrollo de liderazgo
en instituciones de educación superior, con un grupo de conclusiones que nos
permitan puntualizar los elementos fundamentales descritos en los párrafos
anteriores.
Conclusiones
Los
problemas que confrontamos hoy en día y el entendimiento de la complejidad
(Morin, 2001) como paradigma rector de las acciones de las personas requieren
de líderes con competencia en un área del conocimiento, una gran sabiduría
emocional y espiritual, una gran madurez en susquehaceres diarios, y una
actitud altamente positiva hacia el cambio.
La
formación de líderes requiere que las instituciones conciban el liderazgo
girando alrededor de los propósitos sociales (Yukl,1994; Burns, 1978; Bass y
Avolio, 1994; Rubino y Amat, 2005; Bennis, 1989).
El
desarrollo del liderazgo en las universidades y colegios universitarios debe apuntar
hacia la formación de un agente
transformador, que se mueva del egocentrismo al socio centrismo y se convierta
en un servidor social (Burns, 1978; Bass y Avolio, 1994; Rubino y Amat, 2005;
Block, 1996).
Solo
es posible internalizar el valor del bienestar social si las instituciones
buscan
el bienestar de quienes las constituyen.
Las
universidades deben desarrollar los mecanismos para que los docentes,
administradores y estudiantes se muevan hacia el desarrollo de las cualidades
personales cruciales para el liderazgo: el autoconocimiento, las habilidades
para escuchar, la empatía, la honestidad, la integridad, la congruencia y la
habilidad para trabajar efectivamente de manera cooperativa (Astin y Astin,
2000; Rubino y Amat, 2001).
Para
desarrollar agentes de cambios, las instituciones de educación superior
necesitan cambiar y convertirse en organizaciones líderes.
El
desarrollo del liderazgo y el proceso de liderazgo tienen que ver con cambio
intencional, está matizado por los valores y las características de las
personas, puede ser ejercido por cualquier persona, es un proceso grupal y debe
producir bienestar a las personas.
Los
programas de desarrollo del liderazgo en las instituciones de educación
superior deben promover el desarrollo de la equidad, la justicia social, la
calidad de vida, el acceso a las oportunidades, el respeto a las diferencias,
el fortalecimiento de la democracia, el civilismo y la responsabilidad cívica,
el enriquecimiento cultural, la expresión creativa, la honestidad intelectual, el
avance del conocimiento y la libertad personal acoplada a la responsabilidad
social (Astin y Astin, 2000).
Las
características personales a desarrollar en un programa de liderazgo incluyen:
auto conocimiento, congruencia, compromiso, empatía, competencia. Honestidad.
Visión e integridad.
Las
características grupales a desarrollar en un programa de liderazgo incluyen:
colaboración, propósitos compartidos, respeto a la diversidad, asignación de
responsabilidades y aprendizaje grupal. Estas características deben reflejarse
en actividades y acciones en los currículos de las universidades y colegios
universitarios.
Las
características deseables en los líderes, los valores asociados a ellas y los
fines que se desean alcanzar deben convertirse en ejes rectores de las
actividades de nuestras instituciones de educación superior. Estas actividades
deben estar dirigidas a desarrollar el liderazgo en los estudiantes, docentes y
administradores.
El trabajo
fundamental de los administradores institucionales es proveer un foco simbólico
de liderazgo que: muestre los valores y características, tales como
colaboración, honestidad, integridad, propósitos compartidos, autenticidad,
competencia, desacuerdo con respeto y empatía; identifique los credos y puntos
de vista de los miembros de la institución que puedan ser disfuncionales para
el desarrollo del liderazgo en la organización; identifique los credos y puntos
de vista que son congruentes con el proceso de cambio para fortalecerlos; y
considere el respect a la diversidad y al entorno, la globalidad y la
sustentabilidad (Rubino y Amat, 2005).
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